Minnesota Timberwolves: Ricky tiene un nuevo socio

Puesto 2013-14: 10º puesto del Oeste con 40-42. No entró en Playoffs.

Previsión 2014-15: 14º del Oeste.

Calendario 2014-15.

Quinteto titular: Ricky Rubio, Kevin Martin, Andrew Wiggins (Rookie), Thaddeus Young (Sixers) y Nikola Pekovic.

Principales suplentes: JJ Barea, Mo Williams (Blazers), Zach LaVine (Rookie), Corey Brewer, Anthony Bennett (Cavaliers) y Gorgui Dieng. (Plantilla completa)

ESTRELLA: Andrew Wiggins.

El número 1 del draft se las prometía muy felices compartiendo equipo con LeBron James, pero acabó siendo moneda de cambio en un claro ejemplo del negocio que es la NBA. Ahora, en Minnesota, Wiggins tendrá que demostrar ese aura de estrella que le lleva acompañando desde su época de High School para liderar un proyecto encaminado a cerrar el Oeste en su primer escalón. Andrew es la teórica estrella, por talento y por futuro, pero el teórico líder de estos Wolves tiene nombre y apellidos españoles: Ricky Rubio. De la relación que se establezca entre ellos dependerá el espectáculo que podamos ver en el Target Center.

CLAVES

Ricky y el tiro. Acapara portadas y primeras páginas de forma inevitable, y con razón. El español debe mejorar el tiro en toda su expresión. No sólo en porcentajes, sino en qué tiros lanzar y desde donde. Debe encontrar una zona de la pista donde se sienta cómodo y convertirse en un peligro para el rival desde ahí. Tiene trabajo.

Flip Saunders. General Manager y entrenador. Vuelve al banquillo de los Wolves para sustituir a Adelman y para liderar el desarrollo de jóvenes talentos como Wiggins y Bennett. Con Kevin Garnett lo hizo bien.

Los jóvenes talentos. Los Wolves poseen una de las plantillas más jovenes y talentosas de la liga. Ricky, LaVine, Wiggins, Bennett, Dieng… un quinteto que necesita un par de años para rendir al máximo nivel y al que no se le pueden exigir resultados desde su primer año.

ANÁLISIS

En el Draft de 2008, los Memphis Grizzlies seleccionaban en la quinta posición a un ala-pívot algo ‘fondón’ llegado de la Universidad de Los Angeles (UCLA) y, sin pensárselo dos veces lo mandaban a Minnesota a cambio de la tercera elección: OJ Mayo. Poco que discutir sobre quién salió ganando. Sobre el papel, los Grizzlies consiguieron llegar a Playoffs mientras que ese tal Kevin Love se convirtió en uno de los mejores jugadores de la liga pero cada año terminó viendo la postemporada desde el salón de su casa.

En ese año los Timberwolves iniciaron un camino que terminó este verano. Un camino de reconstrucción que tocó su culmen el curso pasado, teórico año de alumbramiento en Playoffs pero que fue el fracaso de la ‘generación Adelman-Love’: 40 victorias y 42 derrotas y 10º puesto de la Conferencia Oeste. La mejor temporada desde 2005 y la décima consecutiva en la que se quedaban fuera de la lucha por el título (la peor racha de la actualidad). Odiosa contradicción.

Kevin Love se dio cuenta de que con 26 años no podía continuar sin jugar a partir de abril y decidió hacer ‘un Kevin Garnett’. El ahora jugador de los Brooklyn Nets abandonó Minnesota en 2007, con 31 años, para formar junto a Paul Pierce y Ray Allen un Big Three que terminó dándole otro anillo a los Boston Celtics. Love pasará del 10º equipo del Oeste al principal candidato por el título: los Cleveland Cavaliers de LeBron James. Paso de gigante merecido.

En su lugar, Minnesota recibió a Andrew Wiggins, Anthony Bennett y Thaddeus Young. Los dos últimos número 1 del draft y el mejor jugador de los Philadelphia 76ers. Pocas formas mejores de perder a tu estrella. Wiggins es el futuro de la NBA, el heredero de LeBron desde hace un lustro, un jugador llamado a dominar la liga durante la próxima década. La pregunta es, ¿puede hacerlo en Minnesota? A su alrededor se reúne un talento y una juventud descomunales: Ricky Rubio (24 años), Zach LaVine (19), Wiggins (19), Shabazz Muhammad (21), Glen Robinson (20), Anthony Bennett (21), Gorgui Dieng (24)... Jugadores con muchísimo futuro y algunos con cierta experiencia en la liga: Ricky, por supuesto; y Dieng afronta la confirmación de su gran final de temporada. Además, Kevin Martin, Young, Brewer o Mo Williams aportarán la veteranía necesaria para hacer progresar a los jóvenes.

El primer curso será duro y sorprendería ver a los Wolves más allá del pozo de un Oeste tan salvaje como el de los últimos años. Periodo de adaptación para unos y de desarrollo para otros. En el análisis de la temporada de Ricky Rubio hablábamos sobre su tiro y sobre cómo su renovación puede alterar el año de Minnesota. ¿Seguirá o buscarán un traspaso para ‘reconstruir’ totalmente la franquicia? Wiggins o LaVine acaban de llegar y se les presupone una cierta ‘tranquilidad’ a la hora de obtener resultados, pero Rubio se enfrenta a su cuarta temporada en la liga y a la posibilidad de firmar su primer gran contrato. Ha dejado claro en varias ocasiones que quiere jugar Playoffs y, hoy por hoy, eso es algo que en los Timberwolves no le pueden ofrecer.

En cuanto al juego del español, todo se basa en su tiro. En el resto de facetas (pase, rebote, recuperaciones) es uno de los mejores bases de la liga, pero sin un tiro fiable no puede dar ese salto que se espera en él desde hace un par de años. No se le pide 20 puntos por partido, sino ser capaz de convertirse en una amenaza en ataque, es decir, dar la posibilidad a su equipo de abrir el campo y crear espacios para los demás. Que la defensa rival tenga que preocuparse de él. El ejemplo de Jason Kidd, salvando las distancias, es el que tiene que seguir Ricky. Kidd promedió un 27% desde el triple en su primera temporada en la liga, fue criticado por su tiro y acabó siendo uno de los mejores bases de los últimos 20 años con porcentajes de 3 que rodeaban el 40%.

En resumen, a priori los Wolves pelearán con Utah por evitar el ‘farolillo rojo’ del Oeste mientras sus jóvenes estrellas se desarrollan. La decisión que tome la franquicia en cuanto a la renovación de Ricky marcará lo importante, el futuro a partir de la temporada 2015-2016.