Dragan Bender: la senda de Kristaps Porzingis o la nada
El ala-pívot croata de 18 años es una de las mayores incógnitas del draft. Pero tiene habilidades para ser importante en la NBA.
Predicción: 7 (DraftExpress y NBADraft).
Edad: 18 años
Altura: 2,16 metros
Peso: 98 kilogramos
Posición: Ala-pívot
Procedencia: Maccabi Tel Aviv
Estadísticas 2015-16 (temporada regular de la Liga israelí): 5,4 puntos (47,5% en tiros de campo y 40,4% en triples), 2,7 rebotes, 0,8 asistencias y 0,8 tapones.
Virtudes
"Es más ágil que Dirk Nowitzki. Tal vez no vaya a ser un jugador de esa dimensión, pero lo veo parecido". De esta forma describe Ike Ofoegbu a su compañero en el Maccabi de Tel Aviv Dragan Bender. El ala-pívot será top-10 del draft de la NBA, siendo una de esas magníficas incógnitas que luego, con el paso del tiempo y la paciencia, brillan con una luz cegadora. El croata posee cierta esencia a Kritaps Porzingis: largo, atevido y lanzador de tres. Sus 216 centímetros son una bendición cuando el rebote es una necesidad. Además, tiene una inteligencia mayúscula para situarse en el momento y en el lugar exacto para atrapar el balón, a pesar de su escasa edad. A esto, hay que unir su facilidad para salir con el balón botando en transición y su agilidad y versatilidad para defender desde a un base a un pívot.
"Parecía que el 7 pies de 18 años hacía cosas para captar la atención de todos los que estaban en el entremiento. Un día, podía elevarse por el rebote mientras que el resto sólo podían mirar; y al otro, era capaz de ponerse en cuclillas, en postura defensiva, y acosar al base", escribió Adam Himmelsbasch en el 'Boston Globe'.
Defectos
Como muchas veces ocurre en el deporte profesional, una virtud puede ser igualmente un defecto. El misterio es saber cuál es la versión que se impondrá finalmente. Decimos esto para referirnos directamente a la edad de Bender. Sus 18 años (cumplirá 19 en octubre) y su falta de visibilidad real (ha jugado poco en un Maccabi en crisis) pueden lastrar su posición en el draft y su adaptación a un entorno de selección natural puro. A estas incógnitas, además, se une esa idea de que su tamaño y sus habilidades no son aspectos que rompan moldes. Es decir, existen jugadores altos, que rebotean y saben lanzar de tres sin necesidad de irse tan lejos como a Israel, entonces ¿por qué atreverse con él?
Este gran problema se habría evitado, si el ala-pívot hubiera desarrollado de forma efectiva su movimiento en el poste: no sabe luchar en ataque para hacerse un sitio en la zona y no tiene el hambre (o al menos lo aparenta) de zafarse en una lucha sin cuartel para conseguir un hueco que le abriesen las puertas de la anotación. Todo ello da como resultado la paciencia. Ese don es vital en la franquicia (y muchas no lo tienen) que lo seleccione, pues en él estará la diferencia entre adquirir a Porzingis o a Darko Milicic.
Biografía
Dragan Bender nació en Capljina, una pequeña ciudad agrícola en Bosnia-Herzegovina cercana a la frontera con Croacia, a una 16 kilómetros del mar Adriático. Con Toni Kukoc en la cabeza, la futura estrella NBA se trasladó a los 12 años a Split (Croacia) para inscribirse en la academia de baloncesto dirigida por la exestrella Nikoka Vujcic. Durante esa etapa y en una casa compartida, distribuía su tiempo entre los estudios y un baloncesto en el que comenzó a dar sus primeros pasos serios como base. "En un principio fue duro", comentó al 'Boston Globe'. "Me ayudó mucho vivir solo por mi cuenta e ir a la escuela y a los entrenamientos todos los días. Fue una buena decisión cambiar mi casa por la academia".
A los 16 y con su mentor Vujcic en los despachos del Maccabi, Bender firmó un contrato de siete años de duración tras debutar a los 15 en su país de origen, en el KK Split de su amado Kukoc. Aunque tuvo que esperar para dar el verdadero saltó: primero demostró su clase en el panorama internacional y luego en la segunda división del baloncesto hebreo. Ahora, y después de Israel y la Euroliga, llama la NBA. La próxima frontera.