Los Warriors de Curry celebran el 73-9 a base de jamón ibérico
La plantilla cenó en San Francisco en el restaurante B44 del español Dani Olivella: jamón, gambas al ajillo, arroz negro. La factura ascendió a 2.200 euros... y no pagó Curry.
Entre los 5.500 restaurantes que hay en San Francisco, los Warriors de Stephen Curry escogieron el B44 del español Dani Olivella para celebrar el 73-9 de la Regular Season y conjurarse de cara a los playoffs que arrancarán mañana frente a los Rockets de James Harden. Y tan listos y espabilados como se les ve en la cancha lo son fuera de ella, porque el plato estrella de la cena fue el jamón ibérico…
Los de la Bahía hicieron historia el miércoles por la noche al lograr el mayor registro de victorias y derrotas nunca visto en la NBA y lo celebraron el jueves a base de mucho jamón ibérico, gambas al ajillo y arroz negro, todo ello regado con la excelente bodega del B44, siendo el Rioja y Ribera del Duero los tintos escogidos para la ocasión. Fue una divertida cena de equipo, reservada a los quince jugadores de la plantilla y a un miembro de seguridad, en la que reinó el buen ambiente, las risas y las bromas, brindando entre todos por el espectacular 73-9 con el que han batido el 72-10 de los Chicago Bulls de Michael Jordan y por el segundo anillo consecutivo que debería llegar en una semanas.
El importe de la cuenta ascendió hasta los 2.200 dólares y el que pagó fue Andy Varejao, dejando una generosa propina de 400 dólares. El brasileño conoce al propietario del restaurante de la época en la que fue jugador del Barcelona, en la Liga ACB (2002-2004). Ya cuando jugaba en Cleveland Cavaliers llevó a cenar allí a todo su vestuario con LeBron James a la cabeza. Dani, además, tiene otro restaurante en Austin, el Barlata, del que es socio Lance Armstrong y el campeón olímpico español Samuel Sánchez, siendo lugar de visita obligado para Fernando Alonso cuando hay GP de Fórmula 1 en Texas, así como para pilotos de MotoGP como Barberá, que estuvo hace unos días.
El B44 de San Francisco está situado en un callejón y los jugadores de los Warriors tuvieron que aparcar los coches por su cuenta, recorriendo luego a pie la distancia hasta el restaurante. Eso hizo que la gente los reconociera por la calle y se amontonara a las puertas del restaurante, hasta donde también llegaron numerosas cámaras para contar su conjura antes de unos playoffs en los que perseguirán su segundo anillo de campeones.