Arrinda pide 800.000 euros y dimite el vicepresidente

En medio de las dos entregas de la final de la Eurocopa, el Valencia se encuentra esta tarde con un Bilbao que no vive ni un día en paz. Al menos, regresa Hervelle, acortando los plazos tras su lesión de rodilla: otro ejemplo de la implicación que siempre ha adornado al belga. La única noticia feliz. Los taronja aspiran a seguir presionando al Madrid, aunque la primera plaza está casi imposible. El lunes tendrá lugar la esperada junta de accionistas en Miribilla, en teoría para la transmisión de las acciones de Arrinda y nombramiento de nuevos consejeros. Había prevista una reunión para el miércoles con el abogado del consejero delegado para un acuerdo, pero no apareció. Éste se ha enrocado de una forma absurda y algunos proveedores y profesionales del club ya piensan en hacer cola a partir del lunes para plantearle denuncias o querellas que no le convienen. Todo ello si persiste en su actitud, que le ha llevado a que le abandone todo el mundo (el propio Felipe Reyes piensa en dejarle como representante).

Arrinda sólo quiere dinero por sus acciones (800.000 euros). Los cinco miembros del grupo alternativo piden una transmisión sin recompensa y si en el futuro alguien decide adquirir títulos, ese dinero sí iría a parar a la cuenta del actual mandatario. Si éste no atiende a razones y decide nombrar consejeros de su cuerda o apadrinar el proceso hacia el concurso de acreedores, podría llevar al club a la disolución. Se hace difícil pensar que Arrinda asome la cabeza el lunes por Miribilla, con muchos accionistas esperándole. Mientras, otro particular debe costear el desplazamiento a Valencia, ya que Viajes Ecuador pide garantías de cobro. El vicepresidente, Iñaki Calvo, ha presentado ya su dimisión.