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WASHINGTON WIZARDS | ANÁLISIS

Wizards: el retorno a la cordura de la mano de Scott Brooks

En Washington comienza una nueva era con un entrenador de crear el ecosistema adecuado para que se entiendan Wall y Beal.

John Wall, jugador franquicia de los Wizards
John Wall, jugador franquicia de los WizardsMichael ReavesAFP

Erase que se era un equipo que aspiraba a ser el segundo en el Este de la NBA. Dado que el Rey estaba muy claro, y que ninguno de los aspirantes aportaba pruebas contundentes de su valía, ese segundo en el Este era un título codiciado por, al menos, media docena de plantillas. Y con razón.

Pero resulta que sus dos grandes estrellas, John Wall y Bradley Beal, decidieron que era mucho mejor hacer la guerra por su cuenta cada uno de ellos. Se veían con tanto talento y tan incomprendidos que la figura de al lado les molestaba. Eso cuando ambos estaban en la cancha, que no era tampoco muy a menudo por culpa de las lesiones.

Así que, previsiblemente, acabaron no sólo no siendo segundos en el Este sino que ni se metieron en playoffs y su entrenador, Randy Wittman dejó de ser la elección obvia para ‘primer entrenador despedido de la temporada’, tradición de las últimas temporadas, para ser tan sólo un entrenador despedido. La dirección de los Wizards optó, entonces, por lo que optarían la inmensa mayoría de franquicias en esta liga, y en todas las demás: girar 180 grados tras un fracaso. Y ficharon a Scott Brooks.

Brooks no llega aquí por sus aptitudes tácticas ni por sus innovaciones defensivas, en ambos casos desconocidas, sino para cambiar la cultura del grupo. En su estancia en Oklahoma City Thunder consiguió innegables éxitos, pero estos fueron puestos en cuarentena, en cuanto a lo que su mérito se refiere, por el desorbitado caudal de talento que aquella plantilla hacía fluir por las canchas de la NBA. Sin embargo, poco se le puede reprochar en su gestión humana en el vestuario, en cómo mantuvo a todos los gallos tranquilos en el corral y en como creo un ambiente social que les hizo ejemplares en ese sentido. Es eso, justamente eso, lo que Washington quiere para su equipo.

Scott Brooks tiene ante sí un reto antes psicológico que deportivo, y de su éxito dependerá el futuro de la franquicia. Porque lo que es seguro es que tendrá que lidiar con estos mismos jugadores por una temporada larga.