Ricky y sus Wolves evitan el ridículo ante los Sixers del 0-15
11 asistencias del español y 32 puntos de Wiggins para el primer triunfo en casa de los Wolves desde marzo. Los Sixers, a tres derrotas del peor inicio de la historia: 0-18.
Una racha negra se tenía que romper. A la fuerza y porque se cruzaban dos que se prolongaban desde marzo. Seguramente era la única manera de que al menos una acabara: los Wolves no ganaban en su pista desde el 7 de marzo (14 derrotas seguidas, 0-6 esta temporada) y los Sixers no ganaban (en ninguna pista) desde el 25 de ese mismo mes. Al final se impusieron los Wolves (100-95) con apuros y porque alguien tenía que ganar. Y evitaron el sonrojo de volver a ser los primeros en perder con los Sixers. Con estos Sixers.
Porque los Sixers se enfrentan a ese problema (un asteriscos entre los muchos que tienen, al menos en el corto plazo) que deriva de que nadie quiere perder con ellos igual que todo el mundo quiere ganar a los Warriors. De momento ningún equipo ha puesto su nombre al servicio de ninguna de las dos cosas, ni a la primera derrota de los de Oakland ni a la primera victoria de los de Pensilvania, seguramente el peor equipo de la historia si se toman como muestra las tres últimas temporadas. Los Sixers están 0-15 y son la primera franquicia en comenzar así dos temporadas seguidas. El peor inicio de siempre es el 0-18 de los Nets en 2009. Hace un año los Sixers se pusieron 0-17 y ganaron, precisamente, en Minnesota. Del quinteto que jugó entonces sólo queda Nerlens Noel. Esta vez los de Brett Brown perdieron la oportunidad dorada del Target Center, una cancha como mínimo amable con los visitantes. Y lo hicieron a pesar de manejar ventajas de 13 puntos en el primer tiempo (32-45) y de cinco a falta de apenas dos minutos y medio, 86-91 antes de siete puntos seguidos de Wiggins que, con un triple de Martin para el jaque mate, evitaron el sonrojo.
Los Sixers, por lo tanto, comienzan la semana en la que pueden rubricar el peor inicio de la historia, casi el yin que complementa al yang de los Warriors. Si pierden contra Celtics, Rockets y Grizzlies (los tres fuera, además) igualarán el 0-18 y jugarán para no sellar el ominoso récord (0-19) en casa ante los Lakers, el mismo equipo que visita esta noche a los Warriors en el que puede ser el partido del 16-0. El yin y el yang. Hay más: sumados los diez últimos partidos de la pasada temporada, los Sixers acumulan 25 derrotas consecutivas. A una de las 26 que marcan la peor racha histórica, de los Cavaliers 2010-11… y de los Sixers 2013-14. Desde que comenzó la revolución Hinkie, de la que algunos empiezan a cansarse ya en Philadelphia, van de derrota en derrota ¿hacia la victoria final? Entre las dos últimas campañas completas y lo que se ha jugado de esta, 37 victorias y 142 derrotas. En lo que va de 2015, 14 y 53. El plan, ya se sabe, es perder mucho para acumular elecciones muy altas de draft. Ser muy, muy malo ahora para ser muy, muy bueno en el largo plazo. El desprecio a la clase media. Por ahora un número casi indecoroso. En el futuro, veremos.
Noel le gana la partida a Towns
El partido, más allá de ver quién salía más señalado, tenía su otra historia en el primer duelo NBA entre Karl-Anthony Towns y Jahlil Okafor, números 1 y 3 del último draft. El de los Sixers se impuso esta vez: 25 puntos con un brillante 10/15 en tiros y 12 rebotes. Es el rookie con más partidos de 20 puntos o más (siete ahora por los tres de Porzingis). Towns se quedó en seis puntos y 2 rebotes, muy limitado por unas faltas personales que sólo le dejaron estar 19 minutos en pista. Sigue siendo el favorito de consenso a Rookie del Año pero Okafor demostró lo que ya es con 19 años: un excelente anotador de poste bajo que tiene que desarrollar un juego más integral para que su influencia afecte a todo lo que sucede en pista. Con todo, promedia 18,4 puntos y 8 rebotes. Lo dicho: con 19 años. Nada mal.
Los Wolves salvaron la papeleta gracias a 32 puntos de Andrew Wiggins, 15 en el último cuarto. Y a las 11 asistencias de Ricky Rubio que sumó también 8 puntos y 6 rebotes. El base español sigue ejerciendo de gran variable de su equipo: 6-4 con él, 0-4 en los partidos que se perdió por lesión. En total, 6-8. Y ya un triunfo en casa (1-6) que llevarse por fin a la boca. Sin presumir, pero un triunfo.