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TIMBERWOLVES

¿Lobo a la fuga? Love habría dicho a los Wolves que se irá

Renovaron en 2012 a Love por cuatro años con opción de salida al final del tercero, en verano de 2015. El jugador, con los Lakers al fondo, ya habría comunicado que la ejecutará.

Kevin Love, durante el pasado All Star Weekend.
Bob DonnanUSA Today Sports

El 25 de enero de 2012 Kevin Love renovó con Minnesota Timberwolves y saltó al rango salarial de gran estrella que le corresponde por obvio derecho ganado en la cancha. Pero en lugar del máximo de cinco años que podían ofrecerle, los Wolves optaron por un contrato de cuatro, y casi 61 millones, que tenía cláusula de salida al final del tercero. Es decir: verano de 2015, una fecha que se acerca a zancadas para la franquicia de Minneapolis. La situación deportiva no es la esperada y alimenta unos rumores por otro lado casi inevitables en torno a Kevin Love, una súper estrella lejos de los grandes mercados NBA. El propio Love ha reconocido abiertamente que no anda sobrado de paciencia mientras en la liga crece la sensación de que está dejando correr unos años increíbles de baloncesto sin gloria alguna. Todavía no ha jugado un solo partido de playoffs, varado en un equipo que lucha por dar el salto al siguiente nivel y que no ha jugado una eliminatoria desde 2004, cuando Kevin Garnett le guió a la final del Oeste.

Peter Vecsey ha sido el último en hacer correr noticias sobre el ala-pívot, cuarto en puntos y segundo en rebotes de la NBA y cuyos números no dejan de asombrar: ya lleva tres partidos esta temporada de al menos 40 puntos y 15 rebotes cuando entre todos los demás jugadores de la liga suman… dos. Aún más: ha alcanzado en dos partidos ese 40+15 anotando al menos cinco triples. Algo que en toda la historia sólo se había logrado antes una vez. Vecsey asegura ahora que Love aprovechó el parón del All Star Weekend para decirle a Flip Saunders, extécnico y ahora presidente de operaciones de los Wolves, que va a ejecutar esa opción para salir al mercado en verano de 2015. Una bomba de relojería para el proyecto de los Wolves porque implica que en verano, y no digamos en el próximo trade deadline dentro de un año, se podrían ver obligados a traspasar a su jugador franquicia antes de dejarle ir a cambio de nada. Una situación que se pudo evitar si se le hubieran firmado los cinco años que no le quiso dar el dueño Glen Taylor. No fue culpa esta vez del en tantas otras cosas cuestionado David Khan, ex general manager de la franquicia.

Saunders ha salido rápidamente al paso de estas afirmaciones y lo ha hecho con un toque de humor: “Todo eso es falso, la última vez que hablé con él, sólo me dijo que llevaba una chaqueta muy fea”. Quita hierro pero el hecho es que llueve sobre mojado porque Love quiere ganar ya y el proyecto de los Timberwolves ha ido perdiendo el brillo que prometía un futuro espléndido hace no tanto. La lesión, y una progresión menor de la esperada, de Ricky Rubio es uno de los factores. Otros son algunas decisiones muy cuestionables en la configuración de la plantilla o hasta una plaga casi bíblica con los problemas físicos. Además de una incapacidad casi crónica para resolver finales igualados que hace que sean un equipo cuyo diferencial de puntos les debería dar casi un 65% de triunfos cuando la realidad les sitúa en 26-28, por debajo del 50% y a cinco partidos del octavo puesto, el último que da acceso a playoffs.

Y al fondo, claro, los Lakers. Love es de Santa Monica, jugó en UCLA y es sobrino de Mike Love, uno de los fundadores de los Beach Boys. Incluso su actual pareja reside en Los Angeles, cuna de unos Lakers que entran en plena reconstrucción justo cuando Kevin Love baraja las cartas con el cambio de aires, según muchos, entre ceja y ceja.