¿Impostores o Warriors? Un Rey y un anillo justo, seguro
No voy a hablar de LeBron porque, sinceramente, creo que sobran las palabras. Elijan ustedes los adjetivos y alaben cuantas veces quieran la actuación del Rey. Nada de lo que digan será suficiente. Sin embargo, sí creo que merece la pena la siguiente pregunta: ¿dónde narices están los Golden State Warriors?
Los de la Bahía están cansados (todos), magullados (casi todos), lesionados (algunos). Después de 105 partidos, como para no estarlo. Quiero decir: esto les pasa a todos los equipos llegado este punto de la temporada. No es excusa. Nadie olvida el Dellavedova Team de 2015.
Siguiente pregunta: ¿y ahora qué?
Ahora todo queda para un séptimo histórico. Si vuelven los verdaderos Warriors, ganarán. Pero si los impostores (cansados física y mentalmente) saltan a la cancha, la Bahía entera llorará en la coronación definitiva del Rey.
Ahora la final vuelve a Oakland, de donde uno de los dos equipos saldrá como campeón de la NBA y el otro como gran aspirante que murió en la orilla. Y será justo pase lo que pase. Líos y conspiraciones aparte, centrándonos en lo que hemos visto sobre los parqués durante las dos últimas semanas, los anillos encontrarán justo vencedor el domingo. Si es para LeBron, será su conquista más grande: historia del baloncesto (nadie ha remontado un 3-1). Un paso más en una carrera extraterrestre que crea y rompe sus propios límites. Y si es para Curry (porque reaparecen los Golden State Warriors...), será la guinda de un pastel pluscuamperfecto. Otra vez siete partidos, otra vez golpeados y otra vez los últimos en pie. Y todo tras las 73 victorias.
El anillo quedará en buenas manos.