CLIPPERS 107 - ROCKETS 119 (3-3)
Los Clippers regalan una vida a los Rockets: habrá 7º partido
Tremenda remontada de Houston (sin Harden) gracias al colapso del equipo angelino, que ganaba de 20 en los últimos minutos del tercer cuarto.
Con 2:35 para el final del tercer cuarto, el marcador del Staples Center rezaba un contundente 89-70. Los comentaristas de la televisión hablaban ya del histórico logro de los Clippers, una franquicia repetidamente perdedora que por fin, por primera vez en su historia, iba a jugar la final de la Conferencia Oeste. Chris Paul sonreía en el banquillo, descansando, pensando en que después de tantos años podría llegar a casa y decir que él también va a jugar una final del Oeste.
Pero no. O todavía no.
En una remontada que ya está escrita en el libro histórico de los Playoffs, los Houston Rockets consiguieron ganar en Los Ángeles para forzar el séptimo partido de esta extraña eliminatoria. Lo hicieron, además, con James Harden en el banquillo, en un ataque de genialidad o locura de Kevin McHale, en una explosión de talento de Josh Smith, Corey Brewer y Dwight Howard... y en un colapso, un gran colapso ofensivo, de los Clippers.
15-40 en el último periodo, 18-49 si contamos desde esos 2:35 del tercer cuarto de los que hablábamos antes. Una sangría. En ese parcial, 15 puntos de Brewer y 14 de Smith, al que McHale encargó, básicamente, la tarea de James Harden. Paso atrás y triple, paso atrás y triple... y así hasta remontar el encuentro. De ahí que hablemos de 'genialidad o locura', porque es a lo que te exponemos cuando pones el futuro de tu franquicia en manos de uno de los jugadores más inverosímiles de la NBA. Triunfó Smith, triunfó McHale, y el Toyota Center de Houston tendrá una oportunidad de hacer historia el próximo domingo.
Sólo ocho equipos han remontado una eliminatoria tras ir perdiendo 3-1, y pocos han dado una sensación tan clara de estar muertos. Porque pese a la victoria en el quinto partido, los Rockets no dieron sensación de peligro en el Staples, siempre por debajo en el marcado, siempre a contracorriente, jugando al ritmo que querían los Clippers, sin acierto en el tiro... hasta ese parcial. Sobrevive Houston por sus virtudes pero también por las penurias de Doc Rivers y sus jugadores. Blake Griffin, hasta ahora el MVP de los Playoffs, se obcecó en selecciones de tiro absurdas hasta que los Rockets pusieron el 102-102. Luego a él se unió Chris Paul, también errático después de un tercer cuarto perfecto. Rivers no reaccionó a tiempo y cuando se quiso dar cuenta un triple de Josh Smith le dejaba 9 abajo a falta de 1:44 (102-111). 6 de 21 desde la línea de tres en los tres primeros cuartos... 7 de 11 en el último. Los Rockets no habían ganado nunca un partido de Playoffs al que llegasen 10 abajo en el cuarto periodo... McHale sabía que sólo podía remontar de esta manera, y lo hizo.
El domingo, en Houston, el séptimo y definitivo.