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NBA GLOBAL TOUR | BILBAO 104-SIXERS 106

Raúl López tuvo en su mano la victoria frente a Philadelphia

El Bilbao rozó la proeza: falló sobre la bocina el triple ganador (104-106). El BEC de Barakaldo pasó con nota la prueba para la Copa del Mundo 2014.

Zoran Vrkic y Spencer Hawes.
LUIS TEJIDOEFE

El BEC pasó con nota la prueba para ser sede del Dream Team en la primera fase de la Copa del Mundo que se celebra en España el año próximo. El recinto de Barakaldo asistió a un interesante espectáculo entre el Bilbao Basket y los Sixers. El equipo de Pueyo no pudo sumarse al grupo de equipos ACB que han triunfado ante algún conjunto NBA: Barcelona (dos veces), Madrid y Unicaja. La parafernalia que envuelve al evento asombró en el recinto. Para empezar, los discursos de los capitanes: “Hemos disfrutado mucho de esta ciudad estos días”, dijo Young en los norteamericanos. “Pelearemos hasta el final y esperamos que os sintáis orgullosos de nosotros”, explicó Mumbrú. El Bilbao lució un uniforme especial para la cita, de camuflaje, a lo guerrillero. Y en un lugar muy visible se acomodaron dos leyendas como Mutombo y Dawkins (esté con un gigantesco traje color chicle que causó admiración). El delantero del Athletic Ibai Gómez no se perdió la cita, ni el exjugador del CAI Zapata, que lideró otro racimo de rostros conocidos

El BEC no es el mejor pabellón del mundo. Tampoco los Sixers son aquella franquicia que con el Doctor J o el Gordo Barkley detenía el mundo. De hecho lo van a pasar mal este año para no caer al fondo de la clasificación. Ni el Bilbao es el equipo más mediático de Europa. Pero un cóctel de todos esos ingredientes resulta de lo más sugestivo. Y eso es lo que se vio en Barakaldo. Mucho márketing, la brillantina que rodea a las giras de franquicias norteamericanas, y poca táctica. El baloncesto es la excusa para ir a comer palomitas y ver los números del entreacto. No los dos mejores equipos

Se acomodó a pie de pista Joshua Harris, dueño de un fondo de inversores y propietario del equipo de Filadelfia tras desembolsar 280 millones en 2011 (ahora el valor de la franquicia está situado en 420). El famoso actor Will Smith y su esposa también están entre los dueños del equipo. Aunque no se le ha visto estos días al pie del Guggenheim.

Los Sixers empujaron desde el inicio con una buena defensa y muchas bandejas. Su juego, metiendo manos en todas las situaciones defensivas y con muchas transiciones, descolocaron a un Bilbao que ganaba en personales por 11-3. Las reglas eran NBA y en los contraataques los hombres de Brown se lanzaban como cohetes sin botar hasta el segundo paso. El 23-37 hacía presagiar que el tema se complicaría. Pero tras el descanso, los locales, con Bertans encendido, lograron igualar la contienda para llevarla donde querían: a un cara o cruz.

La fiesta se detuvo a falta de cuatro minutos y cuarenta segundos. Un 95-95. Fue el empate de la esperanza. Luego Turner metió un canastón y Anderson hizo un bello eslalon para pasar de la centena (95-101). El scouting en estos casos no suele funcionar y el Bilbao hizo mal en dejar la izquierda a Wroten y olvidar en la esquina a Hodge. En defensa los vizcaínos se aplicaron a tope y Gabriel encendió la ilusión. Un triple puso el 101-104. Luego tuvo libertad para tirar (cosas de las defensas NBA que no cierran al que parece coger la responsabilidad). Le hicieron falta fuera de la línea de supercanasta y tres tiros libres del exestudiantil a seis segundos y tres décimas situaron el empate a 104. Rafa Pueyo pidió la última bola, así que hubo falta a Hawes, de Kavaliauskas (-4.8). Anotó los dos el pívot blanco de Sixers y en ese tiempo, una jugada de pizarra de una esquina al lado contrario permitió a Raúl López (quién si no, el jugador al que la Liga norteamericana le debe una) lanzar el triple de la posible victoria. Pero no entró.