TIMBERWOLVES 104 - WARRIORS 109
Curry y los Warriors sobreviven a un gran Ricky Rubio (20+11)
El base español fue el mejor de los Wolves y anotó tres triples, por los dos de un gris Stephen. Golden State, (7-0) tras derrota. A 10 victorias de superar el 72-10 de los Bulls.
Pese a que los Timberwolves no pisan los Playoffs desde 2004 (y esta temporada tampoco lo harán, la tercera peor racha de la historia), el ambiente que se vivió en el Target Center durante la visita de los Warriors fue lo más parecido a un partido de postemporada que se recuerda en Minneapolis. El reto, convertirse en el primer equipo que esta temporada logra superar a los actuales campeones tras encajar una derrota (cayeron en la madrugada del sábado ante San Antonio). A punto estuvo de consumarse la sorpresa. Pero finalmente Draymond Green (de largo el mejor visitante: 24 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias, 3 robos y 3 tapones) impuso su ley y acabó decidiendo para Golden State (104-109). Y todo ello, pese a la destacada actuación de un Ricky Rubio que, como dato curioso, anotó más triples que un gris Curry (tres por dos).
Visto lo visto en los últimos ataques de los de Sam Mitchell, el base de El Masnou quizá debiera haber asumido un mayor protagonismo. Y eso que acabó firmando unos muy buenos números 20 tantos, 11 asistencias, 4 rechaces y 4 robos de balón. Es más, su suspensión desde 6 metros a falta de 55 segundos volvió a dar esperanzas a los lobos (103-105). Aunque ya no volvió a mirar el aro. Al ataque siguiente, tras error previo en el triple de Green, Andrew Wiggins tuvo en sus manos el empate. Muy mala selección de tiro por parte del canadiense. Su turn around con Draymond Green encima y segundos aún de sobra antes de consumir la posesión fue un dolor. De poco sirve completar una notable primera mitad y ser el máximo anotador de la noche (25 puntos) si fallas tus tres últimos lanzamientos y desaprovechas el regalo de Curry (muy lejos de su mejor versión) al mandarte a la línea para ejecutar tres tiros libres con tu equipo 103-107 abajo en el marcador. Restan 7 segundos para el final y es legítimo que el tercero lo tires a fallar para intentar sacar petróleo en el rebote. Pero para ello debes anotar los dos anteriores. Si el primero lo desaprovechas... Condiciones y físico tiene (tiro aún no) para ser uno de los grandes de esta Liga, pero debe aprender a leer mejor el juego y a no precipitarse. Su compañero Karl-Anthony Towns (24+11) cuenta con un año menos de experiencia, pero al verle jugar parece justo lo contrario.
Cuestión de confianza
Pese a ello, disfrutamos de un partido entretenido y vistoso pese a las enormes diferencias con las que ambos contendientes se presentaron: 40 victorias más en el casillero de unos Warriors en los que Curry promediaba el mismo número de triples que su rival al completo (5,1 por los 5,2 de los Wolves). Pero el genial base de los Warriors no fue el de su anterior visita al Target Center este curso (46 puntos y 8 tiros de tres en la exhibición que se marcó a mediados del pasado noviembre). Siguió en la versión descafeinada, sin chispa y acierto, que mostró en San Antonio: tras el 2/9 desde más allá del arco de esta madrugada, acumula un 3/21 en sus dos últimas actuaciones. Nos tiene tan malacostumbrados que extraña verle fallar tanto. "No voy a dejar de tirar", tranquiliza el MVP. Acabó con 19 tantos en su cuenta y 11 asistencias. La última de ellas, aprovechando el doble marcaje que atrae su sola presencia, para el mate de Green que rompió el 101-101, el vigesimotercer y último empate en el marcador.
A 10 victorias de hacer historia
Lo que tienen los grandes equipos es que consiguen ganar sin estar a pleno rendimiento. De nuevo sin Bogut e Iguodala (hombres fundamentales en el esquema de Steve Kerr), consiguieron sacar adelante un duelo trascendental en la batalla que mantienen con los Chicago Bulls de hace justo 20 temporadas (los de Michael Jordan) por superar su 72-10 y establecer un nuevo récord histórico. Camino llevan (deben sumar 10 victorias más en 12 partidos), en parte gracias al 5/5 en triples que aportó un Klay Thompson que desapareció en el último acto y despuntó en el tercero (pese al festival de pérdidas visitante). Lucen un 63-7, un registro nunca visto tras 70 encuentros (62-8 sumaba aquel legendario grupo dirigido por Phil Jackson). Es más, los Celtics 84-85 y los Spurs 15-16, son junto los únicos equipos que pueden presumir junto a ellos de alcanzar la barrera de los 70 encuentros sin cosechar dos derrotas consecutivas. Más datos, los pupilos de Steve Kerr consiguieron anoche su 31º triunfo a domicilio del curso. Algo que sólo 10 franquicias habían logrado antes. La última, el roster de los últimos Celtics campeones (2007-08).
Buenos mimbres
Por su parte, los Timberwolves se pueden marchar con la cabeza bien alta. "San Antonio hizo un gran trabajo y seguimos su plan. Algo diferente al nuestro habitual, pero salimos reforzados", comentó un Rubio cuyo único lunar fueron sus 6 pérdidas. No lograron el triunfo, pero volvieron a demostrar la mejora en su juego que vienen exhibiendo a lo largo de las últimas semanas. Su joven y talentosa plantilla se complementa y entiende cada vez mejor. Gran noticia. Además de Towns y Wiggins (sus dos grandes refrentes ofensivos), Dieng está contando por fin con los minutos que merece (ante Golden State fue junto a Ricky el único local con un +/- positivo durante su presencia en cancha) y LaVine se encuentra mucho más cómodo jugando con un base puro que le libere de las tareas organizativas y le permita exhibir sus prodigiosas cualidades físicas (¡qué dos mates se marcó!). Quizá dejen en 12 añus su racha sin pisar los Playoffs y en 2017 los vemos pelear por el anillo.