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SUPERCOPA | HERBALIFE GRAN CANARIA 79 - BARCELONA 59

El Gran Canaria fulmina al Barça y logra su primer título

El equipo insular acaba con el dominio del Madrid y del Barcelona en España 19 campeonatos después (el Baskonia ganó la Liga en 2010). McCalebb, estrella y Kuric, MVP.

Vitoria
El Herbalife Gran Canaria con el título de la Supercopa.
El Herbalife Gran Canaria con el título de la Supercopa.David Aguilar/EFEEFE

El Herbalife Gran Canaria fulmina al Barça y hace historia en el baloncesto español. Se suma al selecto grupo de clubes con trofeo en la vitrina. Campeón de la Supercopa, el primer título ACB desde 2010 (el Baskonia se llevó la Liga) que no ganan ni el Madrid ni el Barcelona. El primero 19 campeonatos después. Un éxito rondado tras las finales de la Eurocup en 2015 y de la pasada Copa del Rey. Un éxito labrado con años de constancia, apoyo de toda la Isla y mucha pasión. Otra conquista milagro de Luis Casimiro, entrenador ahora y entrenador en 1998 en el Manresa de la gesta liguera. En la pista, la estrella fue Bo McCalebb y el MVP, Kyle Kuric, ‘el héroe americano’, determinante en la semifinal tras descerrajar 24 puntos (10 en la final) meses después de superar un tumor cerebral. Victoria personal y colectiva, la de una de las hinchadas más fieles: Pío, pío.

Fueron más de uno y más de dos los que se quedaron ojipláticos con la aparición en escena del Granca. Esperaban al Barça del día anterior, el del Clásico, el de los 99 puntos con un atómico Rice… y no hallaron ni a uno ni a otro. La explicación tiene nombre largo pero no es rebuscada: pretemporada. Cabía pensar en esa opción, que el subidón de adrenalina tras tumbar al Madrid agotara reservas y no tuviera continuidad horas después. A los de Bartzokas no les dio para un segundo diente de sierra.

Además, si Rice metiera cada día 30 puntos, jugaría en el lado oeste del charco en un equipo con apellido de toro, guerrero o trueno. Enfrente topó esta vez con una astilla de su propia madera: McCalebb. Su precursor en Europa, apenas dos años mayor aunque mucho más desgastado. Es lo que tiene esos quiebros eléctricos de cintura y tobillo para acabar lanzándose sobre el pívot rival. El macedonio, el del Granca (Rice es montenegrino), gobernó la primera parte a su antojo, mientras conservó el ‘reprís’. Suficiente para abrir un hueco (50-39) al que el Barça puso el adjetivo de insalvable con una cadena de errores sin freno en el lanzamiento.

Foco para McCalebb y Kuric y foco para dos tipos grandes, para Darko Planinic (el curso pasado en Vitoria) y Eulis Báez. Trabajo sucio y juego entre pívots, conectaron bien para arropar al ‘jugón’ y liberar algún tiro para el MVP y para O’Neale. La renta hizo cima en los 21 puntos (62-41) y entonces el carrusel de fallos opositó para el récord Guinness. El Granca, directamente, se paró. Oliver botaba con McCalebb en el banco y sus compañeros miraban estáticos. Navarro y Claver hicieron creer a los suyos en la remontada durante un ratito (62-53, minuto 31), pero el porcentaje en el lanzamiento del Barça era ínfimo (38%). Daba igual que el Granca se pasara más de siete minutos sin ver aro, anclado en los 62 tantos. La reacción había quedado abortada. Kuric, O’Neale y Báez completaron la hazaña. Pío, pío, el Granca tiró por fin la puerta de una patada. En su tercera final, premio gordo. Enhorabuena.