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RESUMEN DE LA JORNADA

Lakers y Celtics, al borde del KO ante Spurs y Knicks

Las dos franquicias están en el umbral de la eliminación. Los agresivos Golden State Warriors se adelantan con 2-1 ante los Denver Nuggets.

Lakers y Celtics, al borde del KO ante Spurs y Knicks
FREDERIC J. BROWNAFP

Los San Antonio Spurs y los New York Knicks imponen el 3-0 en sus series iniciales ante Los Angeles Lakers y Boston Celtics, lo que sitúa en el umbral de la eliminación a las dos franquicias con más títulos en la historia de la NBA, mientras que los sorprendentes y agresivos Golden State Warriors se adelantan con 2-1 ante los Denver Nuggets. En el Staples Center de Los Angeles, los Spurs abusaron con un demoledor 89-120 de unos Lakers reducidos al chasis. Es la peor derrota de los Lakers como locales en un partido de playoff en el Siglo XXI. Al margen de Dwight Howard y Pau Gasol, el equipo de los Lakers que se enfrentó al acorazado ‘spur’ fue una triste sombra, un espectro de lo que el club californiano proyectó a principios de temporada: con su botín protector sobre el tendón de Aquiles roto (y sin tuitear), Kobe Bryant estaba en el vestuario… junto a un Steve Nash, con el muslo desgarrado y que no pudo alinearse pese a recibir su segunda inyección epidural en menos de una semana. Steve Blake (rotura de fibras) y Jodie Meeks (tobillo), dos de los primeros recursos en la rotación exterior, tampoco salieron a jugar, lo que hizo titulares a Darius Morris y Andrew Goudelock. Metta World Peace se alineó un día después de sufrir una extracción de líquido en la rodilla recién operada de menisco. Balance del limitado World Peace: cero puntos en 17:23, con 0/6 en tiros de campo. Literalmente, MWP se arrastró. “No tenemos más remedio que canalizar el juego a través de Pau Gasol como ‘playmaker”, asumió Mike D’Antoni, cuya continuidad en L. A. está confirmada: no así la de Howard, ni, mucho menos, la del propio Gasol.

En estas condiciones, los Spurs se dieron un paseo en carroza, con ganas de ir despachando el trámite cuanto antes, pese a los esfuerzos del buen escolta tirador Goudelock (‘Mini Mamba’), el Jugador Más Valioso de la Liga de Desarrollo, al que los Lakers no han tenido más remedio que repescar desde su filial, los D-fenders. Con 20 puntos (12 de ellos en el segundo cuarto, en un brillante relámpago), Goudelock fue la pieza que impulsó a los Lakers para llegar al descanso en una aceptable desventaja: 44-55. Pronto, los Spurs arrancaron en el tercer cuarto con diez canastas de 13 intentos y siete tiros seguidos convertidos por el infinito Tim Duncan, que sumaba 20 puntos en 18 minutos de juego real (probablemente, motivado por un tapón inicial de Howard): esta ráfaga puso fin a cualquier ilusión de los Lakers. Era 59-79 en el minuto 33. Partido dinamitado. En pleno drama de los Lakers, el tercer cuarto se cerró con 63-85 para unos Spurs que a esas alturas acertaban el 62,7% de sus tiros de campo y que vieron como Splitter caía con lesión de tobillo en la última jugada de ese cuarto. El último cuarto sobró y sólo valió para ajustar el tremendo marcador de 89-120. Los Spurs dieron un ‘clinic’, metieron el bisturí y acabaron con el 61,2% de aciertos y ventaja en rebotes de 35-49. Eso, pese a que Pau Gasol y Howard hicieron lo que pudieron: buen ‘triple doble’ de Gasol, con 11 puntos (5/10 en tiros) 13 rebotes y, como ‘playmaker’, diez asistencias en 33:02 en pista. Para Howard, 25 puntos y 11 rebotes. Como equipo, los Lakers acertaron el 43,2% de tiros. En fin, los tenaces Darius Morris (24 puntos) y Goudelock (20) tuvieron una de esas noches de brillo con las que se emociona cualquier ‘Cenicienta’ de la NBA. Pero enfrente estaban los ejecutores Duncan (26 puntos y nueve rebotes en 31 minutos, con 12/16 en tiros), Parker (20 puntos, siete asistencias) y Kawhi Leonard (12 puntos), todo dentro del sordo ‘run-run’ que emite la maquinaria ajustada de los Spurs… a quienes la lesión del ‘thunder’ Westbrook devuelve el máximo favoritismo en el Oeste. En la noche del domingo, de vuelta en el Staples Center, los masivos Spurs pueden terminar de clavetear quirúrgicamente el ataúd de los Lakers, antes de dirigir su artillería hacia ¿Oakland o Denver…?

