¿Crisis en el Oeste? Rockets, Grizzlies y Thunder, 18 derrotas
4-7 los Rockets, 6-6 los Grizzlies, 6-5 los Thunder, 6-4 los Clippers, 1-9 los Pelicans... algunos de los pesos pesados del Oeste están teniendo un díficil arranque de curso. Final NBA: Rockets vs Warriors, juego 6
Los Warriors han arrancado en un 11-0 sazonado de estadísticas históricas que ha acaparado titulares mientras otros equipos del poderoso Oeste sufren para seguir el ritmo no ya de los de Oakland, por ahora inalcanzables, sino de sus propias expectativas. De hecho sólo los Spurs (8-2) se sostienen más o menos a rueda del campeón a pesar de que siguen rebuscando la mejor forma de reorganizar su juego de ataque tras la llegada de LaMarcus Aldridge. Conociendo a Popovich y la indiscutible IQ (inteligencia en pista) de casi todos sus jugadores, se tiene que dar a priori como un hecho que las sensaciones de los Spurs irán a más a medida que avance la temporada.
Sin embargo, hay otros equipos que están dando sensaciones preocupantes (Grizzlies, Thunder) o literalmente mortecinas (Rockets, Pelicans). Dentro de una Conferencia que lleva unos años en máximos históricos y en la que partíamos de un big six de aspirantes o casi aspirantes al anillo (Warriors, Spurs, Rockets, Clippers, Grizzlies y Thunder) flanqueado por el crecimiento de Pelicans y Jazz y con wild cards interesantes como Suns, Timberwolves o incluso Kings. Antes del inicio de curso también dábamos por hecho que se caerían de playoffs los Mavericks (tras la fallida operación DeAndre) y sobre todo esos Blazers que se quedaron de repente sin Aldridge, Lopez, Matthews y Batum. Y curiosamente estos dos equipos han mantenido un buen pulso competitivo. Los Mavs son una temprana revelación con siete victorias (7-4), otro homenaje al sensacional trabajo de Rick Carlisle, y los Blazers comenzaron con un reguero de luces en su nuevo y joven bloque al que ha seguido una racha de seis derrotas seguidas (4-8).
En total, los ocho equipos que jugaron playoffs la temporada pasada acumulan un balance de 47-40, sorprendentemente cerca (casi un 46%) del 50% de derrotas. De ahí sobresalen, dicho está, Warriors y Spurs. Y hay que añadir ese asterisco que son los Thunder, que no jugaron las eliminatorias tras un annus horribilis con las lesiones pero que estaban en todas las quinielas y que marchan con un también decepcionante 6-5. Y con otra lesión de Kevin Durant ya en el parte de la enfermería. Pero de estos equipos que han tenido un decepcionante inicio de temporada hay uno que sorprende y preocupa especialmente: Houston Rockets.
Houston Rockets: sin defensa y ¿sin espíritu?
Los Rockets están 4-7 y acumulan cuatro derrotas seguidas. Ya han tenido otra racha de tres derrotas consecutivas por ninguna de la temporada pasada, cerrada en 56-26 con el segundo puesto de Conferencia (y posterior billete a la final, perdida ante los Warriors). Entonces no perdieron el séptimo partido hasta el 20 de diciembre, una derrota que les colocó 19-7. Boston Celtics les remontó 15 puntos y les ganó de 16 anotando 39 puntos a partir de las 22 pérdidas de los de McHale, ahora mismo un equipo sin alma. Que es el tercero que más puntos encaja (108,5), el cuarto que mejor deja tirar a los rivales (47%) y el segundo peor en eficiencia defensiva (106,5). Un drama al que acompaña un ataque en versión ruleta rusa que pierde 16,6 balones y da sólo 21,3 asistencias y que anda en la cola de la NBA también en porcentaje de tiro (42,3%) y de triples (29%). Un desastre.
James Harden está metiendo 27,3 puntos por partido pero con 20 lanzamientos por noche hacia un nefasto 37% (26% en triples). Promedia casi 5 pérdidas por casi 6 asistencias para un equipo en el que Ty Lawson por ahora es más problema defensivo que solución ofensiva (8,9 puntos y 5,6 asistencias con un 33% en tiros). Pero el gran drama está en la actitud y en la defensa, un espanto en derrotas increíbles como la paliza encajada ante unos Mavericks sin Nowitzki, Matthews y Parsons. Los Rockets rebotean mal, conceden muchos puntos en segundas opciones y muchos tiros cerca de su aro. Dwight Howard mejora las estadísticas colectivas pero no lo suficiente en un caos grupal que queda en evidencia en cuanto el rival da tres pases. Y por ahora el lenguaje gestual es extremadamente preocuante. Cabezas bajas y brazos caídos para un grupo que regaló en su pista a los Nets la única victoria de los de Brooklyn y ha respondido después con otras tres derrotas severamente tristes.
Los Angeles Clippers: las lesiones, la defensa y ¿DeAndre?
