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NBA | HISTORIA

La 'Guerra Fría' llegó a su fin en la NBA hace 25 años

El 18 de noviembre de 1989, se enfrentaron Marciulionis (Warriors) y Volkov (Hawks), los primeros jugadores de la URSS que debutaron en la Liga norteamericana.

Sarunas Marciulionis y Alexander Volkov.

La llamada Guerra Fría fue el enfrentamiento a todos los niveles (político, económico, social... y también deportivo) que mantuvieron Estados Unidos y principalmente la extinta Unión Soviética, cuyo origen se suele situar en 1947 y su fin en 1991. Pero en la NBA terminó un poco antes. Fue hace 25 años, en 1989, el mismo en el fue derribado el tristemente famoso Muro de Berlín. Dos jugadores de la aún vigente URSS tumbaron otro obstáculo, el que se interponía entre el prestigioso baloncesto del archienemigo de los estadounidenses y la mejor Liga del mundo: Sarunas Marciulionis (Golden State Warriors) y Alexander Volkov (Atlanta Hawks). Uno lituano y el otro ucraniano, aunque por aquel entonces defendían la bandera roja con la hoz y el martillo bajo la que nacieron. Hay que recordar, no obstante, que el primer jugador del llamado bloque comunista que jugó en la NBA fue el búlgaro Georgi Glouchkov, en la campaña 1985-86 con los Phoenix Suns

Tal día como este martes, el 18 de noviembre de aquel histórico año 89, Marciulionis y Volkov personificaron la apertura política de la NBA al coincidir por primera vez en una cancha, la de Atlanta. Ganaron los Hawks (112-96) con 8 puntos del escolta en 22 minutos y 4 del pívot en 21. El impacto del primero había sido inmediato. En su debut, 15 días antes, le había endosado 19 puntos a los Suns directamente instalado en la categoría de sexto hombre de los Warriors. Aquella campaña la acabó con una media de 12,1 tantos y sus mejores tiempos estaban aún por llegar en una exitosa carrera de ocho años (premiada con su reciente entrada en el Hall of Fame), aunque uno de ellos (1993-94) lo pasó en blanco por lesión. No tuvo tanta suerte Volkov, al que le sucedió igual pero en la que iba a ser su segunda temporada (1990-91). Y tras jugar sólo 27 partidos en la siguiente, el actual presidente de la Federación de Baloncesto de Ucrania regresó a Europa, el continente en el que ambos habían sido estrellas tanto en sus clubes como en la selección.

Marciulioinis y Volkov abrieron la puerta por la que pasaron después, entre otros y con más o menos éxito, el letón Gundras Vetra (1992, Timberwolves), el ruso Sergei Bazarevich (1994, Hawks), el mítico lituano Arvydas Sabonis (1995, Blazers), el estonio Martin Muursepp (1996, Heat), el ucraniano Vitaly Potapenko (1996, Cavaliers) y el también lituano Zidrunas Ilgauskas (1997, Cavaliers). Fueron los pioneros de un grupo de jugadores de los países de la antigua URSS que ha alcanzado la pasada temporada su representante número 32 (1 estonio, 4 georgianos, 2 letones, 10 lituanos, 9 rusos y 6 ucranianos) con la llegada a Cleveland del ruso Sergey Karasev. Entre tanto aparecieron otros ilustres como los lituanos Sarunas Jasikevicius (1995, Pacers), Arvydas Macijasukas (1995, New Orleans/Oklahoma City) y Linas Kleiza (2005, Nuggets). En activo continúan, además de Karasev (ahora en los Nets), los rusos Andrei Kirilenko (Nets), Timofey Mozgov (Nuggets) y Alexey Shved (Sixers), los lituanos Jonas Valanciunas (Raptors) y Donatas Motiejunas (Rockets), y el georgiano Zaza Pachulia (Bucks). Lejos quedan ya aquellos tiempos de odio y desconfianza que separaron a dos gigantes del baloncesto.