LeBron James: "Quiero ser el mejor jugador de la historia"

“Quiero ser el mejor jugador de la historia y esa es mi mentalidad”, así de rotundo se mostró la estrella de los Miami Heat y campeón de dos anillos de la NBA, LeBron James, en una entrevista concedida a Steve Smith de NBA TV.

Esta no fue el único titular que dio el jugador nacido en Akron. El MVP de la pasada liga regular y de las Finales, también dejó entrever que South Beach es la prioridad en su futuro. LeBron tiene la opción al finalizar esta temporada de abandonar la franquicia de Miami, pero según sus palabras no se ve en otro lugar que no sea en el equipo con el que ha alcanzado sus mayores logros como profesional desde que debutó con Cleveland Cavaliers en 2003.

“No puedo (imaginarme fuera de Miami). No sabemos lo que puede suceder a partir de ahora y hasta julio, así que lo que hay que hacer hasta ese momento es sólo preocuparse por lo que está en la mano y cercano, o sea, ganar otro campeonato. Al final de esta temporada puedo lograr otro trofeo Larry O'Brien: después evaluaré lo que tengo que hacer con mi futuro", señaló en una entrevista, donde además reveló sus fuentes de inspiración y de motivación o su infancia en Akron (Ohio)

Sus declaraciones sobre la presión a la que estuvo sometido durante su primer año como ‘heat’, donde la unión con Chris Bosh y Dwyane Wade creó un equipo temible, pero también odiado por la forma en que se formó y se presentó, fue otro de los grandes momentos de la entrevista.

Sobre todo después de la derrota en las Finales de 2011 contra los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki. LeBron señaló que durante dos semanas estuvo aislado, tratando de superar la decepción por no lograr un título que parecía obligatorio.

Fue su compañero y amigo, Wade, el que logró sacarle del ostracismo, tras insistirle en unirse a él a una escapada a las islas Bahamas. Allí hablaron y superaron los enfrentamientos en cuanto al papel en el equipo de ese primer año, que ya queda muy lejano y muy olvidado después de haber ganado las dos siguientes finales, logrando, de esa forma, superar esa presión a la que estaba sometido por demostrar el gran jugador que era: “No juego ya por lo que la gente espera de mí”.