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LA MEJOR Y LO PEOR DE AQUELLA ETAPA

McMillan y su favor al Real Madrid con Rudy y Sergio

El que será nuevo técnico de los Pacers es un gran conocido del aficionado NBA español por su etapa en Portland Trail Blazers.

McMillan y su favor al Real Madrid con Rudy y Sergio
REUTERS

Todo español aficionado a la NBA conoce de sobra al que será nuevo técnico de los Indiana Pacers. Nate McMillan, de 51 años, llega con 12 temporadas como head coach a sus espaldas, cinco en Seattle y siete en unos Portland Trail Blazers por los que pasaron en aquella etapa dos grandes representantes del baloncesto de nuestro país: Sergio Rodríguez y Rudy Fernández. Ambos juegan desde hace años en el Real Madrid, donde lo han ganado todo. Y lo hacen, en gran parte, por culpa (o gracias a, según se mire) del entrenador que ahora ocupará el banquillo del Bankers Life Fieldhouse.

Llegaron como jóvenes promesas a la mejor liga del mundo. Con ilusión, magia y el gran cartel conseguido en los torneos internacionales. Sus alley oops eran el pan de cada día, así como aquel mate de Rudy sobre el (entonces) gran Dwight Howard en la final de los Juegos Olímpicos de Pekín. Piernas frescas, mentes rápidas y un estilo de juego que se adaptaba, en principio, mejor que bien a la NBA. Más espacios, más ritmo... Aquello les venía como anillo al dedo, pensábamos. Y entonces, uno antes (Sergio llegó en 2006) y el otro después (Rudy en 2008), chocaron con un muro de hormigón armado de apellido McMillan.

El técnico de aquellos Blazers era un tipo metódico, recto y de ideas tan fijas que la simple sugerencia de cambio habría hecho retumbar los cimientos del Moda Center. Los dos españoles lucharon desde el banco, con mejor o peor suerte dependiendo de la noche (y de la temporada), dejaron muchos highlights en sus años en Oregón, pero nunca pasaron de eso: jugadores de detalles espectaculares pero sin el recorrido suficiente como para avanzar en una rotación que estaba cerrada con llave.

Los hay que dicen que merecieron más y también existe la opinión contraria. Lo único que podemos decir con certeza a estas alturas es que aquel candado impenetrable los mandó de vuelta a España. Rudy regresó vía Denver tras cuatro temporadas de las que nos quedamos con la primera: +10 puntos por partido, un récord de triples como novato (159) que le arrebató al año siguiente Stephen Curry (después lo batió Damian Lillard), un concurso de mates que dejó mal sabor de boca (las votaciones...) y +25 minutos por noche. Sergio, por su parte, acabó en Madrid tras probar fortuna en Sacramento y Nueva York, dejó pinceladas de su magia en cada parqué que pisó y regresó con los mismos problemas en defensa que atacaban los nervios de McMillan. Nunca llegó a los 20 minutos por partido.

Pese a aquel muro que no consiguieron derribar y que marcó, sin duda, sus carreras, ambos han acabado aprovechando su talento para llevar al Madrid a lo más alto en Europa. Que no esta nada mal. Al fin y al cabo, y merecieran más o no (todo es discutible), en la NBA solo hay sitio para 450 jugadores, de los cuales solo un 50% (aproximadamente) cuentan con minutos y oportunidades de verdad. McMillan le hizo, sin querer, un gran favor al Real Madrid.