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LUDWIGSBURGO 92 - HERBALIFE GRAN CANARIA 89

Pangos no es suficiente

Los 31 puntos del base no evitaron la derrota en la prórroga ante el Ludwigsburgo. El Gran Canaria mantiene el liderato gracias al basket average.

Pangos no es suficiente
@GRANCANARIACB

Pese al impresionante partido de Pangos, con 31 puntos (5/8 triples) el Herbalife Gran Canaria cedió en la prórroga ante el Ludwigsburg, que le empata (5-2), pero mantiene el liderato por el average (ganó 95-75 en la isla). En su segunda prórroga consecutiva, la suerte le fue esta vez esquiva.

Fue el de la primera parte un partido de contrastes. Si el Granca empezó fuerte (0-5 tras un triple de Brad Newley), el Ludwigsburg acabó como un tiro (44-36, máxima hasta ese momento tras un triple de Loesing con la bocina acechando). Brockman sostenía al principio a los suyos con 6 puntos seguidos, 6-10. El Herbalife, mientras, tenía bien controlado a Sakur, estrella del equipo rival, quien no anotó su primera canasta hasta el 15-15.

Daba demasiadas facilidades en su propio aro el Gran Canaria, y desde el 25-23 se vio por detrás en el marcador durante el resto del primer tiempo y hasta bien entrado el segundo. Quería pero no podía remontar pese a la excelente labor de Newley y Pangos (11 y 9 puntos al descanso), pues los minutos de Galdikas pesaban como una losa por su lentitud en campo propio y ajeno (3 faltas), limitado aún para la exigencia de un equipo tan competitivo, en España y Europa, como el Herbalife. En el segundo tiempo, claro, estuvo inédito.

Sakur despertó tras el descanso, y con un triple le dio una ventaja seria a los suyos (48-39). El Granca reaccionó a tiempo y devolvieron el golpe un impresionante Pangos y Paulí, desde el triple, para empatar (53-53) y de paso sofocar este pequeño conato de incendio.

Los últimos diez minutos fueron tan igualados que supusieron un homenaje al baloncesto, sobre todo el final. El Granca se volvió a poner por delante, 61-62, hasta que se plantó con el reloj con apenas unos segundos y Omic en el tiro libre. El gigante esloveno metió el primero pero tiró a errar el segundo y la jugada no pudo salir mejor: dos rebotes ofensivos para que Newley acabara empatando desde la esquina: 81-81.

Allí, en el tiempo extra, el Ludwigsburgo remató una faena de aliño ante un Gran Canaria que se dejó hasta el último aliento. Tanto se esforzó nadando que terminó por perecer ahogado en plena orilla. Su última ventaja fue un 83-84 cercenada desde el triple, cómo no, por Sakur.