Scott, sobre su salida de Lakers: "La lealtad ya no es lo que era"
"Si hubiera sabido que me iban a echar, habría jugado mucho más tiempo con los veteranos. Me habrían dado una posibilidad mayor de ganar", dice el ex de los angelinos.
38 victorias y 126 derrotas. Ese es el balance de Byron Scott al frente de los Lakers. El peor de los 20 entrenadores que han ocupado el banquillo de la franquicia a lo largo de su historia. Ese fue uno de los principales motivos por los que fue despedido hace dos semanas. "No vamos a contar contigo. Es muy duro, pero llevas mucho tiempo en este negocio", con estas palabras ha desvelado que Mitch Kupchak le comunicó el pasado 24 de abril su cese. Su sustituto, un Luke Walton que por el momento está inmerso como ayudante de Steve Kerr en la lucha por el segundo anillo consecutivo de los Warriors. "Va a ser un entrenador magnífico. Le deseo a él y a los Lakers todo lo mejor. Sigue siendo un fan suyo, sigo sangrando púrupura y oro", ha comentado el que también fuera exjugador a Mark Medina ('Los Angeles Daily News').
Pero pese a sus buenos deseos, el técnico guarda un recuerdo agridulce de su salida. "La lealtad ya no es lo que era, eso es lo primero que he aprendido", destaca en una entrevista concedida a 'Bleacher Report'. Así se explica: "Echando la vista atrás, en la conversación en la que acepté el cargo se habló que, dado el proceso de reconstrucción en el que se encuentra inmerso el equipo, las dos o tres primeras temporadas serían realmente duras. Eso fue lo que escuché y lo que transmití: estoy bien con ello mientras vosotros lo estéis. Soy una persona muy leal. Cuando digo que voy a hacer algo, voy a hacerlo. No haré lo contrario porque no sería yo. Así que sentía que al menos podría seguir un año más para proseguir con el desarollo de esos jóvenes jugadores".
Los minutos de los jóvenes
Precisamente, ese es otro de los aspectos por el que más ha sido criticado a lo largo de estos dos cursos al frente de los Lakers: el excesivo número de minutos que ha dejado en el banquillo a los Randle, Russell y demás jóvenes llamados a convertirse en el núcleo principal. Sin embargo, se muestra arrepentido por justo lo contrario. "Si hubiera sabido que esto iba a pasar, habría jugado mucho más tiempo con Lou Williams y Brandon Bass. Ese tipo de jugadores me habrían dado una posibilidad mayor de ganar partidos", argumenta. "Los jóvenes son jóvenes. Esperas que tarde o temprano se les encienda la bombilla y digan: '¡Ajá! Sé y comprendo lo que quieres decir'. Momentos como esos fueron muy fugaces", prosigue. "La dirección deportiva nunca me influyó en mis quintetos y rotaciones, aunque es cierto que en ocasiones a Kupchak le hubiera gustado que le diese más minutos a los jóvenes. Jamás me dijeron que hiciera cambios o algo parecido. Tenía que hacer malabarismos para encontrar un equilibrio entre el tiempo en cancha de esos jóvenes y los minutos de Kobe Bryant".
El adiós de Kobe
Precisamente, el vivir in situ las últimas andanzas de 'La Mamba' en la Liga le aportó su segundo gran aprendizaje durante su periplo 'laker'. "Durante su gira de despedida descubrí que sigo teniendo el respeto de un gran amigo como Kobe. En el momento en el que me anunció que se retiraba, mi gran objetivo fue asegurarme que llegara relativamente sano a su partido 82. Quería que fuera capaz de abandonar el parqué andando tras su último encuentro. Fuimos capaces de ello", concluye Scott.