La plantilla de Denver Nuggets es de las excitantes en noviembre, eso es innegable. Porque ¿a quién no le apetece ver si Enmanuel Mudiay resuelve sus problemas de tiro y dirección y acaba explotando en gran jugador? ¿Acaso no son Nikola Jokic y Jusuf Nurkic dos serios candidatos a pivots que mejor van a jugar a esto en poco tiempo, el primero ya mismo? ¿Se puede negar que el físico y la agresividad de WIll Barton son atractivos?
Esta cantidad de talento joven por explorar es lo que hace a los equipos malos de la NBA atractivos. Porque te invitan a seguir junto a ellos sus carreras, sus avances. Pero de nada sirven por sí solos, porque los equipos de colmillo retorcido y veteranos de 11 temporadas en su seno te comen la tostada en un tercer cuarto cualquiera y las derrotas se van acumulando.
Es por eso que esta plantilla tiene que depender a la fuerza de Danilo Gallinari, Keneth Faried y Wilson Chandler, lo que da una pereza notable. No porque tenga algo contra ellos, sino por la promesa incumplida que llevan suponiendo demasiado tiempo. Las más de las veces, sobre todo con Gallinari y Chandler, por las lesiones y las limitaciones a las que les han sometido.
Pero han de ser ellos, no puede ser de otra manera, los que den argamasa al grupo y les hagan ser más de lo que un montón de chavales pueden ofrecer. No van a ser los recién llegados, Juancho o la primera ronda del draft Jamal Murray, los que se ocupen de convertir a estos Nuggets en un equipo que pelea por playoffs. Eso siempre les corresponde a los veteranos.
Y perdonadme si muestro mi escepticismo al respecto, porque me he cansado de esperarles. Ojala no fuese así, ojala toda esta prometedora chavalada pudiese disfrutar de los veteranos citados en su mejor versión, porque, en ese caso, los Denver Nuggets no sólo serían excitantes de cara al futuro: serían interesantes ya.
Mike Malone fue despedido, de manera sorprendente, de los Sacramento Kings, pero puede que la jugada le acabara saliendo bien, porque parece que este proyecto de los Nuggets tiene más poso (y paciencia) que aquel. Es un buen entrenador al que le han dado un montón de talento por pulir. A ver.
La estrella: Danilo Gallinari
Il Gallo acabó la pasada temporada con su mejor marca de puntos por partido, con 19.5. SI está sano, su gran problema en los últimos años, ha de ser el líder y el ejemplo para un grupo al que le haría mucho bien su gran rango de tiro.
