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UN ROOKIE CON FUTURO

Clarkson da algo de luz a otro año horrible de los Lakers

Tiene 22 años, fue número 46 del draft y en los partidos que ha disputado como titular promedia 14,2 puntos, 4,3 asistencias y 3,5 rebotes por partido en 30,3 minutos.

Clarkson da algo de luz a otro año horrible de los Lakers
STEPHEN DUNNAFP

En una temporada calamitosa de nuevo para los Lakers, Jordan Clarkson, base novato de 22 años, está poniendo algo de luz a un futuro que se presenta incierto para los angelinos. Descartados para los playoffs, sin su gran estrella, Kobe Bryant, y ningún objetivo deportivo ya en lo que resta de curso más allá de asegurar un buen pick en el próximo draft a base de derrotas, a pesar de que desde la franquicia se descarte que el famoso tanking esté siendo su modus operandi, el desarrollo de los jugadores jóvenes del equipo, y en especial de este guard formado entre las universidades de Tulsa y Missouri, se plantea como la principal meta en lo que resta de campaña. Algo que bien podría haber aprovechado también la gran esperanza para los próximos años de los californianos, el también rookie Julius Randle, que se lesionó de gravedad en su partido de debut en la NBA.

Clarkson se está aferrando a esta oportunidad de oro para mostrar sus cualidades y confirmando que es uno de los grandes robos entre los jugadores de su generación. Elegido en el número 46 de la segunda ronda del draft por los Washington Wizards, que lo traspasaron esa misma noche a unos Lakers que le tenían en sus previsiones iniciales como un probable primera ronda, ya era señalado el pasado verano como uno de los posibles candidatos a sorprender entre los recién llegados a la liga por su potencial y cualidades físicas. “Creo que soy uno de los mejores bases del draft, tal vez el mejor”, aseguraba al ser presentado. “Nos gustan su estatura y sus habilidades para jugar en esa posición”, añadía Mitch Kupchak, general manager de la entidad 16 veces campeona.

Las lesiones y el devenir de la temporada han propiciado que finalmente este base de 1,93 metros, que también puede desempeñar las funciones de escolta, se encuentre dirigiendo como titular al histórico equipo de Los Ángeles desde el pasado 23 de enero en el duelo que los enfrentó a los Spurs. Y con un rendimiento más que aceptable para un jugador de primer año que no acaparó los focos como otros novatos con más pedigrí.

En los veinte partidos que ha disputado como titular, Clarkson promedia 14,2 puntos, con un 45% de acierto en tiros de campo, 4,3 asistencias y 3,5 rebotes por partido en 30,3 minutos, números bastante similares a los que tuvo en su periplo en la NCAA: 15,4 puntos, 3,3 rebotes y 2,3 asistencias. Su mayor anotación en la NBA, 25 puntos, llegó el pasado viernes ante Memphis y ya parece claro que el base crece partido a partido para regocijo de los responsables de la franquicia púrpura y oro. “Es atlético y tiene talento. El resto es conseguir experiencia y está en el camino”, asegura su técnico en los Lakers, Byron Scott. Elogios que también comparte el gran icono de este equipo, Kobe Bryant, cuyas palabras siempre son muy tenidas en cuenta: “Se le ve fantástico”.

El jugador nacido en San Antonio (Texas) estuvo trabajando durante el parón del All Star con un profesor difícilmente mejorable, su compañero Steve Nash, con el objetivo de desarrollar sus fundamentos y, poco a poco, está dando muestras de lo aprendido. El canadiense, dos veces MVP de la NBA, es sin duda un mentor de lujo para un base que aún debe evolucionar en varias facetas, como el tiro de tres puntos, donde apenas alcanza el 29,7% en lo que va de temporada (28,8% como titular). Anoche ambos repitieron experiencia y a buen seguro Clarkson aprovechará los consejos de la exestrella de los Suns. Minutos tendrá hasta que los Lakers se vayan de vacaciones en abril para seguir mejorando y demostrar que puede ser un jugador muy útil en los próximos años. Kupchak y el resto de dirigentes de la franquicia confían plenamente en el crecimiento como jugador del base y ya se negaron a incluirle en alguna posible operación de traspaso durante el cierre de mercado del pasado mes de febrero. Al margen de la competencia que pueda llegar en verano en forma de agentes libres o vía draft, Jordan Clarkson, de padre estadounidense y madre filipina, y Julius Randle pueden ser la primera piedra del fin de los malos tiempos que vive la laureada entidad californiana.