ANÁLISIS

11-9 desde el All Star: ¿Están los Grizzlies de Marc en problemas?

El equipo de Tennessee acaba de encajar dos palizas en su casa y se le complica un segundo puesto del Oeste que parecía suyo. Algunos de sus números preocupan.

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11-9 desde el All Star: ¿Están los Grizzlies de Marc en problemas?
MIKE BROWN EFE

Memphis Grizzlies sigue en una segunda posición del Oeste en la que ha viajado casi toda la Regular Season y es el tercer mejor equipo de la temporada (50-23) sólo por detrás de los inalcanzables Golden State Warriors (59-13) y Atlanta Hawks (55-17). Los números son un año más excelentes para un equipo con una personalidad perfectamente definida, y transfundida de Lionel Hollins a Dave Joerger: el grit and grind, un baloncesto de contacto y vieja escuela que se basa en un tono defensivo casi marcial y en un juego de ataque organizado en torno a una de las mejores (y más complementarias) parejas interiores de la NBA, Marc Gasol y Zach Randolph. Ambos forman junto a Mike Conley el big three de los de Tennessee, un triángulo sobre el que se articula un estilo que ha alcanzado la tercera temporada de al menos 50 victorias (sólo una en la historia anterior de la franquicia) y el quinto billete consecutivo para playoffs. Los Grizzlies son uno de los equipos que pueden ser campeones de la NBA. Pero su nivel actual está dejando dudas a las puertas de esos playoffs que van a ser, un año más, salvajes en el Oeste.

Sensaciones y números, de más a menos

Para empezar, los Warriors han escapado definitivamente (59-13). Nada sorprendente vista la evolución de ambos equipos a partir de diciembre. El problema es que los Rockets les han alcanzado (49-23) y que llaman a la puerta Blazers (46-25), Clippers (48-25) y Spurs (46-26), precisamente el siguiente rival en un partido en San Antonio que puede dejar al campeón a menos de tres partidos de distancia. Después de tantas semanas en el segundo puesto, los Grizzlies corren el riesgo de caer por debajo del cuarto y perder por lo tanto el factor cancha ya en primera ronda. Además, la segunda plaza es especialmente valiosa porque garantiza no ver a los Warriors (34-2 en Oakland...) hasta una hipotética final del Oeste. Con los Rockets (o incluso con los todavía más alejados Spurs) los Grizzlies se juegan además la División. Con los de McHale han firmado tablas en la serie de duelos de temporada (2-2) así que en caso de empate decidirían los partidos ante el resto de rivales de la Southwest (por ahora, 8-6 los Grizzlies y 6-6 los Rockets).

Los Grizzlies marchan 11-9 en los 20 partidos que han jugado desde el All Star y 11-10 si se cuenta la derrota ante los Thunder que precedió al fin de semana de las estrellas. Han cerrado marzo con un balance de 8-7, una tendencia negativa que ya despuntó en los tres meses anteriores (7-4 en febrero, 12-4 en enero y 8-6 en diciembre), por debajo de un excelente arranque de temporada que puso al equipo 15-2 al cierre de noviembre (13-2 y 2-0 en octubre). Si se hace una clasificación de partidos disputados desde el All Star, los Grizzlies serían apenas décimos de la NBA por detrás de Warriors (17-4), Cavaliers, Clippers, Rockets, Thunder, Hawks, Spurs, Jazz y Celtics. En esta racha, han perdido contra equipos como Sacramento, Detroit y Boston; han ganado sin convencer a Lakers o Timberwolves y han encajado derrotas impropias de un bloque generalmente competitivo hasta en las peores circunstancias: -18 ante los Clippers, -20 ante los Wizards y el más reciente -45 total en sus dos últimos partidos en casa, dos pruebas de fuego ante Cavaliers y Warriors que han salido rana de forma escandalosa.

Los Grizzlies siguen siendo un equipo fiable aunque no tanto en las últimas semanas: 16-7 total en sus partidos contra los siete equipos que estarán (salvo desfallecimiento de los Thunder) en los playoffs del Oeste, 24-16 ante rivales con un 50% de victorias. Tiene igualada (Warriors, Rockets) o favorable (Clippers, Spurs, Blazers, Thunder, Mavericks) su serie particular ante esos otros siete grandes del Oeste. Y en su Grindhouse (el FedEx Forum de Memphis) están 27-9, el quinto mejor equipo de su Conferencia y el séptimo total. En su calendario restan nueve fechas: cinco partidos en su pista, otros tantos contra equipos que estarán o deberían estar en playoffs y hasta seis ante rivales que marchan por encima del 50% de victorias.

