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INFORME

Harden y Howard se entienden: los Rockets gobiernan 2014

Los Rockets han cogido carrerilla y son el mejor equipo de 2014: 18-5. Anotan casi 112 puntos por partido y no pierden sin necesidad de prórroga desde el 25 de enero.
Final NBA: Rockets vs Warriors, juego 6

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Harden y Howard se entienden: los Rockets gobiernan 2014
STEPHEN DUNNAFP

El mejor equipo de 2014 es Houston Rockets. Son números, pero las sensaciones no van mucho más lejos. La revolución copernicana que planteó Dary Morey sigue cumpliendo paso a paso el arriesgado guión que diseñó el general manager y que tiene dos fechas cruciales: el 27 de octubre de 2012 saca a James Harden de Oklahoma junto a Cole Aldrich, Daequan Cook y Lazar Hayward a cambio de Jeremy Lamb, Kevin Martin, y una serie de rondas de draft que pora hora se han materializado para los Thunder en el pívot Steven Adams. La otra es el 13 de julio de 2013, cuando consigue que Dwight Howard se convierta en el primer jugador que deja los Lakers como agente libre y todavía en sus años de plenitud.

Revolución Morey: del equipo de la temporada 2011/12 sólo quedan Greg Smith y Chandler Parsons. El primero cobra menos de un millón de dólares y termina contrato y el segundo es una ganga que está en poco más de 926.000 dólares con una team option para la próxima temporada también por debajo del millón. A cambio, el alero da 16’9 puntos, 5’7 rebotes, 3’7 asistencias y casi un 40% en triples, un guante en el sistema del equipo. En el proceso, que levantó unas cuantas cejas en su momento, llegaron con contratos monstruosos Jeremy Lin y Omer Asik (los dos cobraran casi 15 millones en el próximo y último año firmado). Y se fueron un ejército de jugadores entre buenos y muy buenos: Luis Scola (amnistiado), Goran Dragic, Kyle Lowry, Chase Bundinger, Kevin Martin, Jordan Hill, Courtney Lee… pero sí, Morey tenía un plan. Y le está saliendo.

En verano, la llegada de Howard suponía un golpe de efecto de primera magnitud al que le quedaban importantes asteriscos que resolver: el estado físico del pívot, su química en el vestuario tras unos años de disfunciones en Orlando y L.A., y finalmente su conexión en pista con Harden y su inmersión en un sistema que resultó brillante en la temporada anterior con el equipo jugando en transición rápida y con mucho ritmo de ataque. Con la pareja Harden-Howard, uno de las mejores 1-2 punch exterior-interior de toda la liga, y un escudero como Parsons, las otras dudas eran el puesto de base y el de ala-pívot. Y casi todas, las de estilo y las de roster, se están resolviendo de forma favorable para los tejanos. Harden y Howard han pasado del aprobado al sobresaliente en cuanto a química en pista y eso ha propulsado a un equipo que ha ido en crecimiento exponencial y que vive un excelente momento con Beverley como base, Terrence Jones como ala-pívot y una segunda unidad en la que ha encajado Lin, ha vuelto tras lesiones y rumores Asik y ha caído en gracia el recién llegado Jordan Hamilton. El sistema de McHale, un buen entrenador y sobre todo un entrenador listo, combina la velocidad de ejecución que encumbra a Harden y sobredimensiona a Parsons con el ataque estático de jugadores abiertos en torno a Howard que encumbró al pívot en Orlando.

