Selección
Marc Gasol: "Ahora hago de engranaje... y soy un poco payés"
A los 28 años de edad, Marc Gasol Sáez no es sólo el gran macho alfa de los Memphis Grizzlies en la NBA: es la gran esperanza de la Selección para el Eurobasket de Eslovenia.
De repente, y sin el Gran Hermano Pau, sin Navarro, Ibaka ni Reyes, la Selección está en sus manos, en manos del que muchos, como Batum, ya definen como 'el pívot que va a dominar en la NBA'. ¿Qué le parece?
Todo va bien. Nada que oponer. Hay que jugar y yo tengo que hacer que este equipo juegue bien y con confianza. Hago de engranaje. Yo me adapto a cada situación. En la NBA hay un personal y unas situaciones totalmente diferentes. Me parece una estupidez pensar si vamos a quedar primeros o quintos, qué se yo. No hago apuestas, no soy Bet&Win. Hay que empezar jugando bien y acabar mejor. Mi objetivo es ganar. Si no fuera así, me hubiera quedado en mi casa: con mi familia, que se echa de menos.
Hay una evolución en Marc Gasol desde que salió allí en la final mundialista de Japón (2006) para chocar con la Grecia de 'Baby Shaq', después de la lesión de Pau. Manda en Memphis, se ha casado. Qué evolución, ¿no?
En Japón era La Tanqueta, casi un niño. Soy un chico más o menos inteligente, y sabía que no me tocaba jugar aquella final. Pero se lesionó Pau, salí con muchísima ilusión y la final lo cambió todo: no se pudo jugar mejor. Todos, como equipo. La final soñada. Cómo jugaron Navarro y Jorge Garbajosa a menudo me siguen viniendo flashes de aquella final. Son momentos mágicos. (Marc transpira emoción).
Y después
Después, cada año te haces mayor. Las cosas te afectan menos. Casarte es un paso más en esa evolución, tras ocho años con mi pareja. El basket es una etapa más en mi vida: algo intenso e irrepetible. Juegas ante 20.000 personas, eso que te llevas. Pero hay otras cosas. Ante el mar te sientes pequeño e indefenso. En la montaña me gusta perderme para encontrarme. En fin...
Se le ve algo payés
Un poco payés, sí: siempre. Todos venimos de ahí. Bajo la ciudad hay tierra y barro. Si te crees un urbanita, a veces no sabes o sientes lo que son las cosas de verdad.
Y a ese chico, a ese Marc, ¿nunca le impresionó o intimidó tanto reto y tanto gigante en la NBA?
Para nada. Tú aceptas lo que se llama challenge. No sé, en español creo que se dice reto, ¿no? Sueñas con jugar contra Shaquille O'Neal, contra Tim Duncan quieres demostrar que puedes ser mejor que ellos. Si no piensas así, olvídate de eso, de la NBA. Si tienes miedo dedícate al parchís.
¿En qué debe trabajar aún esta Selección, sin Pau, Navarro, Ibaka, Felipe Reyes?
Hay que proteger mejor la zona. Está muy desnuda. En ataque hemos de tener paciencia, generosidad y mover bien el balón: es lo que en la NBA llaman share the ball. Si hacemos eso, jugaremos mucho mejor.
El actual propietario de los Grizzlies, Robert Pera, le exhibió como icono en una espectacular campaña publicitaria fumando habanos y con lemas contundentes. ¿Cómo se sintió, Marc?
Allí, en EE UU, nunca dejas de aprender. Ellos siempre están obsesionados con ganar, aunque Pera lo hace por otro camino: por perseverancia. Es un genio. Tienes que aprender de alguien como él. Al fin, aprendes a aprender.
De verdad, de verdad ¿no se siente raro en este papel de líder o buque insignia sin Pau aquí, sin Navarro?
Alguna confianza tengo con ellos, ¿no? Pues ellos se mueren de ganas por estar aquí, con todos nosotros. Les duele a ellos más que a nosotros. Pero ya da igual: no tiene sentido. No están: no puede hacerse nada. Lo único que se puede hacer y lo único que tiene sentido es ganar.