Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

MIAMI HEAT

¿Qué le pasa a LeBron James?

En los últimos cinco partidos, el cuatro veces MVP de la NBA parece estar atravesando una racha de juego difícil de imaginar en un jugador de su calidad.

LeBron James durante el partido de esta noche contra los Brooklyn Nets.
AFP

LeBron James es una máquina. Es algo indiscutible en el mundo del baloncesto. El cuatro veces MVP de la NBA es lo más cercano a la perfección. Sólo Kevin Durant puede hacerle sombra. Capaz de las cosas más increíbles, LeBron ha caído en una situación no vista desde hace tiempo.

El jugador de los Heat ha entrado en el mundo de los sueños desde su brillante actuación ante los Charlotte Bobcats, cuando alcanzó su mejor marca anotadora de su carrera con 61 puntos. A partir de ese día, LeBron está apagado o fuera de cobertura. De los cinco encuentros disputados desde aquel 3 de marzo, los Heat sólo han logrado ganar uno, contra los Washington Wizards, el único día en que LeBron estuvo acertado de cara al aro. En ese partido logró 23 puntos, la mayor puntuación en los cinco encuentros, con un 4/6 desde fuera de la pintura. Y es esa zona la que está rebajando sus pretensiones de volver a ser MVP en favor de Durant.

La estrella de Akron ha tenido una serie de 9/39 de tiros desde fuera de la zona (23 %) para un total de 39/87 en tiros de campo. Un 44,8 % cuando está promediando esta temporada un 57,2 %. Además, desde el triple ha rebajado su media en más de ocho puntos (del 37,8 % de media al 29,4 de este ciclo) y no estaba un partido sin lanzar ni un solo tiro libre, contra Chicago y Washington, desde que vestía la camiseta de los Cleveland Cavaliers en 2009, es decir, 332 encuentros después. Sus números han sido los siguientes:

Houston Rockets (derrota, 106-103): 22 puntos, 9/18 en tiros de campo (0/6 fuera de la zona), 0/3 en triples, un rebote, seis asistencias y tres robos.

San Antonio Spurs (derrota, 111-87): 19 puntos, 6/18 en tiros de campo (1/11 fuera de la zona), 1/3 en triples, ocho rebotes, siete asistencias y dos robos.

Chicago Bulls (derrota, 95-88): 17 puntos, 8/23 en tiros de campo (2/10 fuera de la zona), 1/3 en triples, nueve rebotes, ocho asistencias y tres robos.

Washington Wizards (victoria, 99-90): 23 puntos, 10/15 en tiros de campo (4/6 fuera de la zona), 3/4 en triples, siete rebotes, ocho asistencias y tres robos.

Brooklyn Nets (derrota, 95-96): 19 puntos, 6/13 en tiros de campo (2/6 fuera de la zona), 1/4 en triples, cinco rebotes, siete asistencias y tres robos.

Todo comenzó en la segunda parte del partido contra los Rockets. Durante el primer periodo, LeBron logró 19 de sus 22 puntos y desde ese momento todo fue mal. “Lo luché todo durante la primera mitad, pero luego no pude”, señaló el alero. Fue el día después de Charlotte y el cansancio parecía el culpable de su mal día, pero luego llegó San Antonio. La venganza de las Finales en tierras texanas y ahí le esperaba un perro de presa. Kawhi Leonard no dejó respirar al 'Elegido' y su juego se fue diluyendo. Las excusas tras el partido, fueron más una rabieta que una admisión de la buena labor de su defensor.

La máscara que llevaba para proteger su nariz tras un golpe sufrido con Ibaka, fue el primer culpable. LeBron decidió dejarla en el segundo cuarto (“No estaba cómodo”). El segundo culpable, las tan entredichas camisetas de manga larga. No es el primer jugador que levanta la voz contra ellas. LeBron cree que en los tiros desde la larga distancia es donde más se nota ese problema y que ya lo notó en Navidad ante los Lakers y en el All Star Game. “No quiero poner excusas, pero no soy un gran admirador de estas camisetas. Cada vez que tiro es como si me estirara por debajo del brazo, no deja mucho margen de error y no son algo beneficioso desde luego”, señaló.

Sus quejas podrían haber tenido razón si no llega a ser por la derrota en Chicago. Los Bulls plantearon el encuentro que mejor les iba, defensa y agresividad, y Miami y LeBron no trataron de contradecir a Thibodeau. Butler, como antes Leonard, frenó al jugador de los Heat, y la defensa rocosa, de dos contra uno impuesta desde el minuto uno, no dejaron respirar al alero. Y para colmo, falló la penetración que podría haber dado la victoria a Miami. “Fue muy buena jugada de Butler”, admitió LeBron después del encuentro. “Es gracioso lo rápido que uno puede salir de su ritmo después de estar bien mucho tiempo. Ellos juegan diferente ante nosotros”, reflexionó el ex de los Cavaliers.

Esta noche el dibujo no ha cambiado en absoluto. El American Airlines Arena vio como su 'Rey' no conseguía dejar la victoria en casa. Y esta vez sería culpa de un viejo enemigo. Paul Pierce, como desde sus tiempos en Boston, se encargó de él. Defensa de un veterano que sabe cuando hay que clavar más hondo el cuchillo en el moribundo. Además, Miami volvió a perder sus opciones de ganar en el último balón. El temor a los finales apretados parece haber vuelto a South Beach.

La situación de la estrella de la NBA es seguramente algo pasajera. Pero luchando en estos momentos, no sólo por el reconocimiento individual del MVP, sino por alcanzar el primer puesto de la Conferencia Este, peleando con un gigante como es Indiana por el factor cancha ante una hipotética final entre ambos, parece no ser el mejor momento para venirse abajo.