BARCELONA 99 - SEVILLA 83
Hasta que Navarro sacó el fusil
Homenaje a Norris y baloncesto alegre en un partido igualado hasta que Navarro enlazó tres triples en el cierre del tercer cuarto. Buen partido en ataque del Barcelona.
En la primera vuelta, en Sevilla, Willy Hernangómez jugó un partido histórico para el baloncesto español: 29 puntos, 13 rebotes y un 43 de valoración que nadie había conseguido a su edad en ACB. Ese partido abrió la herida de un Barcelona que deste entonces ha perdido otras seis veces fuera de casa y sólo ha ganado en Andorra y Badalona. Pero en el Palau todo es mucho más sencillo. Y más si el partido de Euroliga fue en miércoles, algo más de descanso para un Barcelona que ventiló a un Sevilla irregular sin necesidad de sudar mucho pero sí de anotar mucho. Y bien.
Si Hernangómez era uno de los que querían ver Mitch Kupchak, general manager de los Lakers, y los representantes de otras nueve franquicias NBA que estaban en Barcelona, mejor que se pongan el vídeo de aquel encuentro. En este el pívot madrileño se quedó en 0 de valoración. Mucho más probable que quisieran fijarse en dos que podrían ser top ten en el próximo draft y que demostraron que están en momentos muy distintos. Hezonja, hundido desde la final de Copa, jugó apenas seis minutos en los que falló un triple y se llevó un broncazo de Tomic. Porzingis jugó un estruendoso tercer cuarto en el que anotó 12 de sus 18 puntos y enseñó un catálogo de artilugios que gustan mucho en la NBA: una navaja suiza a la que le faltan varios hervores (19 años…) pero en la que conviven envergadura, elasticidad, instinto, fundamentos y un tiro en construcción pero con futuribles. El escuadrón de ejecutivos estadounidenses también vio un poco (muy poco) de Pleiss y todo lo que puede aportar ese Tomic que valora el salto a Utah Jazz y que fue de menos a más.
De menos a más como el Barcelona y al contrario que un Sevilla de propuesta impecable pero desapariciones preocupantes. Un equipo que no sólo no tuvo la exigente continuidad a la que obliga el Palau (comprensible) sino que pasó por trances de evasión que le habrían penalizado en cualquier pista. En el hachazo definitivo, eso sí, el equipo de Casimiro apenas pudo hacer de espectador: 58-59 en el minuto 27, 74-66 al final del tercer cuarto después de cuatro triples consecutivos del Barça, tres de un Navarro que reventó el pestillo del partido en un trance marca de la casa. En el minuto 34 el marcador, después de otro 8-0, era 86-71. En total y en 7 minutos, parcial de 28-12. El Sevilla jugó ese último cuarto sin Porzingis durante demasiados minutos y convencido, tal vez todos menos Radivevic, de que ya había perdido un partido en el que había tenido una presentación impecable: 14-19 en el minuto 9, a lomos de Porzingis y Woodside, y 44-40 al descanso, cuando 9 puntos de Penney sujetaron el marcador ante un rival que entraba lentamente el calor. Después de la toma de contacto inicial (17-19), el Barcelona anotó 82 puntos en 30 minutos. Eso, y aunque los de Pascual defendieron cuatro ratitos, era una estampida que tarde o temprano se llevaría por delante al Sevilla. Fue al final del tercer cuarto.
El Barcelona sumó 23 asistencias por 4 pérdidas y convirtió el 48-52 de valoración al descanso en un 115-92 final. 65% en tiros de dos y un 8/13 en triples entre el segundo y el tercer cuarto. Doellman, el hombre tranquilo, jugó un partido ultra eficaz, Satoransky y Huertas se relevaron de maravilla en la dirección, Nachbar tuvo la muñeca suelta y Thomas jugó un excelente partido. La magia de Navarro remató un triunfo atractivo que sólo empañó ese problema en la rotación exterior que supone la exclusión progresiva de Jackson y sobre todo Hezonja, un jugador que ha pasado de rondar la explosión global a vagar a la deriva. Por lo demás, alegre jórnada de sábado en el Palau.