La respuesta no está clara, porque los Denver Nuggets y los Golden State Warriors vienen disputando un combate a cara de perro… que los Warriors controlan por un mínimo pero trepidante 2-1 después de la batalla de anoche en el Oracle Arena de Oakland: fue 110-108 para los Warriors, que perdían por 54-66 en el descanso ante unos determinados Nuggets pero que salieron de las cuerdas gracias a los tiros exteriores del espléndido Stephen Curry (29 puntos, 4/7 en triples) y el sólido Jarrett Jack: 24 puntos, 10/14 en tiros de campo. Carl Landry reforzó a Curry y Jack con 19 importantes puntos. En el minuto 32, el cuarto triple de Curry colocaba a los Warriors por delante: 74-73. Landry selló el 87-84 que cerraba el tercer cuarto. Aunque no dejaron de acometer, los Nuggets ya habían cedido la iniciativa y, entre despropósitos y pérdidas de unos y otros, los Warriors flotaron gracias a Curry, Jack… y un tiro libre final del productivo Harrison Barnes: 19 puntos. Con 2-1 para los Warriors, el cuarto partido (domingo, de nuevo en Oakland) se vuelve prácticamente a vida o muerte para los Nuggets, cuya defensa ha aceptado nada menos que 241 puntos entre los partidos segundo y tercero. 35 puntos de Ty Lawson, 16 de Brewer y 15 de Faried no pudieron remediar el desastre defensivo del club de Denver. Pese a la baja definitiva de David Lee, los Warriors rebotearon más y mejor (42-34)… y acertaron el 52,5% de sus tiros de campo, seis puntos exactos por arriba de los Nuggets.

Antes de las convulsiones del Oeste, los Celtics jugaban en Boston por primera vez después de los atentados de la maratón… y los Knicks, como los Spurs a los Lakers, les mostraron la diferencia entre el segundo y el séptimo clasificado de una Conferencia. Con un cómodo 76-90, los Knicks también imponen ese 3-0 que nadie ha podido levantar. El único problema que ahora maneja el club de Nueva York es la eventual suspensión de J. R. Smith, quien fue expulsado a 7:06 del final, tras inexplicable codazo directo a Jason Terry: Falta Flagrante Tipo 2. Con 15 puntos (tantos como Raymond Felton, que agregó diez rebotes) Smith se había mostrado a su usual buen nivel, en un partido totalmente bajo control de la gente de N. Y: 31-47 en el descanso y 52-68 al final del tercer cuarto. Naturalmente, Carmelo Anthony lideró a los Knicks con 26 puntos. Curiosamente, este fue el primer partido de la serie en el que los Knicks firmaban al menos 90 puntos (85 y 87, los días primero y segundo)… y también el primero en que Carmelo no superó los 30 puntos: había producido 36 más 34 en los dos turnos iniciales. Sus problemas de cadera no impidieron a Kevin Garnett producir 12 puntos y 17 rebotes, aunque fue Jeff Green (21 puntos) quien comandó la anotación de los Celtics, por delante de Pierce (17, con 0/4 en triples) y Terry (14). Los Knicks tiraron con diez puntos exactos de acierto (50%-40%) por arriba de unos Celtics que sufrieron 17 pérdidas de balón, contra sólo 11 de los ordenados jugadores de Nueva York. “Los chicos tienen hambre. Queremos ganar esto ya y sentimos que lo tenemos en la palma de nuestras manos”, señaló Anthony. Desde que llegaron en 2000 a las finales del Este, los Knicks no han ganado una serie de playoff. El domingo a mediodía en Boston tienen la primera gran ocasión para llegar a las semifinales de Conferencia en 2013, donde probablemente se verían con Indiana. Los Knicks manejan ese 3-0 a favor y sólo tienen en contra el orgullo de los Celtics, el famoso ‘Celtic Pride’ del equipo más laureado en la historia de la NBA, que intentará evitar una humillación a los ojos del público de Boston. Ya se verá si ese ‘Pride’ pesa poco... o mucho.