De 4-0 a 6-4 los Clippers no preocupan todavía demasiado pero sí permiten ya preguntarse si realmente son un equipo mejor que el que eran el año pasado, la verdadera obsesión en ese lado del Staples. Blake Griffin (26,6 puntos, 9 rebotes y 4,3 asistencias por partido) está en nivel de pelear por el MVP si no existiera Stephen Curry pero entre Chris Paul y JJ Redick ya se han perdido cinco partidos y el fondo de armario, su gran vértice de crecimiento, puede acabar teniendo más nombre que valor real. Lance Stephenson va desapareciendo de la ecuación, Paul Pierce trata de disimular la sobrecarga de su cuentakilómetros y Josh Smith apenas está dando minutos como parche en la rotación interior. Los Clippers siguen teniendo pocos especialistas defensivos y DeAndre Jordan está sufriendo para adaptarse al nivel de los jugadores en los que piensan los rivales cuando planifican los partidos. El propio Doc Rivers ha avisado de que ahora los equipos planifican la lucha por el rebote en función del pívot, que firmó por 87,6 millones y que está por debajo de los números que le hicieron ser el mejor de la liga en ese apartado la temporada pasada: de 15 a 12,9. Y de 4,8 a 2,7 en ataque. Con él en esas cifras, los Clippers son un equipo muy débil en el apartado reboteador (puesto 22 de 30, 25 cuando a los ofensivos).
Memphis Grizzlies, en busca de la identidad ¿perdida?
Los Grizzlies están 6-6 y gracias a tres victorias seguidas en las que ha influido una mejoría en sus dramáticos porcentajes de tiro y la aparición (explosiva pero difícilmente sostenible) de Mario Chalmers. Pero mientras su rating defensivo sea el tercero peor de la NBA (106: tras Pelicans y Rockets) costará reconocer a esos osos del grit and grind que siguen tratando de superar las palizas encajadas ante Cavaliers y Warriors. Lentamente aparecen brotes verdes pero, ¿les va a dar esta vez donde no les dio las últimas? Ahora mismo parece difícil. Hace un año no sumaban seis derrotas hasta casi Navidad (21 de diciembre, 21-6).
Oklahoma City Thunder, otra vez a cara o cruz
Los Thunder vienen de que las lesiones les dejaran en 45-37, un 54% de victorias que siguió a tres temporadas por encima del 70% y que les dejó sin playoffs… y sin entrenador. La era Billy Donovan ha comenzado con los mismos problemas sin resolver mientras se acerca el viaje a la agencia libre de un Kevin Durant otra vez lesionado: ¿cómo pueden las dos súper estrellas guiar al equipo en los minutos decisivos sin quebrar el juego colectivo? Por ahora no hay solución a un sudoku que deja a los Thunder fiados a que ni se resfríen Westbrook y Durant. Y con un serio problema en la defensa exterior: los Grizzlies les hicieron 122 puntos viniendo de promediar 93,4 y con un 12/17 en triples. Una barbaridad para casi todos, un milagro en los de Tennessee. La unidad Augustin-Waiters-Singler-Collison-Kanter firmó un definitivo -11 en los primeros cuatro minutos y medio del último cuarto. Kanter sigue siendo otra muestra de la indefinición del equipo. Una fuerte inversión económica para un jugador que da mucho en ataque (con él los Thunder anotan 109 puntos por cada 100 posesiones, el mejor dato de la plantilla tras KD y RW) pero también encajan 10,2 puntos más en esa misma medida cuando él juega. Con dos súper héroes y altibajos descomunales, la temporada de los Thunder está pendiente de evolución.
New Orleans Pelicans: ¿Ha partido ya el tren?
En la temporada 1996-97 Phoenix Suns comenzó la temporada 0-13 y se metió en playoffs (42-40). Es el peor arranque de un equipo que haya acabado en las eliminatorias. Los actuales Pelicans no tienen pinta de repetir una gesta que ya sería semejante: 1-9 ya para el equipo que más puntos encaja (109,4) y con la segunda peor diferencia entre rating ofensivo y defensivo (-10,3, sólo les hacen buenos los Sixers). Los Pelicans parecen incapaces de mantenerse sanos y su rotación sigue bajo mínimos. Sin Tyreke Evans y con Jrue Holiday en eterna limitación de minutos, se convierten en piezas demasiado relevantes Alonzo Gee, Dante Cunningham, Ish Smith… Asik y Ajinca también han tenido problemas físicos y el estreno de Alvin Gentry en el banquillo es por ahora un fiasco mayúsculo. Ni Anthony Davis es el mejor Anthony Davis (a pesar de más de 25 puntos, 9 rebotes y casi 3 tapones por noche). En defensa parece contagiarse de los problemas colectivos en bastantes fases de los partidos y en ataque no se ha sentido tan cómodo se esperaba con un entrenador que llegó precisamente para exprimir el ilimitado potencial de un jugador que, por cierto, no debería alejarse demasiado del aro por mucho que haya mejorado (y siga mejorando) su rango de tiro.