Los Pacers permanecerán en Indiana durante 10 años más

Los Pacers seguirán en Indiana durante los próximos diez años (temporada 2023-2024) con opción a tres más, renovables anualmente estos últimos, según ha revelado el Indianapolis Star. El acuerdo de la operación entre la ciudad y la franquicia de la NBA ascenderá a los 160 millones de dólares, en los que se incluyen 10,8 millones para costes operacionales y 33,5 millones para las mejoras del Banker Life Fieldhouse.

Entre estas mejores estarían la renovación de los asientos VIP y de los vestuarios, por ejemplo, donde la ciudad invertiría 26,5 millones, siete más para la remodelación de la pista o el aire acondicionado y habrá ocho millones repartidos en diez años para el marcador y el sistema de sonido. Además de 3,7 que pagaría de forma subsidiaria la ciudad para los seguros de responsabilidad civil, seguridad o servicios públicos, estos últimos al margen de los 33,5.

Los términos del acuerdo no permitirán a los Pacers dar por terminado el acuerdo si tienen perdidas. Si el dueño del equipo, Herb Simon, muere o los préstamos de la franquicia no pudieran ser afrontados por la misma y se pone el equipo en venta, la ciudad tendría derecho preferencial o derecho a la primera oferta.

Y como toda operación de subvención, y más en los Estados Unidos donde la intervención de la administración pública es vista por muchos como un pecado mortal, existen partidarios y retractores. Los partidarios esgrimen que poseer un equipo de la NBA es beneficioso económicamente (se habla de doscientos ocho millones el impacto económico de tener a los Pacers en Indiana) y da vitalidad al centro de la ciudad.

“Los Indiana Pacers y las Indiana Fever (equipo femenino) atraen a cientos de miles de personas a Indy anualmente. Muchos de los trabajadores y empresas del centro dependen de esos fans. Servicios como los deportes profesionales, el arte y los museos hacen de nuestra comunidad un lugar más vibrante y atractivo para vivir y hacer negocios", señaló el alcalde, Greg Ballard.

Pero no todos los ciudadanos lo ven así. No ven con buenos ojos que, mientras hay dificultades económicas para financiar las reparaciones y mejoras de la ciudad y pagar servicios como la policía, la administración subvencione a una franquicia que está valorada en 475 millones por la revista Forbes y que ingresó 121 millones la temporada pasada.

"Me encanta tener un equipo profesional en la ciudad, pero llega un momento en el que tienes que preguntarte si puedes pagarlo. ¿Es algo que podemos obligar a pagar al contribuyente cuando no tenemos suficiente dinero para financiar la reparación de las carreteras y pagar a los agentes de la policía?, subrayó el concejal Zach Adamson.

Además, el nuevo acuerdo es más ‘caro’ para la ciudad que el último (4,8 millones más al año), pero los expertos están de acuerdo en que el nuevo es igual al que están firmando el resto de franquicias. “No está fuera de la línea que se está estableciendo en el deporte profesional”, explica Victor Matheson, experto en economía deportiva.