El resultado: no hay ningún equipo mejor que Houston Rockets en 2014. Ha jugado 23 partidos y ha ganado 18. Sólo cinco derrotas que le ponen por encima de los principales aspirantes al anillo y de los que, en teoría como ellos, quieren ser alternativas y quizás algo más en playoffs. Esta sería la cabeza de la NBA si hubiera comenzado la competición el 1 de enero:

Houston Rockets 18-5

Memphis Grizzlies 18-7

Miami Heat 16-7

Brooklyn Nets 16-7

Oklahoma City Thunder 18-8

Los Angeles Clippers 18-8

Indiana Pacers 18-8

Chicago Bulls 18-8

San Antonio Spurs 15-9

Golden State Warriors 15-9

Todos los demás equipos han perdido al menos diez partidos. Además, los Rockets han recuperado su nivel ofensivo de hace un año y en esos 23 partidos desde Año Nuevo están promediando 107 puntos. El equipo más anotador de toda la temporada, Portland Trail Blazers, está en 107’7, justo por delante de los Clippers (107’3) y los propios Rockets, que ya están (106’5) por delante ya de los Timberwolves (105’7) y Phoenix Suns (105). Es evidente que dejar fluir a los Rockets es sinónimo de problemas a pesar de que sus registros defensivos están por debajo de la media de la liga (encajan 101’7 puntos por partido, sólo mejor entre posibles equipos de playoffs que Suns, Mavericks y Blazers). Estos últimos 23 partidos dejan clara esa bipolaridad entre los malos y los (cada vez más habituales) buenos días: 18 victorias a ritmo de 112'3 puntos de media, cinco derrotas en apenas 87’8.

Así que para derrotar a los Rockets hay que bajar de forma drástica sus guarismos. En ninguna de las cinco derrotas de 2014 han llegado a los 100 puntos, con un sufrimiento especial en el back to back ante Memphis Grizzlies, representantes de un baloncesto totalmente diferente: dos derrotas el 24 y 25 de enero por 87-88 y 99-81. Antes perdieron ante los Thunder (92-104) y en Atlanta (83-80) el 10 de enero. Desde entonces, la única derrota llegó ante los Warriors: 102-99 y después de una prórroga. Así que los Rockets llevan más de un mes sin perder un partido en el tiempo reglamentario. Y en 2014 han ganado a Spurs, Mavericks, Suns (dos veces) y Blazers. En toda la temporada llevan un balance de 16-3 ante equipos del Este (sólo les han ganado los Pacers,los Hawks y, hace más de tres meses, los Sixers) y de 23-15 contras los del Oeste, donde surge su verdadero margen de mejora a la hora de compararse con los gallos contra los que tendrá que pelear en playoffs. Está 13-11 en esos duelos contra los equipos que estarán o tienen muchas opciones de estar en las eliminatorias del Oeste. Con problemas ante Thunder (0-2) y Clippers (0-2) en menor medida Grizzlies (2-2) o Mavericks (2-2). En cambio le tienen tomada la medida a los Spurs (3-0) y tiene balance ganador contra Warriors, Suns y Blazers (2-1 en los tres casos).

Vuelvo al 18-5 de 2014. En este tramo de la temporada, James Harden promedia 24’4 puntos, 4’3 rebotes y 5’6 asistencias por partido. Y sólo se ha quedado cuatro veces por debajo de los 20 puntos. Dos, claro, en la visita al dentista que fue el doble duelo con los Grizzlies (26 puntos entre los dos partidos). En el último partido ante los Kings anotó 43 puntos sin necesidad de jugar en el último cuarto, algo que no hacía nadie desde que lograra LeBron James en 2011. Y Dwight Howard, por su parte, está en 2014 en medias 21’2 puntos, 12’6 rebotes y 2’1 tapones. Y sólo cuatro partidos sin llegar al doble-doble.

Las cosas marchan en Houston, que serán uno de los equipos más peligrosos para cualquier rival en playoffs (ahora marchan 39-18, quinto mejor balance de la temporada) y parecen más cerca, aunque todavía a falta de un hervor, de ser un aspirante al anillo con todos los galones. Pero pueden estar tranquilos en Houston. Morey, que ya ha reconocido públicamente que su penúltimo reto es acortar el tramo que separa a sus dos mejores jugadores del resto, tiene un plan. Y ahora mismo parece arriesgado apostar contra él.