LOS ESPAÑOLES Y EL NUEVO CURSO

Víctor Claver y la maldición española en Portland

El internacional español disputará su tercera temporada en la NBA, la última firmada con la franquicia de Oregón. Es uno de los momentos claves de su carrera.

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NBA

Víctor Claver (26 años y 2,07) tiene por delante uno de los mayores retos del baloncesto español en la NBA: romper el maleficio de Portland. Un mal que se extiende como una enfermedad, sin visos de tener fin. Tres jugadores antes que él han pasado por la franquicia de Oregón sin éxito, saliendo por la puerta de atrás y con el mismo destino final, el Real Madrid: Fernando Martín (1986-87), Sergio Rodríguez (2006-09) y Rudy Fernández (2008-11).

El fallecido Fernando Martín fue el primero jugador español en cruzar el Atlántico para probar suerte en Estados Unidos, en una época donde la NBA estaba exclusivamente preparada para los jugadores de esa tierra. La dificultad de ser europeo y triunfar era extraordinaria y para Martín no fue una excepción. Sólo 24 partidos disputó en un vestuario dominado por hombres como Clyde Drexler y Sam Bowie, con medias muy discretas (6,1 minutos y 0,9 tantos por partido). Después de esa temporada su retorno a la capital de España era, más que una opción, una necesidad.

El caso de Rudy y Sergio es especial. Llegaron con un gran cartel. Eran jóvenes, atléticos e inteligentes en el movimiento del balón. Las predicciones señalaban el cielo como límite, pero la cruda realidad de la NBA se cruzó en su camino… y Nate McMillan. El entrenador de Portland por esa época era un hombre de ideas fijas. Tenía un esquema en la cabeza, un quinteto y una segunda unidad invariable. La versatilidad no era una opción y los dos españoles lo pagaron.

Eran carne de banquillo. El canterano de la Penya sólo disputó nueve partidos de titular en sus 218 en Oregón, mientras que el exbase del Estudiantes salió en el cinco inicial en 14 ocasiones, de las 219 oportunidades que tuvo. Ambos abandonaron el equipo. Detras de ellos quedaron alley oops espectaculares que abrieron más de un Top-10 de la noche. Una conexión española que ahora disfrutan en el Palacio de Deportes los aficionados del Madrid.

Y Claver, si no cambian las cosas, puede coger el mismo camino. El internacional español no ha tenido suerte con Terry Stotts desde su temporada de rookie. Su primer año debería haber sido excelente porque el proyecto Porltand 2012-13 ni era profundo, ni tenía grandes aspiraciones, pero no contó con posibilidades. Jugó sólo 49 partidos (16 de ellos como titular), con una media de 16,6 minutos y 3,8 puntos. La pasada fue aún peor: 21 encuentros (cero en el quinteto inicial) y 8,8 minutos y 2,2 tantos por encuentro. “Este año (por el curso pasado) éramos 15 jugadores que podíamos jugar y el equipo funcionó bien desde el principio, eso lo ponía difícil para los reservas”, señaló el español en una entrevista a AS.

Y este año la situación se oscurece aún más. Terry Sttots cuenta este curso con una plantilla más larga y profunda, y el técnico parece que ya ha encontrado las teclas que debe tocar para dar un pasito más en las aspiraciones del equipo y Claver no está entre ellas, si nos atenemos a lo visto por ahora en la pretemporada.

En los cuatro partidos que se llevan disputados en la preparación del curso, Claver, que aún no ha llegado a disputar ni 1.000 minutos en partidos oficiales con los Blazers (996 hasta ahora), ha disputado 11 minutos (sobre 192) y en dos partidos no llegó a saltar a la cancha. Su balance de pretemporada, cuando se hacen las pruebas y se ajustan las rotaciones, es de cuatro tiros a canasta y cuatro puntos (2/4). Nada más.

De esta forma, Claver tendrá mucho que pensar cuando llegue a junio si las cosas no cambian radicalmente. Este es su último año de contrato garantizado con los Blazers (1.370.000 dólares) y después el equipo deberá decidir si hace uso de la oferta cualificada (1.700.000) que tienen sobre un jugador que aún posee mucho cartel en Europa por su juventud, calidad y versatilidad (puede jugar de tres y cuatro).

Y aún pude ser utilizado en la NBA, siempre que le den confianza y minutos. Además, los Juegos de Río de Janeiro están al caer y no puede perder ese tren cuando el futuro y la renovación de la Selección pasa por hombres como él, por lo que no es una opción pasar más años en blanco.

Este es mi último año de contrato y espero jugar. No sé lo que pasará, pero quiero jugar. No me gustaría acabar una temporada como la del pasado año y no disfrutar”, sentenció el internacional español.