LA PISTA DE DELMÁS

Hace 20 años, Jordan jugaba al béisbol y... la cosa acabó mal

En marzo de 1994, 'Sports Illustrated' publicó un reportaje demoledor y una portada asesina: 'Recoge tus cosas, Michael'. Jordan vetó para siempre a la revista.
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Hace 20 años, Jordan jugaba al béisbol y... la cosa acabó mal

El 14 de marzo de 1994, Michael Jeffrey Jordan no pasaba de ser un 'rightfielder' en los Birmingham Barons, en una de las Ligas menores de béisbol, la AA Southern League, a las órdenes del técnico especialista Walt Hriniak. El 7 de febrero de 1994, Jordan había firmado contrato con los Chicago White Sox, la franquicia de las grades ligas (American League) propiedad del magnate Jerry Reinsdorf, también propietario de esos mismos Chicago Bulls a los que Michael había abandonado oficialmente el 6 de octubre de 1993.

Menos de cuatro meses después de ceñirse su tercer anillo en fila con los Bulls, Jordan citó como motivo oficial de su primera retirada de la NBA "la pérdida del deseo de jugar". Lo que hubo detrás de esa 'pérdida de deseo' nunca salió totalmente a la luz. Estuvo, sí, la muerte de su padre, James Jordan, asesinado el 23 de julio de 1993, por dos 'quinquis' de autopista, mientras se echaba una siesta en Lumberton, North Carolina. Había un hartazgo de las presiones, del estrellato... y de todo lo que suponía ser en ese Planeta Tierra de los 90 alguien como Michael 'Air' Jordan, un alienígena llegado de Marte junto a Mars Blackmon. ¿Hubo también presiones de la más potente NBA de David J. Stern para enterrar los relatos de apuestas masivas que cercaban a Jordan (por vía del corredor Richard Esquinas, de San Diego), muy poco después del impacto desatado por el virus del SIDA en la figura de Magic Johnson...? Sólo Stern y Jordan pueden responder a esa pregunta: y no parece que la prisa les apremie.

El caso es que, en marzo de 1994, Jordan, tras hacer pretemporada en el 'spring training' de Sarasota, había sido asignado al sistema de ligas menores de los White Sox, que le habían encuadrado en los Barons: allí iba a firmar un ridículo cociente de bateo ('batting average') del 0,202%, con tres 'home runs', 30 bases robadas y 11 errores. El 'batting average' subiría al 0,252 durante un mes final en los Scottdale Scorpions. En béisbol, Michael usaba el número 35.

Obviamente, Nike creó para la ocasión unas 'Air Jordan' especiales, beisboleras, que hoy alcanzan valores de Stradivarius incunables en las subastas más estrambóticas. "Mejor será que se anude fuerte esas 'Air Jordans' el día que yo tenga que 'pitchear' contra él... me gustaría ver cuanto tiempo puede estarse en el aire ('air time') ante uno de mis 'pitches' interiores", amenazó Randy 'Big Unit' Johnson, el explosivo 'pitcher' zurdo de Seattle Mariners y Arizona Diamondbacks. Las buenas personas del béisbol guardaban saludable respeto al halo mítico de 'Air Jordan'. Las grandes estrellas y los profesionales serios del bate reaccionaban con tanta o más furia que 'Big Unit' Johnson...

Entre estas penurias, y justo el 14 de marzo de 1994, a 'Sports Illustrated' le dio por abordar la debacle de Jordan en el béisbol. Lo hizo con un reportaje demoledor de Steve Wulf, liderado por una portada asesina que se titulaba 'Bag It, Michael'. Más o menos, 'Déjalo, Michael, recoge tus cosas'. Ese 'Bag it' se acompañaba con la fotografía lastimosa de un Jordan desmadejado con el bate, sobrepasado por la bola y a un nivel de vulnerable fragilidad (¿podemos hablar de 'ridículo'?)... como no cabía imaginar en una pista de baloncesto. Dentro de la revista, el texto de Wulf se titulaba 'Err Jordan': "Error Jordan", en traducción 'ad hoc'. Iban todos los detalles sangrantes para Jordan, a quien se trataba como a un fenómeno de barraca de feria... barata. Más tarde, Wulf se quejó de que el reportaje no se le había pedido con el objetivo, después implícito, de denigrar a Jordan... ni tampoco se le había advertido de que iba a ser el plato fuerte del número, portada incluida. Pero el daño resultó colosal: de inmediato, Jordan y su entorno (con el venenoso 'superagente' David Falk a la cabeza) cortaron relaciones con 'Sports lllustrated', a quien Jordan nunca más volvió a conceder una entrevista, ni en la NBA... ni fuera de ella: y eso dura hasta hoy.

El 1 de noviembre de 1994, el número 23 de Jordan fue retirado por los Bulls de Reinsdorf, en el United Center, al mismo tiempo que se le erigía en el exterior del recinto la famosa estatua de Michael en pleno planeo que luego se conoció como 'The Spirit'. El 10 de marzo de 1995. Jordan actuó en su último partido de béisbol con los Barons. A esas alturas ya jugaba partidillos informales, 'pick up games', con B. J. Armstrong y otros antiguos compañeros de los Bulls. El 18 de marzo de 1995, Michael anunció su retorno a la NBA y a los Bulls con un comunicado de dos (o tres) palabras: "I'm back". "Estoy de vuelta". Volvió con el número 45 a la espalda. El 28 de marzo, Jordan, de regreso como 'His Airness'', celebró un partido grandioso en Nueva York. En el Garden, Michael descargó 55 puntos sobre los Knicks en el llamado 'Double Nickel Game', por lo del '5' y '5'. Los Bulls de Phil Jackson ganaron 13 de 17 partidos en su ruta hacia unos playoffs donde fueron eliminados por los Magic de Shaquille O'Neal en semifinales del Este, después de que Nick Anderson robara un balón clave a Michael. "No parecía ser el Michael Jordan de antes", alardeó luego Anderson.

En el verano del 95, Jordan anunció que recuperaría su número 23 para la campaña 95-96. Los Bulls ficharon a Dennis Rodman, 'liberado' por los Spurs. Michael contrató al preparador Tim Grover y rodó 'Space Jam', en Los Angeles. En 1995-96, los Bulls 'zen' de Jordan, Rodman y Jackson impusieron el récord de victorias en la NBA (72-10) y arruinaron para los restos a los Magic en la final del Este, de paso para el primer título de su última serie de tres en fila: el trío de anillos firmado entre 1996 y 98. Ocurrió todo eso. En España el PP de Aznar relevó al PSOE de Felipe González. Quizá se abrió el Mar Rojo. Pero Michael Jeffrey Jordan nunca volvió a hablar con 'Sports Illustrated'. Bag it, Michael. Qué tío.