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LOS CALAMBRES DE LEBRON

La forma de sudar de LeBron, el fundamento de los calambres

Lewis Maharam, eminencia en medicina deportiva, advierte del efecto de la falta de hidratación en LeBron pero cree que le pasa lo mismo que a casi todos los deportistas.
Final en vivo: Cavs vs Celtics, juego 7

La forma de sudar de LeBron, el fundamento de los calambres
ROBYN BECKAFP

“Me quedé sin todos los fluidos, literalmente, que había consumido en los dos últimos días”, aseguró un LeBron todavía exhausto tras el partido que ya quedará para la historia, la suya y la de la NBA, como el de “los calambres. Esos calambres, vinculados a problemas de agotamiento y deshidratación, han sido prácticamente la única kriptonita conocida en la carrera del descomunal alero, por lo demás un portento físico que suele gobernar los partidos a su antojo. El caso más recordado, el cuarto partido de las finales de 2012 ante Oklahoma City Thunder, cuando los calambres le martirizaron pero no le impidieron anotar un triple decisivo en la recta final del partido.

LeBron asegura que sigue una rutina especial en playoffs para tener bajo control el consumo de líquido pero sintió como todo saltaba por los aires en el segundo tiempo y dadas la condiciones climáticas extremas del AT&T Center. En Miami se acondicionó el pabellón precisamente por sugerencia de LeBron tras sus molestias en la final de 2012. Desde luego, los problemas de LeBron son anteriores y ya los sufrió en sus días en Cleveland: en 2007, en la ruta hacia su primera final, los Cavs se midieron a los Pistons y LeBron tuvo que recibir fluidos de forma intravenosa en un partido en el que el aire acondicionado no funcionaba de forma correcta en el Palace de Auburn Hills.

El revuelo ocasionado por los problemas del mejor jugador de la NBA ha puesto el foco de atención sobre una medicina deportiva que se afana por aclarar qué le pasó, cómo y por qué. Los calambres, de eso no hay duda, son una reacción de la falta de hidratación del cuerpo que afecta primero a las extremidades, las que ceden sus fluidos en primer lugar al cerebro.

Uno de los primeros en tratar de explicar la situación ha sido Tim Kremchek, preparado físico de los Cincinnati Reds: “Es un problema que normalmente vemos más en deportes al aire libre y en los meses de verano. La clave es hidratarse antes de hacer deporte, mantener una buena rutina. Si esperas al momento en el que empiezas a sentir los calambres, ya es demasiado tarde”. A priori y salvo que se llegue a una situación extrema, el cuerpo reacciona rápido y sin consecuencia a largo plazo en cuanto se rehidrata, casi siempre con ayuda de dosis intravenosas de sodio, potasio y otros nutrientes. Con eso y masajes, LeBron no tendría que tener problemas para jugar el segundo partido, si bien el equipo médico de Miami teme que su cuerpo genere un recuerdo de la lesión que acelere los síntomas en cuanto se acerque a condiciones similares.

También se ha apresurado a aportar sus claves Lewis Maharam, una eminencia en medicina deportiva que presidió el Colegio Americano de la especialidad y que ha sido también médico de la maratón de Nueva York. Su remedio es casero y muy sencillo, aunque no milagroso: “Coge sal, póntela en la mano y dale un lametazo como si fueras a tomarte un tequila”.

Maharam ha dejado claro, eso sí, que no cree que LeBron tenga una patología especial, sólo unas condiciones físicas que le hacen más propenso a tener un problema que es al fin y al cabo el de casi todos los deportistas: “No tiene más calambres que la mayoría. Tendrías que ver el final de un maratón… diría que hasta el 70% de los corredores sufren calambres. Lo dan todo, igual que LeBron. Y cuando llevas tu cuerpo al límite empiezas a perder electrolitos y a sudar mucho. Y llegan los calambres”.

Otro especialista, Jon Schriner, recuerda un partido de la final que disputaron en 1989 los Pistons y los Lakers: “Creo que el staff de los Pistons anticipó mucho mejor los problemas que podían tener sus jugadores que los de los Lakers. Y de repente, en una transición rápida, Magic Johnson se lesionó. Era lo mismo que le ha pasado a LeBron. El jugador franquicia caía por no estar bien hidratado”.

Tanto Schriner como Maharam creen que el problema no es extraño pero sí necesita un buen tratamiento: “Por fisiología, hay gente que suda más y gente que suda menos. Y hay gente que al sudar elimina más electrolitos de lo normal. Es tan sencillo como tener un buen análisis nutricional de los componentes que tienes que ingerir si eres propenso a tener calambres”.