BLAZERS 120 - WARRIORS 108 (2-1)
Lillard (40) manda un mensaje a los Warriors: sin Curry, sufrirán
Los Blazers, con un inmenso Aminu, son el primer equipo que bate a los de Oakland dos veces esta temporada. Klay (35) y Green (37), muy solos.
"Está haciendo lo que hace Curry", decía Jeff Van Gundy durante la retransmisión. Damian Lillard trituró a la defensa de los Golden State Warriors desde el perímetro (ocho triples, 40 puntos) y lideró a uno Portland Trail Blazers que no han llegado hasta aquí para ser meros espectadores. Con el base muy acertado desde los primeros compases, los locales mitigaron el gran arranque de Klay Thompson (18 puntos en el primer cuarto, 4-5 desde la línea de tres) y le dieron la vuelta al partido en el segundo cuarto para no mirar atrás. Draymond Green empujaba una y otra vez (ocho triple, partido soberbio en términos generales) pero, con la inestimable ayuda de un Aminu estelar (23 puntos, solo falló su último intento), Lillard se apoyó en McCollum cuando hizo falta y los Warriors no encontraron las respuestas necesarias en Iguodala o Barnes. Merecida victoria de unos Blazers que calientan una serie que vivirá su cuarto round en la madrugada del lunes al martes. El mensaje ha sido claro: sin Curry, o defienden 48 minutos como si les fuera la vida en ello, o las van a pasar canutas para salir de Oregón con un triunfo. Que mérito tiene Portland.
Dos son muy pocos
Nada se les puede reprochar a Klay Thompson y Draymond Green, pero estuvieron demasiado solos. El escolta salió como un avión, anotando por él, por Curry y por todos sus compañeros. Como ya hiciera en el primer choque de la serie, en un momento del primer cuarto, él solo llevaba más puntos que todos los Blazers (18-16). Klay pagó el esfuerzo inicial en el último cuarto y acabó con 35 puntos, miles de metros y cientos de bloqueos después. Cuando el '11' se iba quedando sin gasolina (trabaja el doble para conseguir tirar sin Curry sobre el parqué), apareció Draymond Green. El siempre correoso ala-pívot luchó contra viento y marea, contra Lillard, McCollum, Aminu y quien se pusiese por delante, pero perseguía un imposible: remontar él solo contra un equipo al que le sobran armas. Green acabó con 37 puntos, 9 rebotes, 8 asistencias y un 8-12 en triples. Tremendo esfuerzo que, como el de Thompson, quedó sin recompensa. Dos son muy pocos.
¿Dónde narices estaban el resto de Warriors? En el Oracle, todos se meten rápido en faena y no tardan en encontrar caminos fáciles a base de movimiento con y sin balón. Fuera, todo se complica. Barnes no existe, Bogut cometió la quinta falta con 23 minutos por jugar e Iguodala, que suele ser quien da un paso hacia delante en este tipo de choques, debió dormir bastante mal la noche anterior, porque no se enteró de nada: no fue determinante en defensa y aportó cero en ataque. Livingston (10 asistencias) y Barbosa (10) colaboraron, pero faltaban puntos e intensidad defensiva por todas partes.
Lluvia de triples
La defensa de los Blazers mantuvo un nivel de ocho y medio sobre diez durante casi todo el partido. Los Warriors no llegaban a puntear los tiros de Aminu y éste golpeaba una y otra vez (estuvo 8-8, 4-4 en triples): esta vez lo tenían crudo. El partido terminó con una preciosa lluvia de triples (31 en total) a la que se sumaron McCollum y Barnes: fue la primera vez en la historia de los playoffs que dos jugadores (Lillard y Green) cierran un partido con ocho triples cada uno.
Lillard, too good
Además, Lillard se convirtió en el primer 'Blazer' que consigue 40+10 en un partido de post temporada desde Clyde Drexler en 1992, y volvió a ofrecer su mejor versión contra los campeones. Esta temporada, en los tres partidos que han jugado los dos conjuntos en Oregón, el base ha estado imparable: 40, 51 y 40. "Se acaban los superlativos", dijo Terry Stotts cuando le preguntaron por la actuación de Lillard. Y el lunes, más
La eliminatoria gana enteros con el triunfo de los Blazers. "Ahora sienten que pueden hacerlo. Nosotros sabemos que no. Podéis esperar una batalla para el cuarto partido", aseguró un Draymond Green que si hay algo puede prometer es eso: batalla. Con o sin Curry.