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NEW ORLEANS PELICANS

Davis se complica: ¿estarán los Pelicans (0-6) en Playoffs?

Los Suns 1996-97 fueron el último equipo del Oeste en acabar jugándolos tras arrancar con un 0-6. Los de Gentry son la peor defensa (114,7 puntos) y los 2º que menos rebotean.

Anthony Davis, tras anotar un triple este partido.
Stacy RevereAFP

Aún no llevamos ni dos semanas de Regular Season, pero empezamos a observar ya los primeros aires que esta nueva temporada trae consigo. En el lado negativo, una de las mayores sorpresas está siendo el decepcionante arranque de curso de los New Orleans Pelicans. Un equipo que ya disputó los últimos Playoffs (cayendo en primera ronda ante unos Warriors que acabarían siendo campeones) y que cuando todos los análisis apuntaban a que este curso darían un paso adelante han dado dos hacia atrás. Sólo tres equipos no se han estrenado aún esta temporada: los Sixers y Nets en el Este y los propios Pelicans en el Oeste.

El estreno de Alvin Gentry como técnico de los de New Orleans no podría haber empezado con peor pie: seis derrotas por ninguna victoria. Un 0-6 que ha hecho saltar todas las alarmas en Louisiana. El último equipo que calcó semejante mal inicio y consiguió finalmente colarse en la postemporada fueron los Bulls 2004-05. Con Scott Skiles al frente y un balance final de 47-35 los Eddy Curry, Hinrich, Ben Gordon, Nocioni y compañía cayeron por 4-2 en la primera ronda ante los Wizards. Pero estamos hablando del Este. Si nos fijamos en el Oeste, una conferencia mucho más dura y complicada por el nivel de los equipos que en ella habitan, toca remonatarse al siglo pasado. Concretamente al curso 1996-97. Entonces, los Suns despidieron a Cotto Fitzsimmons tras un 0-8 de salida para con Danny Ainge (el ahora general manager de Boston) colarse en los Playoffs. Aquel equipo liderado por Kevin Johnson y Cedric Ceballos entregó la cuchara en el quinto y definitivo partido de la serie inaugural ante los Sonics.

Habrá quien visto esto se acuerde de la poco comprensible destitutición de Monty Williams el pasado mes de junio. En los despachos de la franquicia no veían con buenos ojos el baloncesto que control que este profesaba y decidieron dar un vuelco al apostar por Gentry, cuyo librillo profesaba un estilo más vistoso que conectase más con los aficionados. El exayudante de Steve Kerr en los Warrios acabó convenciendo a Mickey Loomis (vicepresidente de los Pelicans) y Dell Demps (general manager) de que él era el hombre ideal para el cargo presentando una serie de informes en los que detallaba que no se estaba aprovechando todo el potencial que Anthony Davis atesora.

Un jugador de talento descomunal que ha dedicado el último verano a ganar masa muscular y a incluir entre sus habituales amenazas ofensivas el triple. En sus tres primeros cursos lanzó un total de 23 tiros de tres puntos. Este lleva 14, con 5 aciertos (35,7%). Sin embargo el jugar más alejado a canasta de lo que acostumbra ha hecho que capture un rebote menos por duelo y sus porcentajes de acierto empeoren al tirar muchos de ellos desde una distancia mayor respecto al aro.

Con su estrella desubicada (no sabe muy bien si es un 'cuatro' abierto o un interior capacitado para jugar esporádicamente por fuera: la gran duda, ¿recurso o tónica habitual?), el engranaje general de los pelícanos ha quedado también tocado. Especialmente significativos son los problemas defensivos. Han pasado de encajar 98,6 tantos (undécima mejor defensa) el curso pasado a unos muy preocupantes 114,7 puntos. Los rivales anotan casi la mitad de los tiros de campo (48,9%) que efectúan. Pero esta sangría por parte de la peor defensa de la NBA se ve agravada al comprobar cómo apenas logran mejorar en 2 escasos puntos su producción ofensiva respecto a la 2014-15.

Y, por si fuera poco, a New Orleans (esta misma tarde se ha hecho con los servicios de Jimmer Fredette, número 10 del draft 2011) le crecen los enanos si nos fijamos en el rebote. No sólo nota el bajón de Davis en este aspecto, sino que la debilidad interior se ha visto reforzada con el bajo rendimiento de un Ajinça que acaba de volver tras lesión y un Omer Asik que aún no lo ha podido hacer. Así, uno comprueba que sólo los Bucks están capturando menos rechaces que ellos (38,7 por 40). 11 menos que los Pistons, los reyes de la zona (51). Quedan 76 partidos por delante. Todo un mundo. Pero Gentry, Davis (el que el año próximo contará con el mejor contrato de la historia debe también demostrarlo sobre el parqué) y compañía no pueden despistarse más si quieren finalmente disputar unos Playoffs que, hasta hasta hace dos semanasm, parecían ser su ecosistema natural. Para que así sea, deberán lograr algo que en el Oeste se hizo por última vez hace 19 temporadas. Tarea complicada. Que les pregunten sino a los Thunder...