Warriors-Cavaliers en directo

Ayer, a más de 24 horas del salto inicial, se pagaron 51.000 dólares por tres entradas (17.000 cada una) a pie de pista en el Oracle Arena. El quinto partido de la Final puede ser (3-1 por ahora) el del anillo para los Warriors y nadie en la Bahía se lo quiere perder: no hay entradas que bajen en el mercado secundario (una forma legal y estructurada de lo que en España sería reventa) de los 800 dólares, un aumento de unos 200 con respeto a antes del inicio del cuarto partido, cuando todavía no se sabía si este podría ya definitivo para la resolución del título.

Los precios de las entradas han sido un tema recurrente de discusión en el entorno de los Warriors en los últimos años y con el casi inevitable traslado a San Francisco como trasfondo. Muchos aficionados de toda la vida creen que se les ha apartado para hacer sitio a una nueva ola de seguidores mucho más adinerados. Pero desde la franquicia también se apunta a que es precisamente la venta secundaria por parte de abonados la que hace que se disparen de forma exponencial los precios. Lo cierto es que con la demanda de entradas que hay para ver en acción a los Splash Brothers, un abonado puede renunciar a ver un porcentaje de los partidos y recuperar con eso, como mínimo, el precio de su cuota anual.

Para los que no estén entre los afortunados que asistirán al partido, en San Francisco se organiza una gran fiesta, al aire libre y con pantallas gigantes, en Civic Center Plaza. En Cleveland, los aficionados podrán ver el partido en el pabellón de los Cavaliers, con toda la parafernalia (animadoras, vídeos, música…) y a cambio de 5 dólares. La franquicia destina todo lo que recauda va a causas benéficas y así logró donar más de 260.000 dólares tras la pasada final.

En los partidos que se juegan en Cleveland, los Warriors también organizan esas “watch parties” en su Oracle Arena. Las entradas cuestan 20 dólares y también se destina una parte a causas sociales.