Garnett, ¿otro año más o seguir la estela de Kobe y Duncan?

Los Minnesota Timberwolves eligieron con el número 5 del draft de 1995 a Kevin Garnett. De seguir en activo durante el curso 2016-17, 'The Big Ticket' disputará su vigésimo segunda temporada en la NBA. De esta manera rompería el empate con Robert Parish y Kevin Willis y pasaría a convertirse en el jugador con más campañas a su espalda en la mejor Liga de baloncesto del planeta. Palabras mayores. Aunque, no obstante, la gran duda no es otra que conocer si podrá batir este récord histórico. Tal y como detalla Steve Aschburner en su columna en NBA.com, el ala-pívot desea continuar. Sin embargo, son sus rodillas quienes tendrán la última palabra...

Garnett jugó su último partido el pasado 23 de enero. Anotó dos puntos en el triunfo de los Timberwolves ante los Grizzlies (106-101). Desde entonces, y empleando la expresión futbolística, no ha vuelto a vestirse de corto. "¿Son tus rodillas o qué? Es toda mi pierna". Es la respuesta que le dio a Glen Taylor —propietario de los Wolves— hace ya unos meses, y que este último ha relatado recientemente en las últimas horas a Aschburner. El propio Taylor se volvió a reunir con KG el mes pasado para hablar de su futuro. Un encuentro que se puede resumir en una sola palabra (incertidumbre) y que recogemos a continuación.

"Le pregunté: 'Kevin, ¿qué vas a hacer?' Su respuesta fue la siguiente: 'Me encataría poder jugar la próxima temporada. Me encantaría irme sabiendo que nos hemos metido en Playoffs'. Aunque luego añadió: 'No sé si podré'. Le pregunté que qué quería decir. 'No lo sé', respondió. No obtuve una respuesta clara. Sí, teóricamente, le encataría seguir. Pero tiene serias dudas sobre sus rodillas. Realmente creo que fue sincero conmigo".

Kevin Garnett, quien cumplió 40 años el pasado mayo, regresó en febrero de 2015 a Minneapolis, ciudad en la que pasó los 12 primeros años de su extensa y exitosa carrera. Nombrado MVP de la temporada en 2004, en 2007 decidió dar el salto en pos de lograr un anillo que se le resistía. En su primera temporada en Boston, alcanzó la gloria en las Finales de 2008. Formando Big Three junto a Paul Pierce (otro que también podría decir adiós este verano) y Ray Allen (no ha anunciado aún su retirada definitiva pese a que lleva dos años en blanco), los Celtics se impusieron 4-2 a los Lakers. En el verano de 2013 se despidió de los verdes para aterrizar en Brooklyn. En los Nets, su declive físico se hizo patente. Pero antes de la despedida, necesitaba cerrar el círculo. Volvió a los Wolves y volvió a trabajar a las órdenes de Flip Saunders. Inmediatamente se convirtió en el líder espiritual del equipo, representando el rol de tutor ideal de la joven camada de lobos que en el Target Center se está gestando. Al término de la 2014-15, renovó por dos temporadas más (tiene 8 millones de dólares garantizados para la 2016-17).

Sin embargo, el fallecimiento del técnico justo antes de arrancar la pasada campaña le marcó profundamente. Fue el inicio de un curso gris, en el que el inexorable paso del tiempo (apenas disputó 38 encuentros la última campaña) no ha hecho otra cosa que acrecentar sus dudas. Y es que ya se sabe, una cosa es el corazón y otra la cabeza. Si hace caso a esta última, 'The Big Ticket' se retirará siguiendo la estela otras dos leyendas de este deporte: Kobe Bryant y Tim Duncan. El siglo XX se apaga en la NBA. En sus manos está el mantener la llama un poco más viva. Al menos por el momento...