Todorovic: "Trato de pasar página con lo del Khimki"
El pívot montenegrino se mostró sorprendido con el recibimiento de Miribilla el sábado, por encima de lo que esperaba. Confía en adaptarse bien al puesto de cuatro
Miribilla se rindió el sábado a Marko Todorovic. Sito Alonso lo sacó más que nada para recibir el homenaje que por apretura de tiempo y celeridad en los acontecimientos no pudo recibir el año pasado tras caer en el playoff ante el Valencia. Se metió por méritos propios en el cinco ideal de la Liga y su sociedad con Quino Colom es parte de la historia del Bilbao Basket. Hace tres días en la presentación ante el Fuenlabrada fue ovacionado de forma efusiva y cuando saltó a la pista los casi diez mil hinchas corearon su nombre. "Fue impresionante, me esperaba un buen recibimiento por lo que ocurrió el año pasado, pero lo que me tributaron estuvo por encima de lo que podía pensar. Tengo un agradecimiento total a la gente", confesó hoy antes de entrenarse con sus nuevos-viejos compañeros.
En los últimos cuatro años sólo ha jugado asiduamente en uno y eso es un lastre muy enorme para un jugador tan joven y prometedor. Kurtinaitis le tachó en el Khimki y la llegada de Ivanovic al banquillo del equipo ruso no le cambiaba la vida porque ya no se podía reactivar su ficha. Así que, tras un largo proceso a tres bandas, el Barcelona, que tiene los derechos del pívot en ACB, accedió a una cesión a Bilbao, donde más a gusto se ha sentido en su carrera en la cúspide. "Todo está yendo muy bien. Estoy muy contento de encontrarme de vuelta. Era difícil tener minutos el otro día ante el Fuenlabrada, conozco muchas cosas, aunque algunas son nuevas. Lo importante es que el equipo consiguió el objetivo y el 'average", desmenuza.
No quiere ni oír hablar de su etapa en Rusia, en la que ha ido perdiendo la luz con la que salió de las ACB. "No han sido los mejores siete meses de mi carrera, trato de pasar página". Sobre la semana que ha tenido que transcurrir para llegar a un acuerdo, tampoco es que le pusiera muy nervioso, porque ya intuía que el final de año estaba en la cuneta. "Estaba allí entrenando, todo seguía igual, una semana más o menos... lo que quería era jugar". Ahora tiene una misión: recuperar la alegría y los automatismos de cuatro, perdidos el año pasado en casi todos los partidos, ya que despuntó como cinco (alguna vez sí jugó abierto con Latavious más interior): "Mientras el entrenador siga, este equipo seguirá siendo como todos los de Sito, un bloque que trabaja mucho, a ver hasta dónde llega. Es bueno para todos y para mí si puedo ocupar los dos puestos, según lo que exija el partido. No estaba en la reunión de inicio de temporada, la idea será competir todos los partidos, yo prometo muchas ganas de jugar y ayudar... darlo todo".