Con Israel volcado y en contacto con Netanyahu

David Blatt tiene la doble nacionalidad israelí y estadounidense. Nació en Boston hace 56 años pero a los 22 emigró a Israel, donde sirvió en el ejército y desarrolló el grueso de su carrera en el baloncesto, como jugador y como entrenador. En el país hebreo le sienten como uno de los suyos y hasta el Primer Ministro Benjamin Netanyahu le llamó para felicitarle (“mabruk”) y darle ánimos antes del arranque de la final ante los Warriors.

Blatt, que presume de utilizar el amistoso Biby cuando habla con Netanyahu, cuenta que este le transmitió el apoyo de los casi ocho millones de habitantes del país. Y así está siendo. Los partidos de la final, a las tres y las cuatro de la mañana en Israel con el cambio horario, rivalizan en seguimiento con los del Barcelona de fútbol, por ejemplo. Ido Gur, periodista hebreo, dice que pocas veces una personalidad del deporte ha unido tanto al país a un nivel “casi cultural”. En Israel los Cavaliers son casi oficialmente “el equipo de Blatt”, y Netanyahu los quiere de visita en un futuro próximo, a ser posible para jugar un partido. El técnico, por ahora, se lo toma con sentido del humor: “He hablado con Netanayahu y cuando me fue bien con la selección rusa también me llamó el Presidente de Rusia. Así que ahora me falta que me llame Obama. Eso sí sería cerrar bien el círculo, ¿no?”.