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PALABRAS MUY DURAS

Scott: "Todo el mundo tiene a Jason Kidd por un gilip....."

El entrenador de los Lakers dejó un recado tras la derrota de su equipo al de los Bucks, al que dirigió en los Nets que jugaron y perdieron la final de 2002 ante los propios Lakers.

Scott: "Todo el mundo tiene a Jason Kidd por un gilip....."
Harry HowAFP

Los Bucks derrotaron a los Lakers en un partido en el que el duelo de entrenadores enfrentaba a Byron Scott y Jason Kidd. Dos leyendas como jugadores que trabajaron juntos en los Nets que jugaron la Final de 2002, en la que perdieron precisamente ante los Lakers. En aquel equipo Scott era el entrenador y Jason Kidd el base recién llegado de los Suns (promedió esa temporada 14,7 puntos, 10 asistencias y más de 7 rebotes por partido).

Sin embargo, la relación entre ambos no es precisamente cordial. “Todo el mundo en la Liga sabe que es un gilipollas”, aseguró un Byron Scott que reconoció no tener ninguna afinidad con su ex jugador: “Nuestra relación es cordial y punto. No hay nada más. Nos saludamos y ya está. Le respeto por lo que fue como jugador y ahora como entrenador pero más allá de eso no vamos a irnos de cena ni a jugar al golf juntos”.

El técnico de los Lakers considera que haber sido un gran jugador no le legitimaba para tener un trato más que discutible con sus compañeros. Y para explicarlo se refiere a sus años de jugador en L.A.: “Magic Johnson era la estrella más grande que te puedas encontrar y sin embargo era también el mejor compañero de vestuario que he tenido. Quería que todos los que le rodeábamos tuviéramos éxito. Su relación con Pat Riley también era increíble. Magic le dejaba hacer y deshacer como entrenador, era fantástico”.

Kidd, por su parte, no quiso echar más leña al fuego y mató al mensajero: “Nos vimos en verano. Le saludé y le deseé suerte, ¿qué otra cosa podía hacer? A veces parece que los periodistas os aburrís mucho… En los Nets tuvimos unos años fantásticos y Scott fue obviamente una parte importante en ello. Cogió a un equipo hundido y lo llevó a las Finales. Yo era sólo un jugador, yo no decidía si él seguía o se iba… eso era cosa de los ejecutivos”.