Abrines: "Es imposible competir contra el dinero de la NBA"
Hablamos con Álex Abrines para ver cómo va su adaptación a los Thunder, qué rol tendrá en el equipo, su relación con Westbrook y mucho más.
Real Madrid-Oklahoma City Thunder en directo
Álex Abrines decidió abandonar este verano el Barcelona Lassa para probar suerte en la NBA. La oferta (18 millones de dólares por tres temporadas) que le pusieron sobre la mesa los Oklahoma City Thunder —franquicia que le eligió con el número 32 del draft 2013— resultaba irrechazable. Aprovechando la disputa de los NBA Global Games, en los que se enfrentará aquí en España a su exequipo y al Real Madrid, hablamos con él de sus primeros días en Oklahoma, su relación con Westbrook y las salidas de Durant y la suya propia.
¿Cómo se ha visto en estos primeros días que lleva en el equipo? ¿Cómo va su adaptación?
Muy bien. La adaptación ha sido bastante rápida. Es cierto que aún noto la intensidad y el elevado tono físico de la NBA, pero los compañeros me están ayudando mucho. Soy uno más en los Thunder.
Viniendo de uno de los grandes clubes de Europa, ¿qué es lo que más le ha sorprendido a su llegada?
Las dimensiones. Si en el Barça pensabas que tenías todo tipo de facilidades, aquí las tienes multiplicadas por cuatro. Tienes cualquier cosa al alcance. Sales de entrenar y tienes a seis fisios que te pueden tratar, a tres masajistas, sauna, piscinas de agua caliente y fría, un cocinero que te hace batidos (ríe)... Tienes todo. El que tengas a tanta gente que te rodea y pensando en ti ayuda mucho al crecimiento del jugador.
Aterriza en unos Thunder sin Kevin Durant por primera vez desde que la franquicia se mudara a Oklahoma City. ¿Cuáles son las metas para el nuevo curso?
El objetivo principal siempre es ganar el anillo. Sabemos que somos un equipo nuevo, así que lo más importante es que el grupo vaya cogiendo química, pero tenemos mucho talento y jugadores consolidados y con experiencia en esta Liga. Debemos de tratar de alcanzar nuestro ritmo de juego y llegar lo más arriba posible.
Y dentro de ese grupo, ¿qué rol va a desempeñar Álex Abrines: jugará más de escolta o de alero?
Estoy como siempre: a caballo entre las dos posiciones (ríe). Dependerá de muchos factores y del equipo al que nos enfrentemos. Sé que al principio será complicado contar con minutos y acostumbrarse al nivel físico, a tantos viajes y demás, aunque espero con trabajo y esfuerzo ganarme la confianza de compañeros y el entrenador para jugar cada vez más.
Mójese, ¿en qué puesto se encuentra más cómodo?
(Suspira). En la NBA diría que de ‘dos’. En cuanto a físico, los aleros son bastante más altos y fuertes aquí que en Europa. Y si ya allí lo pasaba mal, hasta que no me ponga fuerte me pondría de escolta.
Háblenos de Russell Westbrook. ¿Qué impresión le ha causado?
Sinceramente, casi todo lo que he hablado con él es sobre el viaje a España: dónde ir a comer, compras… De baloncesto hemos hablado más bien poco. Es un tío muy majo y cercano. Me ha ayudado bastante. Uno llega a Oklahoma por primera vez y le tiene algo de respeto porque es la súper estrella. Así que se agradece que te trate como a cualquier otro.
Hablando de compras. Es de sobra conocida la afición de Westbrook por la moda. ¿Cómo fue esa conversación?
Le he recomendado más sitios para que vaya en Barcelona que en Madrid. Y también le he hablado de un par de restaurantes a los que debe ir y de algún museo.
¿A qué jugador le hace especial ilusión medirse?
Son muchos, pero me quedo con LeBron James y Stephen Curry. Son los dos que están a mayor nivel. Verles en directo es algo increíble.
No compartirá vestuario con Kevin Durant, pero al poco de firmar por los Thunder este alabó su llegada.
Sí vi aquellos comentarios. Me impactó que se acordase de mí, lo que ya quiere decir mucho. Le conocí el año pasado. El equipo me invitó a visitar la ciudad y él se encontraba por allí recuperándose de la lesión. Tuve la oportunidad de poder realizar junto a él un entrenamiento de tiro. Duró unos 40 minutos.
¿Se le tiene aún muy en mente?
No. Yo, personalmente, nunca he oído hablar de él en el vestuario. Aunque sí es cierto que nos han advertido que los periodistas nos preguntaran mucho sobre el tema. Pero eso ya es agua pasada. Él tomó la decisión que creía correcta en su momento, como yo la de dejar el Barcelona. Al final, una de los dos partes siempre queda dolorida.
Ya que lo menciona. ¿Cómo fue su marcha? ¿Le queda el resentimiento de quizá no haber contado con los minutos necesarios para demostrar todo su potencial?
Fue una situación complicada. Las lesiones tampoco me ayudaron a estar al mejor nivel. A comienzos de este último verano sabía que iba a ver un cambio de modelo en el club tras conocerse la destitución de Xavi (Pascual) y que se pretendía construir un nuevo grupo. Yo tenía ganas de quedarme al menos un año más para apoyar al Barça y ser uno de los referentes, pero llegó la oferta y muchas veces no se puede decir que no. No tanto por el tema económico, sino por el hueco que generó la salida de Durant al liberar muchos minutos en las posiciones de ‘dos’ y de ‘tres’. Era el momento oportuno para venir aquí.
Dice que el dinero no lo esto todo. Pero, ¿cómo se puede competir aquí en Europa con los mega contratos que se están firmando en la NBA?
La verdad que es imposible. Ni CSKA ni Fenerbahçe, los dos equipos que diría que aquí tienen más músculo financiero, pueden competir a ese nivel. Y más aún con la subida del salary cap (límite salarial) que se espera el año que viene. Lo que se paga ahora en la NBA es una barbaridad. Esto va a provocar que, si tienen la oportunidad, los jugadores europeos vayan a la NBA. La vida de un deportista es corta: por mucho que quieras a un club y estés muy cómodo en él, al final esto es un trabajo. Estas ocasiones hay que aprovecharlas.