Los Houston Rockets dieron el gran golpe en su serie ante los Oklahoma City Thunder, y con un sorprendente 100-107 evitan la eliminación y envían la serie de regreso a Houston, donde el viernes se disputará el sexto partido. Los Thunder aún controlan la serie por 3-2 y siguen con ventaja del campo: el hipotético séptimo partido debería disputarse en el Chesapeake Energy Arena de Oklahoma City. Pero el dato es inexorable: desde la lesión de Russell Westbrook (menisco), en el segundo partido, los Thunder, líderes del Oeste en ‘regular season’ con balance de 60-22, han perdido dos de los tres partidos siguientes ante los Rockets. Y el que ganaron, en Houston, fue casi de milagro.

Con Jeremy Lin vestido de paisano en el banquillo por contusión en los pectorales y con James Harden medicado para calmar un ataque gripal, los Rockets manejaron este quinto partido con más facilidad de lo que señala el 100-107, sellado con el segundo triple de Derek Fisher (ocho puntos) sobre la bocina final. 36 puntos de Kevin Durant, 20 de Reggie Jackson y 14 de Serge Ibaka (más nueve rebotes y dos tapones) no pudieron impedir el despegue progresivo de unos Rockets que avanzaban con 43-50 en el descanso… y con 60-76 en el minuto 33. El tercer cuarto acabó con 75-87. Los Thunder intentaron arreglar el problema por la tremenda, con tiros de tres puntos: lanzaron 33 triples… pero sólo anotaron ocho: 24,2%. Uno de esos triples, el segundo de Reggie Jackson, imprimía el 92-98 a 4:17 del final. Pero los cohetes de Houston salieron del aprieto con tiros libres vitales del excelente pívot turco Omer Asik (21 puntos, 11 rebotes) y del notable Chandler Parsons: diez puntos, cinco rebotes. En su antigua pista de Oklahoma, y pese al ataque gripal, James Harden había mantenido la anotación de los Rockets con 31 puntos y un espectacular 7/9 en triples. Y a 1:39 del final, el quinto triple (5/12) del dominicano Francisco Garcia (18 puntos) dejaba sin esperanzas reales a los Thunder al imponer un 94-107 ya insalvable a esas alturas de partido. Con la mala puntería en tiros de tres, el porcentaje de acierto general de los Thunder en tiros de campo descendió hasta el 41,9%... por 47,2% de los Rockets, que disfrutaron de seis jugadores en diez o más puntos. La serie se reanuda en Houston, el viernes. Con este 3-2 y sin Westbrook, los Thunder tienen motivos para no verlo del todo claro. Algo hay seguro: el Toyota Center de Houston será algo así como una caldera gigante a presión.

En Nueva York e Indianapolis también se concretaron sendos 3-2: con signo bastante distinto. En el Madison Square Garden neoyorquino, y pese a un 11-0 de salida para los New York Knicks, los Boston Celtics no perdieron el paso, estrecharon la separación hasta un mínimo 22-20 en el primer cuarto y ya pasaron al frente con 33-34. Tras el 39-45 del descanso, los Celtics nunca volvieron a perder la iniciativa, rumbo a un triunfo por 86-92 que les mantiene vivos… y pone a todos de vuelta a Boston, donde el viernes toca el sexto partido. Los Celtics repartieron equilibrio, bajo el liderazgo emocional de Kevin Garnett: 16 puntos, 18 rebotes. Co 18 puntos, Jeff Green fue el máximo anotador de los ‘celts’, aunque seguido de cerca por los 17 puntos de Terry y Bass. Pierce igualó los 16 puntos de Garnett, los Celtics acertaron el 45,7% de sus tiros, dominaron la cuenta de rebotes (39-41) y su buena defensa limitó a los Knicks a un fatal 39,5% de acierto en tiros de campo: en total 32/81, con un horrendo 5/22 en triples: los Celtics estamparon un 11/22 en tiros de tres puntos, con 4/8 para Paul Pierce y 5/9 para Jason Terry. Con 22 puntos (8/24 en tiros), en 45:10 de acción, Carmelo Anthony marcó el tope anotador de los Knicks. Fue la anotación más baja de Carmelo en esta serie… y además, Anthony terminó dolorido en el hombro izquierdo tras un enganchón fortuito con Garnett, ya en el último cuarto. Raymond Felton (21 puntos) y el reaparecido J. R. Smith (14) dieron escolta a Anthony, sin que sirvieran de mucho. “No entramos en pánico con el 11-0 de salida; el nuestro es un equipo veterano, y cuando ajustamos la defensa supe que teníamos buenas opciones de ganar”, resumió Doc Rivers, entrenador de los Celtics. “Queríamos volver a Boston a cualquier precio”, dijo Brandon Bass. “A pesar de todo, creo que el equipo está bien. Estas cosas pasan”, opinó sin más honduras el técnico-jefe de los Knicks, Mike Woodson. Técnicamente, los Knicks siguen manteniendo la ventaja del campo para resolver en un eventual séptimo partido, pero si los Celtics logran el 3-3 en el sexto, el viernes en Boston, a ver quién niega entonces que cualquier situación puede ser imaginable…

En Indianapolis, los Pacers también mantenían su ventaja de campo y sellaban el 3-2 con un tiroteo contundente a los Atlanta Hawks: 106-83. 24 puntos de David West y 21 puntos más diez rebotes a cargo de Paul George consolidaron el esfuerzo de los Pacers, que concretaron el 50,7% de tiros de campo… y redujeron a un ínfimo 33,3% el total de acierto de los Hawks. Tras el primer cuarto, los Hawks aún mandaban por 21-22, pero los Pacers ya llegaron al descanso con ventaja de 50-43. Además de West y George, Roy Hibbert (18 puntos) y George Hill (15 puntos, diez asistencias) fueron agrandando las heridas de los Hawks, donde Al Horford y Josh Smith coincidieron en 14 escuetos puntos. La diferencia en rebotes resultó demoledora: 51-28 para los Pacers. Por primera vez en la serie, los Hawks descendieron del 40% de acierto en tiros. “Si alguien quiere ver una actitud pobre de verdad, que se mire lo que acabamos de hacer nosotros”, acusó Larry Drew, entrenador de unos Atlanta Hawks que el viernes encaran el sexto partido, ya de nuevo en Atlanta, con decentes perspectivas para empatar a tres: allí, en Atlanta, los Hawks llevan 13 triunfos seguidos sobre los Pacers. Lo malo para los Hawks es que el séptimo partido sería, naturalmente… en Indianapolis.