Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

THUNDER 118 - WARRIORS 94

Roberson, Donovan y Adams están ganando a los Warriors

Todo empieza por Westbrook y Durant, evidentemente, pero la clave del gran momento de los Thunder son estos tres otros nombres.

Roberson, Donovan y Adams están ganando a los Warriors
AFP

Roberson: el oportuno

Uno de los héroes de los Thunder en estos playoffs. Fue decisivo en el sexto contra San Antonio y también lo ha sido en los dos últimos ante los Warriors. Siempre útil en defensa, está encontrando hueco para dejar su marca en ataque cuando más lo necesita su equipo, y de la mejor forma posible: cortes por línea de fondo, triples abiertos... Canastas que suman los mismos puntos que las de Westbrook o Durant pero que tienen un valor capital para OKC

Y nadie le ha regalado nada. Quiero decir, el porcentaje de aficionados que pedían banquillazo a gritos en algunos momentos de la temporada (y de la anterior...) fue realmente alto. Pero, igual que lo era para Scott Brooks, fue un fijo de Billy Bonovan desde el minuto uno. Sus compañeros le adoran, y no solo por las veces que salva la papeleta en defensa, sino por su ética de trabajo: es lo primero que sale de la boca de un Thunder cuando le preguntan por un buen día de Roberson. Y eso dice mucho.

Tan clave como lo fue Bruce Bowen en los Spurs, como lo era Ariza en aquellos Lakers o como lo han sido más o menos recientemente Shane Battier (Heat), DeShawn Stevenson, Danny Green, Dellavedova... Los detalles ganan campeonatos y estos tipos regalan un buen número de ellos por partido.

Donovan: la mejor sorpresa

Se dijo de él que su trabajo en Oklahoma estaba mejorando la imagen de Scott Brooks... El mundo NBA no podía estar más equivocado. El señor Donovan está dando lecciones a diestro y siniestro en su primera temporada en la Liga. Sí, son sus primeros playoffs. Aunque no lo parezca. Tenía las armas: dos de los mejores talentos del mundo con un gran grupo alrededor. Sí, pero nunca habían funcionado como lo han hecho durante las últimas semanas. Le ganó el cara a cara a Popovich (4-2) y se lo está ganando a Steve Kerr (3-1).

En ataque, Donovan ha conseguido que su equipo rinda al mejor nivel, tocando una tecla que siempre estuvo ahí: hay que jugar fácil. Cuando cuentas con tanto talento es normal querer hacer más de la cuenta, forzar un bote más, un tiro más. Ahora, Durant sale de los bloqueos de línea de fondo y se levanta, Wesbrook solo necesita una pantalla (a veces ni eso) y toma las decisiones 2-3 segundos antes de lo que en él era habitual (valen oro). Y ha recuperado para la causa al mejor Dion Waiters. Un 10. Así de fácil.

Lo de la defensa merece un estudio en profundidad. Al parecer, el técnico quiso implantar un sistema demasiado complejo durante la temporada y le salió realmente mal. Así que lo ha simplificado todo: sus jugadores lo entienden y el resto es cuestión de motivación y disciplina (siempre han tenido los brazos largos y un buen puñado de centímetros). Las canastas fáciles y el triple frontal son el enemigo. Y al enemigo ni agua.

Adams: el inteligente

Seguramente es, de los tres, el caso más visible. Creo que cualquiera que haya visto, aunque sea por encima, un par de partidos de la serie, entenderá que sin Adams no hay 3-1. Pero lo que sorprende no es su defensa, su intensidad o su tremenda capacidad de sacrificio (saltan a la vista), sino una inteligencia baloncestística impropia de un tipo que empezó a jugar al baloncesto más cerca de los 15 que de los 5 años. Estamos viendo a un joven que, pese a lo que pueda parecer, solo cuenta con 22 primaveras, y entiende el baloncesto mejor de lo que nadie hubiera podido imaginar. Sabe cuándo ayudar y cuándo no, cuándo cambiar y cuándo no, cuándo saltar y cuándo no... Se anticipa al movimiento del rival (triples de Curry) y su envergadura hace el resto. Además, aunque sigue aprendiendo, cada día lee mejor el pick&roll, algo de lo que ya se aprovecha Westbrook y de lo que pronto sacarán partido Durant y los tiradores. Conoce sus límites y nunca se los salta. Juega con el corazón, sí. Pero también con mucha, mucha cabeza.