Drama en Miami: la opción de que Bosh vuelva es "irreal"
El ala-pívot no reaparecerá por ahora y tiene difícil volver a las pistas: el Miami Herald anuncia que han reaparecido los coágulos de sangre.
Horribles noticias para Chris Bosh: Barry Jackson, periodista del Miami Herald, fue el primero en anunciar que su regreso a las pistas estaba en realidad muy lejos (incluso de llegar a producirse) porque en las últimas pruebas médicas que se le han realizado habían vuelto a aparecer señales de los coágulos de sangre que le impidieron completar las dos últimas temporadas, en las que solo ha podido jugar 44 y 53 partidos antes de verse obligado a dejar las pistas por este grave problema.
Poco después Miami Heat confirmó a través de un escueto comunicado que, efectivamente, el resultado de las pruebas no había sido satisfactorio. Y, finalmente, el reputado Adrian Wojnarowski, de Yahoo, aseguró que en la franquicia de Florida daban casi por seguro el final definitivo de Bosh en el equipo. Y apuntó que durante meses apenas ha habido contacto entre el jugador y Pat Riley.
El problema -según el Miami Herald relacionado con los anteriores que ha sufrido- no pondría en riesgo su vida siempre y cuando sea tratado de la forma adecuada y, claro, el jugador de los Heat no intente volver a las pistas, opción que se consideraría ahora mismo “irreal”. Los coágulos anteriores aparecieron primero en los pulmones y un año después (febrero de 2016) en un gemelo. Bosh estaba en la recta final de su puesta a punto para volver a trabajar con los Heat, pero su camino se ha truncado en las últimas pruebas médicas que ha pasado con la franquicia.
La situación, que ya era complicada, puede tornarse irreversible. El tratamiento que requieren los coágulos es a priori incompatible con la práctica profesional del deporte, ya que incluye un alto riesgo de pérdida masiva de sangre en caso de que se produzca un corte o herida de cierta relevancia. Existen medicamentos que desaparecen del organismo si se dosifican de la forma adecuada pero para entrar en esa consideración, Bosh necesitaba superar estos tests previos a los entrenamientos de pretemporada de su equipo. De hecho parece que el de Dallas, por ahora, no va a tratar de forzar su regreso o de involucrar el Sindicato de Jugadores, como hizo la temporada pasada.
Bosh tiene 32 años y todavía tiene que cobrar, en tres temporadas, 76 millones de los 118 (por cinco años) que firmó para seguir en los Heat tras la salida de LeBron James. Su sueldo está garantizado pero su equipo puede operar para que no vaya contra su salary cap en las temporada 2017-18 y 2018-19. O puede cortar a Bosh y que el contrato deje en ese momento de sumar a su cap siempre y cuando un médico elegido por la NBA y el Sindicato de Jugadores confirme que su problema le obliga a poner fin a su carrera. Algo que por desgracia podría suceder.
En todo caso, parece poco probable que en un futuro próximo algún médico le permita jugar si se confirma esta información del Miami Herald. Bosh ha sido dos veces campeón, once veces all star y ha jugado 893 partidos con unas medias de 19,2 puntos y 8,5 rebotes.