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ANÁLISIS DE LA DECISIÓN

¿Se equivocó LeBron? Wade, Bosh, Riley, Spoelstra... 'Good times'

Con Kyrie Irving y Kevin Love fuera del partido de las estrellas, nos preguntamos si El Rey tomó la decisión correcta hace año y medio.

Cuatro años pasaron entre el "Me llevo mi talento a South Florida" y el "Vuelvo a casa" que copaba aquella portada de Sports Illustrated. Pues bien, ahora, año y medio después de la última gran decisión de LeBron James, con sus sextas finales en el bolsillo y media temporada más en los archivos, puede que sea buen momento para hacerse la siguiente pregunta: ¿se equivocó El Rey?

Hay varios factores que me incitan a realizar la siguiente reflexión. Entre ellos, el nivel que están demostrando sus antiguos compañeros de Big Three, Chris Bosh y Dwyane Wade, y su participación en ese próximo All Star Game en el que no estarán ni Kyrie Irving ni Kevin Love. También la gran labor de Pat Riley en lo que a la confección del equipo se refiere, así como la experiencia de compañeros, técnicos, etc. Imposible olvidar por ahora el despido de David Blatt y la aparición de Tyron Lue: la gestión de la franquicia y los valores de ésta también pueden ser fundamentales en el camino hacia el campeonato. Muchas son las preguntas que levantan estos nuevos Cleveland Cavaliers y me ha dado por pensar en si LeBron tomó la decisión correcta o si todavía podría haber exprimido más aquella gran racha junto a Spoelstra

¿Son mejores estos Cavs de los que serían los Heat en estos momentos si El Rey se hubiera quedado en South Beach?

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Ni en el blanco de los ojos

Muchos son los factores que influyeron en aquella decisión. Nadie, y mucho menos un competidor como LeBron, elige algo así sin pensarlo durante semanas. Quizá meses. Hablamos de tiempo, el mismo que te da la madurez y la experiencia. Puede que éste se el primer punto que me lleva a dudar aquella decisión de LeBron.

Más allá de los resultados actuales del equipo, que para nada son malos ni indicativos de que el '23' se equivocara en su momento, hay que analizar las circunstancias en las que se forma la parte más importante del nuevo super equipo: el corazón del nuevo navío de guerra que capitanea El Rey. Las dos patas del nuevo tridente tienen los nombres de Kyrie Irving y Kevin Love, dos grandes jugadores que llegan a Ohio sin haber empatado contra nadie, con perdón. Cuando LeBron aterriza en Miami, allí le espera el gran Dwyane Wade y le acompaña un jugador franquicia con experiencia en playoffs y cuatro veces All-Star. Flash ya sabe lo que es ganar un campeonato (y ser MVP de unas Finales de la NBA) y es una auténtica super estrella de la competición. Un jugador imparable en el uno contra uno y con la experiencia y la madurez de quién conoce el proceso de memoria. Bosh, por su parte, cambia las primeras rondas con los Raptors por la oportunidad de su vida, el protagonismo indiscutible por la tercera vía. Pero antes de coger aquel avión a Florida, uno de los mejores raptors de la historia ya tiene es su currículo cinco campañas de +22 puntos, dos presencias en post temporada y cuatro partidos de las estrellas.

Voy al grano: el Kyrie Irving con el que se encuentra LeBron en 2014 no se parece en nada al Wade de 2010, y el Kevin Love que viaja después a Ohio, aunque se acerca más, tampoco está al nivel de aquel Chis Bosh que ganó hasta 47 partidos en Toronto. Un último dato al respecto: cuando El Rey aterriza en casa, ninguno de sus dos alfiles sabe lo que es llegar al 50% de victorias en una campaña ni lo que es ganar un partido de playoffs, todo lo contrario que cuatro años antes.

