NEW YORK KNICKS 119 - SIXERS 113
Los Knicks sobreviven a dos prórrogas ante los Sixers
Carmelo forzó la primera prórroga tras desperdiciar una renta de 18 puntos. Los Sixers forzaron la segunda, pero no sirvió de nada. Porzingis se fue lesionado.
Los New York Knicks tuvieron que sufrir para frenar la racha de dos derrotas consecutivas y ganar a Philadelphia por 119-113. Tuvieron la victoria en su mano en el tercer cuarto, cuando consiguieron una renta de 18 puntos, pero una nefasta defensa y una inoportuna lesión de Porzingis en el pie derecho (estaba siendo el mejor) dieron alas a unos Sixers ilusionados con sumar el sexto triunfo de la temporada (balance de 5-38).
El duelo de rookies se quedó a medias. A la ya mencionada lesión de Porzingis se unió que Okafor no jugó los últimos minutos del encuentro. Raro, teniendo en cuenta que también estaba siendo el mejor de los de Philadelphia. Así, tuvo que conformarse con 20 puntos (líder en anotación de su equipo) y 7 rebotes en 25 minutos. Su homólogo en los Knicks se fue al banco con su 16º doble-doble de la temporada: 16 puntos, 12 rebotes y 4 asistencias. Carmelo, negado de cara al aro, terminó con 19 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias, pero un 7/28 en tiros de campo.
La casi-remontada
El partido comenzó un tanto remolón. Necesitó un mate de Porzingis para abrir boca y recordar que, a pesar del inusual horario, hoy se jugaba un partido. Los enormes brazos del letón hicieron que en 8 minutos ya hubiera capturado 7 rebotes. Al otro lado del parqué, la réplica. Un Okafor muy solo lideraba a los suyos con 12 puntos en 9 minutos. La batalla de los rookies. Así se llegaba al final del primer cuarto, 29-29 y una floja defensa.
Tampoco mejoró en el segundo. Los Knicks, incapaces de mantener a los de Philadelphia fuera de la pintura. Con Porzingis en el banco, los pupilos de Brown encontraban vía libre bajo el aro. Sin embargo, los Sixers tampoco andaban muy finos en el aspecto defensivo, salvando el trabajo de Covington sobre Carmelo, que llegó al descanso con un pobre 2/10 en tiros de campo y 0/1 en triples. Cabe destacar que volvía de su lesión de tobillo, la misma que le obligó a perderse los dos partidos anteriores.
Con un 47-52 se llegaba al descanso y la sensación de que los únicos con ganas de jugar eran Okafor (14 puntos y 5 rebotes al descanso) y Porzingis (9 puntos y 8 rebotes). A rachas, se sumó Robin López (10 puntos y 4 rebotes), pero en general un partido descafeinado. Ya en la segunda mitad, los Knicks salieron a la pista con la lección semi-aprendida. Les duró el tercer cuarto, cuando consiguieron romper el partido para irse 18 arriba.
Entonces Noel (destacado con 18 puntos y 13 rebotes), Canaan, Thompson, y Smith decidieron montar la fiesta para dinamitar en el último cuarto todo lo que habían conseguido los de Fisher en el tercero. Este último especialmente, con un festival de pases que volvió loca a la defensa local (16 puntos, 7 rebotes y 16 asistencias al final del partido). Con un Porzingis en el banco por molestias en el pie derecho, los Sixers aprovecharon para ajustar el marcador y hacer sudar un poco más a los de Nueva York. Un triple de Thompson y una posterior canasta de Smith daban la vuelta al marcador y ponían el 93-96. Entonces se obró el milagro. Carmelo, con un triple para enmarcar, forzaba la prórroga en el Madison.
Y volver a empezar...¡por dos veces! Tras una prórroga más seria (especialmente en el plano defensivo) volvían los Knicks a ponerse por delante. Afflalo y Thomas acudían a la ayuda de sus compañeros. Y así, tras anotar Thomas dos tiros libres que daban ventaja a los Knicks, era Covington el que forzaba la segunda prórroga. A partir de ahí, la experiencia de Afflalo (25 puntos y 7 rebotes) y un par de grandes acciones de Galloway sentenciaron el partido.