Los Spurs funden a los Warriors del peor Curry (1/12 en triples)
San Antonio sigue sin perder en casa, donde iguala la segunda mejor marca histórica: 44-0. Su defensa deja en 79 puntos a Golden State, 37 menos de lo que promedia.
No hay manera. Los Warriors continúan sin ganar en San Antonio, ciudad en la que acumulan 33 derrotas consecutivas desde el 14 de febrero de 1997: la peor racha NBA en la actualidad de un equipo en cancha rival y la segunda peor de la historia. Al contrario de lo que ocurrió en el primer duelo entre ambos disputado el 25 de enero en el Oracle, los Spurs sí consiguieron sacar a relucir su defensa para llevarse el triunfo (87-79). La peor anotación de la temporada para unos Warriors que aterrizaron en el inexpugnable AT&T Center (35-0 este curso y 44 triunfos consecutivos que les permite igualar la segunda serie de todos los tiempos) promediando 115,9 puntos por noche: se quedaron en 36,9 tantos menos de lo que acostumbran. Pese a ello, a los de Steve Kerr les queda el consuelo de seguir firmando el mejor inicio de la historia tras 69 partidos: 62-7 por el 61-8 que los Bulls de Michael Jordan lucían a estas alturas en el curso 1995-96.
Los actuales campeones pagaron la superioridad local en el rebote (53-37) y su falta de puntería (37,8% en tiros de campo con un 9/36 en triples). Especialmente desacertado se mostró un Stephen Curry que completó su peor noche del curso (algo con lo que acabaría ironizando vía Twitter poco después): se quedó en 1/12 en tiros de 3 puntos para un 22,2% de acierto (4/18). Los peores datos en lo que llevamos de campaña. Aunque eso sí, sigue ampliando su serie de más partidos consecutivos con al menos un triple: son ya 139 encuentros. Un tiro que que logró mediado el tercer cuarto y servía para poner el empate a 55 en el marcador. Acababa así con la renta de 11 puntos (43-32) que los texanos amasaron al filo del descanso tras triple de Ginóbili.
Tim Duncan, suplente por tercera vez
Fue un partido en el que los de Popovich impusieron su ritmo y frenaron, pese a las 18 pérdidas de balón que cometieron, los puntos fáciles de contraataque de su rival. No estuvieron cómodos los Warriors en ningún momento. Incapaces de sacar partido de su principal arma (los triples), quizá debieran haber ido hacia dentro con mayor decisión. Aunque eso sí, en su descargo hay que señalar que venían de jugar 24 horas antes en Dallas (a estas alturas de la temporada, los back to backs acrecientan el cansancio físico) y que contaban con las bajas de su pívot titular (un Andrew Bogut cuya presencia en este tipo de partidos se extraña y mucho por su oscura labor en los tableros y para liberar los tiradores con sus bloqueos indirectos), de Festus Ezeli (otro puntal interior) y de su mayor revulsivo en el banquillo: Andre Iguoadala. Esta vez, la superioridad de centímetros 'spur' sí se hizo notar. Y eso que Tim Duncan partió como suplente por tercera vez en los 1.383 partidos de Regular Season que lleva disputados en su carrera y apenas disputó 8 minutos, su cuarto peor registro en este apartado.
Kawhi Leonard y el rebote ofensivo
En su lugar partió de inicio un Boris Diaw que demostró sentirse preparado para el tramo final de la temporada. El francés compartió pareja de baile en la pintura con un LaMarcus Aldridge que se reivindicó, pese a su 11/25, tras quedar retratado en Oakland: 26 puntos (máximo anotador) y 13 rebotes. Ambos fueron decisivos para desequlibrar la balanza junto a Kawhi Leonard. El verdadero referente de este equipo inmortal no tuvo su día cara al aro (5/14 pese a aportar 18 tantos), pero es un espectáculo verle defender, además de acabar resultando fundamental con sus 14 rebotes, 6 de ellos ofensivos. Esas segundas opciones, tres de las cuales las consiguió en el último acto, fueron minando la moral de los californianos. Estos llegaron con opciones al tramo decisivo (82-79 a 2:23), pero la realidad indica que los texanos no han ido por debajo en los últimos 4 minutos de ninguno de los 35 partidos que han disputado esta campaña en su feudo.
Por debajo de los 80 puntos dos años después
No fue un encuentro espectacular, de tanteo despampanante y jugadas asombrosas. Pero sí fue un duelo de máxima intensidad, propio del mes de mayo. Ambos contendientes querían ganar y lo consiguió el que estuvo menos tiempo por debajo de su mejor versión. La pizarra de Popovich consiguió funcionar para dejar a los diablos de Oakland por debajo de los 80 puntos por primera vez en dos años. Acaba así una racha de 183 encuentros que arrancó tras una derrota en Charlotte el 4 de febrero de 2014. En una semana, los Warriors pasaron de firmar 81 tantos en la primera mitad ante los Blazers a producir apenas 79 en 48 minutos en El Álamo. A la par que Klay Thompson y Stephen Curry pasaron de su 16/27 en triples la noche anterior ante los Mavericks al 2/19 de hoy. Poco pudo hacer un Draymond Green que rozó el triple-doble: 11+9+8.
Primera derrota ante un Top-10
Así que los Spurs salen con la moral reforzada a la par que se aferran aún a la posibilidad de hacerse con el factor cancha de cara a una más que probables final del Oeste contra su adversario de esta madrugada. Los de Pop lucen ahora un 59-10 que les coloca a tres partidos de Golden State. Y en la última semana de Reagular Season tenemos otros dos enfrentamientos entre ambos como antesala de los Playoffs. Encuentros que más allá de que puedan tener alguna influencia estadística, puede que acaben decidiendo varios récords históricos: el ya mencionado 72-10 o el que podamos ver por primera vez una temporada perfecta como local (San Antonio luce un 35-0 por el 32-0 de los Warriors). Motivos de peso para no perder vista el desenlace de esta sorprendete liga regular. Aunque cábalas a un lado, lo que ya es una realidad es el primer KO del curso de los de Steve Kerr ante uno de los 10 mejores equipos de la competición. Su balance entre las franquicias punteras pasa a ser ahora de 19-1. No está nada mal. Como gusta decir al otro lado del Atlántico: 'The show must go on'.