No sabemos si el plan de Sam Hinkie (acumular rondas y rondas de draft para construir un equipo joven, de talento y competitivo) se cumplirá algún día. Pero lo que sí sabemos es que el deambular de los Sixers por el desierto (cambien la arena y las dunas por derrotas y más derrotas) continúa. Ante los Celtics y en Boston, Brett Brown (papelón el suyo) y sus chicos dejaron una buena imagen (mejor defensa) y rozaron la sorpresa. Pero acabaron perdiendo (84-80) porque Isaiah Thomas (30 puntos y 6 asistencias para el base) apareció justo a tiempo. Así que 'Philly', que no gana desde el pasado 27 de marzo, acumula entre esta y la temporada anterior una racha de 26 derrotas consecutivas. O lo que es lo mismo, están a una sola de lograr la peor que jamás se haya visto en una de las cuatro grandes ligas del deporte norteamericano. Por el momento ha dado caza a los Tampa Bay Bucaneers 1976-77 (NFL), a los Cavaliers post-LeBron (2010-11) y a ellos mismos, los Sixers 2013-14. 

Pero hay más. La lista de récords negativos que llevan camino de pulverizar sigue. Y es que están a tan sólo dos derrotas de igualar el 0-18 con el que los Nets (aún en New Jersey) abieron el curso 2009-10. Camino llevan de mejorar el peor arranque de siempre: deben visitar Houston y Memphis en dus dos próximos partidos antes de jugarse ante los Lakers la posibilidad de 'hacer historia'. Además, también cuentan desde esta madrugada con el dudoso honor de ser la única franquicia que puede presumir en la historia de la NBA de haber iniciado dos temporadas seguidas con un 0-16 en contra. El curso anterior lo abrieron con un 0-17 al que lograron poner fin venciendo a los Timberwolves.

"¿De cuántas rachas he formado parte? Soy insensible a ello", explica un Brown que luce un balance de 37-142 desde que comenzara a dirigir a esta histórica franquicia en el curso 2013-14. "Es duro. Estás tan cerca de conseguir ese primer triunfo...", prosigue Nerlens Noel. Y es que 'Philly' lo tuvo en su mano. A 6:16 para la conclusión dominaban por 11 (66-77) y entraron en los dos últimos minutos con una renta de 5 tantos (75-80) tras convertir poco antes Jahlil Okafor un 2+1 que le volvía a certificar como el mejor de su equipo: 19-9. Pero, desde entonces, los visitantes sufrieron algo parecido a un cortocircuito que dio lugar a un torrente de pérdidas y tiros fallados.

Es entonces cuando emergió Isaiah Thomas, al rescate para poner fin a la racha de dos partidos sin ganar que acumulaban los de Stevens. Además del base, destacó la contribución de otro de los guards que pueblan su plantilla. Y, por extraño que parezca dado el nivel mostrado en las últimas semanas, no fue Avery Bradley. Si no un Evan Turner que amartilló a sus ex con un 16-9 y 3 asistencias. Otro ex, pero con la trayectoria opuesta, pudo haber forzado la prórroga. El tiro de Phil Pressey rebotó en el aro. Thomas se hizo con el rebote y sonrió pícaramente. "No sabéis la decepción que habría supuesto", dijo Crowder poco después sobre una derrota de los orgullosos verdes. Y razón no le falta, cualquier equipo quiere evitar el bochorno histórico de ser el que puso fin a la racha de casi ocho meses sin ganar de los Sixers.