Derrick Gordon, primer jugador gay en el March Madness
Juega en Seton Hall, tiene 24 años y es el primer jugador abiertamente gay que juega el torneo universitario. El vestuario le apoya: "ha pasado por mucho, es muy maduro".
Derrick gordon
Derrick Gordon tiene 24 años, es escolta y juega en Seton Hall después de pasar por Wenser Kentucky y UMass. Es un buen jugador de equipo, excompañero de instituto de Michael Kidd-Gilchrist, que sale desde el banquillo y anota casi 10 puntos por partido para una Universidad que llega al March Madness desde el sexto puesto en el Midwest: debuta hoy contra Gonzaga. Mucho más que eso, es el primer jugador que juega el torneo universitario siendo abiertamente gay. Ya había participado antes, ahora lo hará por primera vez desde que hace casi dos años decidió revelar su condición sexual. Jugaba en UMass: “No quería seguir ocultándome, no quería mentir más. Llevaba tiempo preguntándome cuándo un jugador universitario saldría del armario, hasta que me dije que ese jugador podría ser yo”. Tras el anunció, aseguró en Twitter que era un hombre liberado y que “nunca había sido tan feliz”. Le animaba también el anuncio de Jason Collins, que declaró que era homosexual todavía como jugador en activo de la NBA: “Fue muy importante descubrir que al entorno de la NBA le parecía perfecto, que eso ya no era un problema en la NBA”.
Cuando dejó UMass, y antes de recalar en Seton Hall, su recién anunciada condición sexual jugó un papel nada agradable en la búsqueda de un futuro mejor: “Algunos equipos no me querían por ser gay y me cogió algo desprevenido, me hizo mucho daño. Me trataron como si mi lugar no estuviera en la NCAA aunque ningún entrenador vaya a reconocer públicamente que no quiere jugadores gays en su equipo”.
Ahora sí se siente plenamente satisfecho en su actual destino, donde sus compañeros valoran abiertamente lo que aporta como jugador en la pista y, sobre todo, como líder en el vestuario. “Es muy maduro, ha pasado ya por muchas cosas y ha madurado. Aporta calma para un grupo como el nuestro, que a veces es demasiado emocional”, dice su entrenador Kevin Willard.
Avanzan Michigan y Holy Cross
Los Wolverines de Arizona, que han llegado al torneo con un perfil bajo, se impusieron a Tulsa (67-62) y se enfrentarán ahora a Notre Dame, un partido en el que ya no partirán como favoritos. En un día errático en el tiro, Zak Irvin apareció en el último minuto para anotar el triple y los dos tiros libres que sacaron a su equipo del apuro. Irvin terminó con 16 puntos y Duncan Robinson con 13 y 11 rebotes. El mejor de Tulsa fue Shaquille Harrison: 23 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias.
En el otro encuentro de la jornada, Holy Cross logró su primer triunfo en el torneo desde 1953 tras desembarazarse de los Jaguars de Southern University (59-55). Robert Champion anotó 19 puntos, incluido un triple fundamental en el último minuto. Ahora, uno de los equipos con los que no se contaba a estas alturas del calendario buscará la improbable sorpresa ante Oregon, cabeza de serie en su lado del cuadro (West).