PHILADELPHIA

Michael Carter-Williams y el impacto del 'Rookie Wall'

La sensación de los Sixers está sufriendo un bajón de juego tras el All-Star. Es el temido 'Rookie Wall' que sufren la mayoría de recién llegados a la Liga.

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Michael Carter-Williams y el impacto del 'Rookie Wall'
Mark D. Smith USA Today Sports

Cuando Michael Carter-Williams, el rookie que debutó en la NBA quedándose a un robo y tres rebotes de un cuádruple doble (acabó el partido con 22 puntos, 12 asistencias, 9 recuperaciones y 7 rebotes), anunció aproximadamente a mitad de enero que su cuerpo se encontraba "un poco fatigado", muchos se lo tomaron a broma. El primero Charles Barkley, que bromeó cariñosamente con él gritando a la prensa "¡mirad chicos, estamos a mitad de año y nuestro novato dice que ya está cansado!".

La realidad es que Carter-Williams no mentía. Durante la temporada pasada, el base jugó un total de 40 partidos en 146 días. De esos 40, solo jugó cuatro en noches consecutivas, los correspondientes al campeonato Big East. Cabe destacar que en esas cuatro noches Carter-Williams y sus Orangemen de Syracuse no viajaron, sino que jugaron los cuatro encuentros en el mismo pabellón. Este año ha jugado (de momento) 51 partidos en 101 días. En esos 51 partidos, los Sixers han encarado 9 back to backs (denominación de la NBA para las jornadas en las que los equipos juegan dos partidos en dos días consecutivos).

Los resultados además no dejan dudas. Pese a ser su primer año, el espigado base de Massachussets promediaba 17'04 puntos por partido antes del parón del All-Star. Después del Fin de Semana de las Estrellas, sus números bajan hasta los 15'33 puntos cada noche. Y el problema no se traduce solo en la cantidad de puntos. Los porcentajes también desvelan los aprietos por los que pasan los novatos al encarar por primera vez en sus carreras temporadas tan largas.

Michael Carter-Williams nunca ha sido un gran tirador; de hecho en su época universitaria tampoco lo era. Pero volviendo a coger como unidad de medida el All Star, nos encontramos con que antes del 14 de febrero los porcentajes eran los siguientes: 39'6% en tiros de dos puntos; 29'1% en triples y 70% en tiros libres. Después, las cifras caen pese a mantenerse en el 39% en tiros de campo, convirtiendo en puntos 50 de los 128 tiros que ha intentado en este intervalo. El problema viene al observar que pierde un casi 3% en tiros libres -del 70% al 67'8%- y aumente considerablemente en triples: de un escaso 29%, el porcentaje de acierto del base se reduce a un alarmante ¡14%! tras el All-Star. Para que nos hagamos una idea, MCW ha anotado solo 3 triples de 41 intentos en los últimos 9 partidos.

RIVALES

Su principal rival en la carrera por el 'Rookie del Año', Victor Oladipo, también lo está sufriendo, por lo menos en cuanto a sensaciones en el juego se refiere. Su entrenador en Orlando, Jacque Vaughn, le protege más y tras el All Star sus minutos se han visto reducidos. Quizá por ahí se entienda que, al contrario que lo que le ocurre la mayoría de sus colegas, sus porcentajes hayan mejorado al menos momentáneamente: antes del All Star promediaba 13,9 puntos por noche con 41% en tiros de campo, 30% en triples y 77'7% en libres. Después del parón, sus promedios mejoran notablemente, a pesar de seguir promediando 13'9 puntos: 43% en tiros, 43% en triples y 80% desde la línea de personal.

Otro de los que se presumen bien colocados para el galardón al mejor novato, Trey Burke, también parece estar aguantando el tirón estadísticamente hablando. Quizá sea porque el base de los Jazz haya jugado mucho menos que los dos anteriores al haberse perdido prácticamente los dos primeros meses de competición por lesión, Burke parece que mejora según avanza la temporada. Su porcentaje de tiros ha crecido del 36% al 39% y se mantiene firme en triples y tiros libres (33% y 91%) respectivamente.

EL CASO RICKY RUBIO

Ricky Rubio también lo notó en su temporada como novato de la mejor liga del mundo. Además, en su caso el bajón fue apreciable. A pesar de sus ya consabidas debilidades a la hora de anotar, Ricky se vio en los aprietos propios de una temporada tan exigente, aún viniendo de un equipo que en España disputaba Liga y Euroliga. En los 31 partidos que Ricky disputó antes de pisar por primera vez el All Star, el catalán anotaba 10 puntos por noche con un 37% de eficacia total, un 35% desde el perímetro y un 81% desde la personal. Después de ese fin de semana, Ricky siguió promediando diez puntos, pero algo había cambiado: pasó a promediar un 25% en tiros de campo, un 25% en triples y un 75% desde la línea de tiros libres. En su defensa hay que decir que solo jugó 7 partidos tras el parón al acabar su temporada precipitadamente por la grave lesión de rodilla que sufrió.

FUTURO

La mejor solución para el temido 'Rookie Wall' es la calma. La tranquilidad. Es la primera vez que el cuerpo de Michael Carter-Williams se ve sometido a un esfuerzo grande durante un tiempo prolongado, así que la situación es comprensible. El año que viene, con una preparación física adecuada y acostumbrado al ritmo de la NBA, es más que probable que el de Massachussets y sus compañeros de draft ni noten este bajón. Pese a todo, es de justicia calificar la temporada del base de los Sixers como sobresaliente hasta el momento, ya que incluso en diciembre llegó a tener números de verdadero All Star: 19, 3 puntos; 8,2 asistencias; 5,8 rebotes y 3,5 robos por partido adornaban la tarjeta de presentación del favorito a llevarse el 'Rookie del Año'.

A pesar del impacto inmediato de Carter-Williams en los Sixers, tiene dos caballos de batalla: sus problemas con el tiro, que pueden ser corregidos con entrenamientos específicos; y cuidar las perdidas de balón, algo que sin duda lo cura la experiencia. Si consigue reducir estos dos handicaps, existe la posibilidad de ver en MCW lo que el destino nos quitó de ver en Shaun Livingston por una gravísima lesión: un base alto, de casi dos metros, dominando la NBA.