Curry vuelve a Toronto, el lugar donde comenzó su leyenda
El extraordinario MVP de la NBA jugará su tercer All Star en la ciudad en la que maravilló con 13 años con un equipo de colegio y cuando su padre jugaba en los Raptors.
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La vida de Stephen Curry está llena de coincidencias, muchas motivadas por las idas y venidas de su padre, Dell Curry, que jugó en la NBA entre 1986 y 2002 y que pasó por Utah, Cleveland, Charlotte, Milwaukee y Toronto. Un buen jugador que ya es inevitablemente el padre de. En marzo de 1988 y con su padre enrolado en los Cavaliers, Steph nació en Akron (Ohio), el mismo lugar en el que había nacido LeBron James. Después se crió en Charlotte, donde su padre jugó entre 1988 1998 y por eso, por ejemplo, lo dio todo para apoyar a Carolina Panthers (sin suerte: no todo le iba a salir bien…) en la pasada Super Bowl.
Ahora Curry va a jugar su tercer All Star consecutivo y va a defender su corona de campeón del Concurso de Triples convertido en el mejor jugador del mundo, en ruta hacia su segundo MVP consecutivo. Y va a jugar ese tercer partido de las estrellas precisamente en Toronto, donde dejó la primera semilla del jugador que sería porque, otra vez, su padre apuraba su larga carrera en los Raptors (1999-2002).
En el Queensway Christian College, un pequeño colegio privado que ya ni existe en la zona de Etobicoke, al oeste de Toronto, un diminuto Curry de 13 años dejó un recuerdo imborrable que luego refrendó con su anotación en el anuario escolar: “Algún día quiero llegar a jugar en la NBA…”. De su mano, el equipo del colegio, los Saints, pasó de no hacer ningún ruido a ser la envidia de la zona, invicto durante la temporada 2001-2002 (16-0) y con Curry iluminando el día de mayor peligro: contra Hillcrest Junior Public School y con una desventaja de ocho puntos a dos minutos del final, les dijo a sus compañeros que le “dieran la pelota”. Anotó tres triples consecutivos y nueve de los últimos doce puntos de su equipo, que ganó 54-48. En total metió 44. Solo anotaron otros dos jugadores: uno era su hermano Seth (4 puntos) y el otro Casey Field, que ahora bromea sobre esos 6 puntos: “mi gran momento de fama”.
Su entrenador por entonces era también profesor de historia: James Lackey. Ahora reconoce que sigue teniendo trato con Curry pero se quita cualquier mérito que se le pudiera atribuir: “sería ridículo que dijera que influí mucho en el jugador que es ahora”. Pero sí recuerda, por ejemplo, como el ahora letal tirador le contaba que tendría que cambiar su mecánica de tiro para que no le pusieran tapones cuando se enfrentara a rivales mucho más grandes que él. La historia la ha recuperado Diamond Leung para el San Jose Mercury News. El periodista incluso le mostró la foto de aquel equipo de colegio, de la que Curry destacó “el espantoso mostaza de las camisetas”. Así fueron los inicios de Curry, de Akron a Carolina pasando por Toronto. El resto, es historia. Y se está escribiendo ante nuestros ojos.