Del encaje de Green a las sensaciones de Marc

El problema para los Grizzlies es que ahora mismo no están defendiendo tan perfectamente bien como suelen y tienen más o menos los mismos problemas de casi siempre en ataque con unas dudas añadidas en la rotación más allá del triángulo Conley-Randolph-Marc. Y en las que se han cebado los problemas físicos de Tony Allen y Courtney Lee y la adaptación de Jeff Green. Ahora mismo los Grizzlies anotan por debajo de la media NBA (98,7 puntos por partido, igual que los Lakers y sólo ligeramente mejor que los Timberwolves) y con un ratio ofensivo que también se cae de la mitad superior de la liga y que está por debajo del de todos los demás equipos de playoffs y aspirantes del Oeste. En defensa, son ya el quinto rating, una buena cifra para cualquiera pero no para un equipo concebido para ser uno de los dos o tres mejores en defensa, la especialidad de la casa. En una cuestión ya enquistada en la tradición reciente de esta franquicia, apenas anota el 34% de sus triples y es la segunda que menos lanza y anota (5,2 por los 5 de los Wolves) desde la larga distancia.

Contra ese problema de la anotación exterior (más puntos anotados por fuera que estrictamente puntos de los exteriores) lleva luchando este equipo todos estos años en los que se ha sentido, y seguramente ha estado, a un pequeño movimiento de ser uno de los principales candidatos al título. Se trata de anotar más y con más equilibrio cuando hay que ganar cuatro partidos de siete a los mejores equipos de la NBA. Y se trata de que haya tiradores que abran el campo, generen espacios para Randolph y aprovechen la visión de juego de Marc. Un problema que ha gravitado de la salida de Rudy Gay al paso por el equipo de Ty Prince, Jerryd Bayless y ahora Vince Carter, Courtney Lee y Jeff Green. Este, sacado de los Celtics en enero, es el penúltimo gran intento de Memphis, un 2,06 que fue número 5 de draft y que tiene facultades de all star y rendimiento de jugador de rotación. Green es un buen anotador que sin embargo es mucho más fiable llevando a aleros más pequeños al poste o jugando de fuera hacia dentro. Su mayor virtud no es recibir y lanzar desde media y larga distancia. Y seguramente su mejor encaje es de cuatro abierto, como falso ala-pívot, algo difícil de trasladar a minutos calientes de partidos decisivos con Marc y Randolph en pista. Si Green no es estable como tirador, Allen es nulo y Courtney Lee demasiado irregular, un escolta de bote y velocidad que tiene el tiro como simple recurso que conviene dosificar. Esto hace que el mejor tirador en pista, y muchas veces el único, sea Mike Conley. Y que el base, fundamental en la gestión del juego, tenga que pasar demasiado tiempo apartado de la pelota para buscar posiciones de tiro.

Un galimatías que ha tenido a Joerger experimentando con quintetos para tratar de recalibrar la rotación. Ha intentado que funcione la opción de Green titular pero ha vuelto a Lee y Allen porque este último es necesario en la primera unidad para defender a la estrella exterior del rival. Sin ese rol, no tiene más función que ser la coraza espiritual del equipo. Lee, por su parte, no está ni mucho menos en un excelente nivel defensivo aunque le hemos visto trazos notables (ante Harden, por ejemplo). Los quintetos con Green caen en picado en términos de eficacia y en esa actual y demasiado discreta marcha desde el All Star, los rivales son casi siempre mejores (por sensaciones y números) en los cuartos primero y tercero: cuando acumulan minutos los teóricos titulares.

Marc Gasol, pívot titular en el All Star y evidente aspirante a estar en el Mejor Quinteto de la temporada, también ha perdido sensaciones y no por casualidad sus peores partidos coinciden con derrotas de su equipo. Tras un inicio de temporada en el que acaparó más lanzamientos y aireó más instinto anotador, ha vuelto a dar un pequeño paso atrás y ha empeorado sus números casi en todas las facetas. En los primeros 21 choques de la temporada (17-4 para Memphis) Marc promedió 19,4 puntos con un 48% en tiros y casi 14 tiros por partido. En los 21 últimos (11-10) baja a 15,5, 46% y 11,8. El impacto de Gasol en el juego de los Grizzlies es tan trascendental que, en este último tramo citado de partidos, tira un 23% menos en las derrotas y lo hace con un 39% de acierto por el 61% que alcanza en las victorias.

Todos estos factores sumados arrojan un equipo que será sin duda ultra competitivo pero que en las últimas semanas no parece demasiado mejorado con respecto a anteriores temporadas. Y casi todos sus rivales en el Oeste, sí. Veremos cómo se termina de jugar la partida y hasta donde llegan esta vez los Grizzies y su grit and grind en, recuerdo, la última temporada de Marc antes de convertirse agente libre. Todo apunta a que seguirá en Memphis pero dar pasos hacia atrás en lo deportivo desde luego no ayudaría demasiado…