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NEW YORK KNICKS

Limpia en los Knicks: Woodson y el cuerpo técnico, despedidos

Woodson, que llegó en la temporada 2011-12 sustituyendo a Mike D'Antoni, deja los Knicks con un balance de 109 victorias y 79 derrotas.

Mike Woodson no seguirá en los Knicks.
BRUCE BENNETTAFP

Phil Jackson ha comenzado a construir sus nuevos Knicks despidiendo a Mike Woodson, el entrenador que durante las últimas tres temporadas ha logrado un récord de 109 victorias y 79 derrotas, pero que no ha podido clasificar al equipo de la capital de la NBA para los playoffs esta temporada después de un deprimente marcador de 37 partidos ganados y 45 perdidos.

Steve Kerr, ex base de Chicago y actual comentarista de televisión, es uno de los favoritos para ocupar el banquillo de Nueva York. Kerr conoce a Jackson, domina su estilo defensivo y el ataque del triángulo que dio 11 campeonatos al actual presidente de los Knicks cuando era el entrenador de los Bulls y de los Lakers. Woodson ha ganado el 58% de los partidos en los que ha dirigido al conjunto de la calle Broadway, pero los fieles aficionados neoyorquinos no saben a qué han jugado este año Carmelo Anthony y compañía.

Nueva York esperaba mucho más de sus Knicks después de llegar a las semifinales de la Conferencia del Este la pasada temporada. Y, sin embargo, el equipo ha fracasado, incapaz de defender y de encontrar a un hombre que ayudara a Anthony en ataque. Jackson y su nuevo entrenador tendrán, como primer objetivo, convencer a Melo de que se quede en Nueva York y no decida marcharse, aprovechando que es agente libre a otras ciudades, que ya le han abierto los brazos como Chicago o Los Ángeles.

El Maestro Zen de la NBA tiene complicado cambiar inmediatamente a un equipo en el que hay contratos millonarios garantizados como los de Tyson Chandler y Amare Stoudemire, ambos disminuidos por las frecuentes lesiones, que tiene a jugadores egoístas como J. R. Smith y Andrea Bargnani, y donde el público no parece muy dispuesto a comenzar de cero.

Hace un mes cuando se presentó ante los neoyorquinos Jackson les advirtió que no podrá hacer milagros pero que cambiará la "cultura" del equipo. Su objetivo es que todos los rivales que jueguen en el Madison Square Garden sepan que será uno de los pabellones más duros y difíciles de ganar de la NBA.