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Gran temporada del base

La NBA tiene un nuevo rey: Stephen Curry está en racha

El base de los Warriors es el líder del mejor equipo, favorito al MVP y más votado en el All Star. Los aficionados hacen cola en el Oracle Arena de Oakland para conseguir un abono.

La afición de los Warriors hace cola para ver a Stephen Curry: más de 10.000 personas en lista de espera para conseguir abono.
Getty

Stephen Curry (Ohio, 1988) está de moda. El base de los Golden State Warriors se ha convertido en el principal ídolo de los aficionados a la NBA gracias a un estilo de juego diferente: alegre, plástico, mágico y muchas veces inesperado. El pasado 5 de marzo, en un encuentro ante Milwaukee Bucks, lanzó un triple y mientras la pelota viajaba hacia el aro se dio la vuelta y corrió hacia su campo observando al público, sonriendo. La pelota entró y el Oracle Arena (pabellón de los Warriors en Oakland), enloqueció. Tres días después, ante Los Angeles Clippers, recibió el balón en la línea de tres, rodeado de cuatro contrarios. Los fue driblando uno a uno y volvió al triple para lanzar, casi sin ver el aro, una pelota que terminaría entrando. Ambos vídeos dieron la vuelta al mundo y confirmaron a Curry como el hombre del momento.

Después de ganar el oro en la Copa del Mundo de España, su temporada está siendo tan espectacular que fue el jugador más votado para el All Star por encima de LeBron, rompiendo el dominio del propio James, Kobe ­Bryant y ­Dwight Howard durante las últimas seis campañas. Su camiseta de los Warriors con el número 30 a la espalda es la segunda más vendida de la Liga, sólo superada por el ‘23’ de los Cavaliers (LeBron). Es decir, Curry ya vende más que el actual MVP (Kevin Durant, tercero) y que la gran estrella del siglo XXI en la NBA (Kobe Bryant, cuarto).

Querido. La sociedad que forma con su compañero Klay Thompson ya tiene nombre, los Splash Brothers, y tantas son las ganas que tiene la gente de verle cada noche que hay una lista de espera de más de 10.000 personas para conseguir un abono de los Warriors. Su cara sale a diario en anuncios de televisión, ha firmado acuerdos con varias multinacionales y él mismo resume el secreto de su éxito: “No soy el más ­atlético pero trato de divertirme. Nada más”, dice un Curry al que muchas universidades descartaron por su físico y que tuvo que acabar en la pequeña Davidson, a la que en 2008 llevó a su mejor resultado en 40 años en el torneo de la NCAA: cuartos de final. Ahora, siete años después de aquel tremendo logro y tras superar una grave lesión de tobillo en 2011 que le obligó a pasar por el quirófano, este fino ilusionista es el principal candidato al MVP de la temporada. Líder del mejor equipo de la NBA, los mejores Warriors de la historia en Liga Regular (58-13), y, para que se hagan una idea, el mejor jugador de la competición en la estadística del ‘más-menos’: con él en pista, Golden State supera a sus rivales por casi doce puntos de diferencia.