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La importancia de llamarse Pat

No tengo nada en contra de David Griffin ni de Dan Gilbert, pero lo cierto es que ninguno de los dos es Pat Riley. Sin haber fallado demasiado, sí hay varias cosas que se pueden achacar a la gestión de oficinas en los últimos meses: la eterna pelea de los 80 millones con Tristan Thompson, con LeBron presionando, el cambio repentino de técnico e incluso el 'no' de Ray Allen (esto último solo es un ejemplo).

Vamos a dejar las cosas claras: Riley crea equipos ganadores. Cientos de jugadores han salido de reuniones con el magnate de los Heat diciendo que éste sabe perfectamente cómo ganarse al que está sentado al otro lado de la mesa. Te convence y punto. No hay muchos como él en la liga. Más bien muy, muy pocos. Los líos de oficinas descentran y molestan a los jugadores, como decía el propio LeBron cuando los Cavs llevaban meses lidiando con el ala-pívot canadiense. Cuanto más rápido y más fácil, mejor. 

El nombre de Ray Allen solo lo saco a pasear como ejemplo. ¿Hubiera jugado un año más si LeBron no se hubiera ido de Miami? Puede que nunca lo sepamos, pero lo cierto es que los dos últimos años había sido una pieza importante en post temporada y que James le echó de menos el curso pasado, sobre todo en las Finales. Repito, Riley te convence y punto. Sin ir más lejos, Stoudemire y Gerald Green por 900.000 euros cada uno: fácil. Y sin un LeBron que venda el campeonato.

Spoelstra: la comprensión en silencio

Le llovieron palos, pero acabó recibiendo flores. Erik Spoelstra asume el cargo de técnico jefe en 2008, después de 11 años como asistente en los que lo aprendió todo del propio Riley (en dos etapas) y de Stan Van Gundy. Borned and raised, como quien dice.

Nunca fue un entrenador de los que buscan titulares, pero siempre supo escuchar. Tuvo sus más y sus menos con LeBron durante los cuatro años que éste pasó en South Beach, pero estaba allí mucho antes que él y seguiría estando después: así hacen las cosas las grandes franquicias (o muchas de ellas). Las comparaciones con David Blatt nos llevan de cabeza a una palabra: entendimiento. Spoelstra siempre llegó a acuerdos con los jugadores, mientras que Blatt no logró que nadie le entendiera en ese vestuario. Ser nuevo no ayudaba y la presencia de Lue, amigo de LeBron con quien además comparte agente, seguramente tampoco.

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Bill Ingram/Palm Beach Post

A contracorriente

Ya hemos visto que los Cavs no han seguido el modelo Spoelstra o Popovich, pero es que tampoco han seguido el modelo Golden State Warriors. ¿Es bueno concederle tanto poder a LeBron? ¿Habría que pensar más en el equipo y menos en sus necesidades y gustos particulares? abro otro debate ahí. 

Lo cierto es que los vigentes campeones de la liga también cambiaron de entrenador de forma repentina, pero las razones no pueden ser más opuestas. En circunstancias parecidas, los Warriors de Mark Jackson y los Cavs de Blatt eran dos equipos que funcionaban bien, pero lejos del nivel que se requiere para ganar un anillo. Analicemos los cambios: los de Oakland cesan a Jackson, el amigo de los jugadores, el técnico al que todos quieren y apoyan públicamente, y lo hacen para traer a un novato, Steve Kerr, con las ideas muy claras, respetado por su pasado en los parqués y que sabe lo que tiene que inculcar a sus pupilos para ganar un anillo (ganó cinco como jugador). Toman la decisión pese a lo que pueda pensar Curry. Los de Ohio, por su parte, acaban con Blatt, el entrenador nuevo que nunca entendió a LeBron (éste no se va a quejar...), para poner en su lugar a Lue, amigo de El Rey desde que tenían 15 años. ¿Ven la diferencia? Los dos buscan mejorar y los dos cambian de técnico, pero las operaciones son polos opuestos.

En definitiva, Cleveland se parece muy poco a Miami. Y no hablo de las ciudades. Así, y después de reflexionar un rato, vuelvo a preguntar: entonces, ¿se equivocó LeBron?